Poemas y dibujos de Ignacio Morbidoni

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El ojo del buey

Aquí ahí ahora

Que yace

por este encajarse

ahí ahora obstinarse

de todas estas cosas

como yertas

yacientes obstinadas

turbias

en el ojo del buey visor

mirador que anhela

con entusiasmo las lilas

dónde?

en la floresta que ilusiona

ahí allá

ese cosmos de mariposas

salvajes e inquietas

Velo

Hoy cuando salí

muy temprano a la mañana

una neblina inusual

el frío seductor y bueno

una precaria brisa

se entrelazaban

ocupaban esta zona

rozaban sobre mi frente

se aferraban a la tierra.

Los árboles en su foresta

asomaban o perdían sus contornos

los pájaros agorrionaban en sus nidos

el velo gris en levedad

a lo lejos creciente oscuro

más acá casi nada

tocaban apenas mi rostro

con mínimas sensaciones.

Entonces pensé

que cada tanto el mundo es mágico

lo real insinúa otras cosas

lo llano se ennoblece con enigmas.

Muro viejo

Los jazmines del aire

tomaron el muro

viejo el muro florece

entre los enredos

que enmaraña su fronda

arena de la luna

cosas de la noche

ideas de estrellas,

en otoño

toco el sol de otoño

sobre la aspereza

del muro viejo,

de los pájaros jilgueros

sus causas y azares

sigo

en el árbol o en el vuelo

su labor canto y anhelo

en sentir sus pensamientos.

El jilguero y el ciego

Que el jilguero dormido

tomase mi mano

avive en lo oscuro

el rescoldo anidado

bondad que despierte

en vuelo pausado

tomara amor

como que de líquenes

me enrede saciado

deseo que anhela

como del ciego

su reclamo

en el sendero que intenta

precaria luz que tremola

trémula en la mano

la otra mano que ruega

del lazarillo baquiano-

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Santa Rita

En el muro

se sostienen

fantasías de ramas

y el tumulto de las hojas

resplandor fucsia

encuentra

su volumen y las formas,

muro florecido

como un palpitar

quieto

y en silencio,

cual la bella Andrómeda

encadenada en la piedra

ahora eres ya salvada

en el país del patio

o cual amparo en la vereda,

felicidad desencadenada

en los ojos ilusionados

prometes la miel

del invierno

las uvas del deseo

te tocan brisas nocturnas

arena de la luna

un sentir de estrellas

íntimas estrellas

en el desvelo

desamparo de la noche.

Malestar de estrella

Acaso

en aquellas horas

aquellos síntomas

malestar

perros amores en la noche

que callaban

nos dieron la vaga estrella

que ahora habita en tu frente

luz que lava y nutre

serena lluvia de un otoño

que atrevido se desgrana

en desazón

otoño de herida feliz

se llueve trémulo y sutil.