Esta mañana

Turquía bombardea a yihadistas sirios

Ilya U. Topper

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EFE

Turquía bombardeó hoy por primera vez posiciones del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria, un cambio en la política del gobierno turco en funciones hacia ese país que se produce en medio de una escalada de las tensiones en territorio turco.

Además, en una amplia operación policial en todo el país, dirigida en primer lugar contra simpatizantes de la guerrilla kurda, fueron detenidas hoy unas 300 personas por presunta vinculación con grupos terroristas.

Ambas operaciones arrancaron de madrugada, pero mientras que la intervención aérea en Siria duró apenas 13 minutos, la oleada de detenciones no se quedará en un episodio aislado, según el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu.

“Esto no es una cosa de una tarde que luego se acaba. Esta noche se ha convertido en un punto de partida muy importante”, dijo también el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en referencia a la operación policial que se dirige contra todo tipo de organizaciones terroristas, sean yihadistas, marxistas o del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

En el tema de la lucha contra el EI, la base aérea de Incirlik, “se utilizará en un marco claramente definido”, indicó Erdogan, con lo que aparentemente confirma un acuerdo por el que el Pentágono podrá utilizar esas instalaciones en el sureste turco para sus vuelos contra el EI, tal y como avanzó ayer la prensa estadounidense.

La operación militar turca contra el Estado Islámico arrancó ayer sobre las 10.30 GMT, después de que un comando yihadista ametrallase desde una camioneta un puesto fronterizo turco en la provincia de Kilis, matando a un oficial e hiriendo a dos sargentos.

Las tropas turcas respondieron de inmediato con fuego de artillería, que destruyó tres vehículos del EI y matando a un presunto yihadista, tras lo que abrieron fuego de mortero contra otras posiciones yihadistas en la zona.

Por la noche, unidades turcas estacionadas en Karkamis, en la vecina provincia de Gaziantep, dispararon con morteros contra objetivos del EI cerca de Yarabulus y a las 00.12 GMT de la madrugada de hoy, tres cazas F-16 despegaron de la base aérea de Diyarbakir para bombardear durante 13 minutos tres posiciones de los yihadistas en el distrito sirio de Al Bab, al noreste de Alepo.

Los aparatos lanzaron cuatro bombas teledirigidas contra dos cuarteles del EI y un punto de reunión, sin necesidad de penetrar en el espacio aéreo sirio, afirmó Davutoglu, cosa que, según añadió, se habría producido de haber sido necesario.

Según el diario Hürriyet, al menos 35 yihadistas murieron en la intervención.

Davutoglu prometió que Ankara continuaría “vigilante”, si bien en el transcurso del día, la frontera ha permanecido tranquila.

“La operación contra el EI ha alcanzado sus objetivos y no terminará aquí. Observamos continuamente el movimiento en Siria y en las regiones fronterizas. Reaccionaremos con fuerza contra el movimiento más mínimo que amenace a Turquía”, señaló el primer ministro.

Davutoglu desvinculó el bombardeo del acuerdo de cooperación antiyihadista que Ankara negocia actualmente con Washington.

“Las negociaciones para abrir Incirlik son otro proceso. (El ataque aéreo de hoy) es una decisión que Turquía ha tomado por su propia seguridad”, insistió Davutoglu

“Al preparar una nueva etapa política tras las elecciones (de junio), Turquía se ha visto expuesta a ataques terroristas. Hay acciones simultáneas del Estado Islámico y del PKK”, recordó Davutoglu.

Mencionó la masacre de Suruç, cometida el lunes por un supuesto yihadista suicida durante una reunión de la izquierda kurda, y la muerte de tres policías, uno fallecido el lunes en un tiroteo con el PKK y otros dos asesinados el miércoles en su domicilio, acción que fue reivindicada por la guerrilla kurda.

“El PKK, el EI y el DHKP-C (un grupúsculo marxista) atacan la democracia. La operación que ha arrancado hoy no es un hecho aislado sino que implica un proceso”, anunció el jefe del Gobierno turco durante un discurso en el que no paró de subrayar el peligro que supone la guerrilla kurda para la seguridad del país.