Granos y tendencias

La grieta de la soja ya se nota en Salta

Debido a la falta de rentabilidad, en esa provincia caería a la mitad la superficie sojera. En la cosecha pasada, los productores salteños perdieron 165 millones de dólares.

Pablo Adreani

La baja en el precio de la soja, el atraso en el tipo de cambio, la inflación en dólares y el aumento creciente en el costo de los bienes y servicios, han impactado en forma negativa en el margen bruto del cultivo que llegó a ser la estrella de la economía Argentina.

Hoy el sector se debate ante la peor crisis de la última década, y la soja comienza a profundizar la grieta entre la Pampa Húmeda y la producción de las antiguamente llamadas “zonas marginales”.

La expansión de la frontera agrícola que produjo uno de los cambios más espectaculares en la economía agrícola de nuestro país se ha visto frenada por la brusca caída de la rentabilidad de los cultivos a pesar de los rendimientos récords obtenidos en la actual campaña.

¿Rentabilidad?

Hoy, el cultivo de soja solo tiene un margen de rentabilidad medianamente aceptable en aquellos campos ubicados en un radio de 400 kilómetros de los puertos y con rendimientos por hectárea en el rango de los máximos. Las provincias del NEA, NOA y la mediterránea Córdoba están sufriendo el embate de la inflación en dólares, el incremento de los fletes a puerto y la fuerte caída de la rentabilidad.

Salta es hoy la punta del iceberg y la avanzada de una grieta que en muy poco tiempo llegará al corazón de la Pampa Húmeda. Provocará una división que antes no existía entre las zonas aptas para producir y aquellas no aptas o marginales. Los productores salteños se debaten entre el cierre de sus campos, la quiebra de sus empresas y la emigración a la ciudad de todo el capital humano involucrado en el proceso productivo. No solamente la soja, sino también el maíz, el poroto y otros cultivos de la región han dejado de ser rentables.