Los candidatos de UNA para el Congreso de la Nación

Romagnoli y Grandinetti, en las boletas de Massa y De la Sota

  • El domingo se sabrá si serán candidatos al Parlamento argentino junto a Sergio Massa o José Manuel de la Sota. Críticas al (supuesto) escenario de polarización entre Scioli y Macri.
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Eduardo Romagnoli, precandidato a senador nacional junto a Alejandro Grandinetti, precandidato a diputado nacional. Foto: Flavio Raina.

 

Luis Rodrigo

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Alejandro Grandinetti y Eduardo Romagnoli recorren la provincia con un objetivo doble: multiplicar su campaña electoral, que no tiene los recursos económicos de sus rivales, y crear una estructura de fiscalización de la que pueda surgir un partido político, el Frente Renovador.

Los candidatos a diputado nacional y a senador nacional están en la lista única que respalda tanto a Sergio Massa como a José Manuel de la Sota, quienes el domingo definirán la candidatura presidencial.

Grandinetti y Romagnoli se conocen desde hace años, como periodista y entrevistado, en Rosario. Ahora ambos se encuentran en un terreno que no pisaban, pero que nunca les resultó ajeno.

Por su formación, por sus roles, por su vinculación con las instituciones y la opinión pública, no se trata de recién llegados a la política. Y tampoco ellos se presentan así, bajo el pobre rótulo de la antipolítica.

El primero dice que ha dejado “para siempre, al menos en Santa Fe”, la televisión y la radio, porque ahora es candidato (lo que define sus valores éticos sobre el periodismo). El segundo, que ha decidido hacer “un paréntesis de tiempo completo” en su actividad privada, como empresario, productor agropecuario y dirigente de la Bolsa de Rosario.

No hace falta preguntar para saber que desatender sus negocios le cuesta caro a Romagnoli. Y basta con escucharlo hablar de historia, de política -y de cómo ve a Santa y al país- para entender qué pasión se lo ha embarcado en esta empresa.

Perfiles

En Santa Fe, Grandinetti no es una cara conocida, pero en Rosario sus facciones alargadas, sus giros expresivos -aprendidos en TV- y, sobre todo, sus análisis y reflexiones sobre la realidad, son conocidos. Y por votos que logró en su debut electoral, apreciados.

A Romagnoli, también del sur, aquí lo conocen los empresarios, en especial los ganaderos, los directivos de ese mercado y la colectividad italiana, de la que participa activamente.

Cuentan que poco después de terminada la elección de intendente para la ciudad de Rosario, en la que Gradinetti sumó 72.681 marcas junto a su foto, Romagnoli aceptó el compromiso de ser candidato a senador nacional. Y de competir, nada menos que con Binner, Perotti y Reutemann.

“Los tres tuvieron la oportunidad de brindar soluciones y de defender a la provincia. Y no lo han logrado”, dice. “Sólo se trata de hacer cumplir la ley federal de coparticipación, tal como la Constitución de 1994 manda”, señala.

Definiciones

Romagnoli no le teme a las definiciones, aun las que parezcan, si no contradictorias, bien eclécticas. Rechaza el populismo; lee y pide que se lea a Alberdi y sus Bases; se declara tanto salesiano “por formación en cómo vincularme con las personas”, como velezano porque a su Código -ahora reformado- “lo voy a seguir adorando”.

Además, piensa que el peronismo es la doctrina que más aportes le puede hacer al país. Advierte que mirar como destino del proyecto económico sólo el mercado interno es perder la oportunidad de construir una sociedad con equidad.

“Argentina debe pensar en cómo llenar las góndolas del mundo”, dice para reclamar solidez para los pilares económicos de la producción y el trabajo. Y niega que el gobierno nacional crea en ellos. Pone ejemplos: las retenciones, los desatinos con el mercado de las carnes y “las penas por soportar la agresión constante de quienes nos pusieron en el lugar de enemigos”.

“En algún lugar, leí que todos los populismos aman tanto a los pobres, que los multiplican: los utilizan, los someten y los vuelven a multiplicar... No es el modelo que puedo avalar. Para mí, eso no es el peronismo”, opina quien periódicamente disfruta de “Recuerdos de Provincia”, de Sarmiento.

Romagnoli fue candidato a diputado en las parlamentarias italianas, en 2012, es el presidente de Rosgan Mercado Ganadero SA de la Bolsa de Comercio de Rosario y recibió la Orden al Mérito de la República Italiana, que lo nombró Cavaliere.

A su forma de entender la realidad, la llama “peronismo con sentido común”. Y Grandinetti advierte que “el segundo Alberdi es bastante más doctrinario y cercano a nosotros (peronistas); no así el primero”, reconoce.

Convicciones

Grandinetti cita los proyectos de Sergio Massa para que el sistema punitivo y legal sea “duro con los delincuentes”, para que los jubilados puedan -sin morir mientras esperan un juicio- tener el 82% que les corresponde y recuerdan que fue Roberto Lavagna (hoy junto a Massa) quien lideró la salida de la crisis de 2001-2002 durante las presidencias de Duhalde y Kirchner.

Asegura que al macrismo “le faltan convicciones” para enfrentar al gobierno nacional. Y que “el candidato no es Macri, sino Durán Barba”, el asesor de imagen del jefe de gobierno porteño.

“Para intentar transformar la realidad debe haber una nueva política, y son Massa y de la Sota quienes la encarnan. Apoyamos este proyecto porque sólo las empresas que se hacen por convicción llegan a buen término. Y lo digo sinceramente: estamos despojados del resultado. Me dirán: pero, ¿podés no llegar a ser diputado? La verdad, me importa poco. Estoy seguro de que cuando nos conozcan vamos a crecer...”, sostiene Grandinetti.