Un claro instructivo para saber cómo actuar ante la aparición de ofidios en lugares poco comunes. ¿Hay que matar las serpientes? ¿Qué hacer ante una mordedura?

Nicolás Loyarte

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@nicoloyarte

La actual crecida del río Paraná provocó la aparición de serpientes en lugares donde es poco habitual encontrarlas. El caso más llamativo fue la aparición de una de ellas en bulevar Pellegrini y 1º de Mayo, en barrio Mariano Comas, el pasado miércoles 12 de agosto. Los vecinos que la hallaron suponen que podría haber llegado hasta allí a través de los desagües.

Unos días antes del caso mencionado, más precisamente el mediodía del domingo 2 de agosto, quienes disfrutaban del descanso al sol en la Costanera Este se toparon con una serpiente de grandes dimensiones. Se pudo comprobar luego que tanto la serpiente que apareció en las calles de la ciudad como la que fue hallada en la Costanera eran inofensivas. Pero los casos despertaron la alarma de quienes no están habituados a este tipo de encuentros.

Para indagar sobre el tema, El Litoral consultó a los biólogos especializados en la materia Alejandro Giraudo y Vanesa Arzamendia, pertenecientes al Instituto Nacional de Limnología de la UNL/Conicet, quienes fueron los encargados de capturar las serpientes antes mencionadas, que eran de la especie Ñacaniná (Hydrodynastes gigas).

—¿Qué hay que hacer cuando vemos una serpiente?

—Intentamos determinar si es peligrosa o no. Normalmente, la serpiente sigue su camino y nosotros podemos evitarlas, lo cual generalmente no termina en una situación peligrosa.

Evitamos interaccionar con la serpiente a menos que sea estrictamente necesario, como, por ejemplo, si está adentro de una vivienda. Muchos accidentes ocurren cuando se intenta matarlas, así que si podemos, la evitamos.

Si es estrictamente indispensable capturarla (por ser venenosa, por no poder evitarla, o porque pone en riego a personas), debemos tener los elementos y entrenamiento adecuado (ganchos, recipientes). De no ser así, llamamos o intentamos ubicar a alguien que los tenga (servicios comunitarios) y señalizamos el lugar advirtiendo sobre la presencia de una serpiente.

Si se la captura, se deja en un recipiente y lugar seguros, sin personas y bien señalizado, para luego derivarla o liberarla en un lugar adecuado.

—¿Por qué aparecen con la crecida del río?

—El aumento del nivel del río, hace que las serpientes que normalmente viven ocultas en sus refugios silvestres tengan que desplazarse a lugares no inundados, al igual que pasa con las poblaciones humanas, por lo tanto se concentran y se ven más frecuentemente en sitios poblados. Algunas suben a camalotales para evitar ahogarse, y son arrastradas hasta la costas. Otros factores como el mal manejo de la basura en la Costanera y áreas periféricas de las ciudades hace que proliferen los roedores, que son el principal alimento de las serpientes venenosas.

Conocer las serpientes para prevenir

Alejandro R. Giraudo y Vanesa Arzamendia*

Las serpientes, ofidios o víboras son reptiles. Tanto serpens como reptilis son palabras del idioma latín que significan “el que se arrastra”. Evolucionaron a partir de un grupo de Lagartos (saurios) y se caracterizan por la ausencia total de extremidades, por lo cual “reptan” para moverse.

Las serpientes han despertado la fascinación del hombre. Se han tejido más historias, leyendas y fábulas sobre los ofidios que sobre cualquier otro grupo de animales. Mientras para algunas culturas representan la misma encarnación del mal, para otras son objeto de veneración y respeto.

Sin embargo, debemos despojarnos de todos los prejuicios que tengamos sobre los ofidios, para poder conocerlos objetivamente y descubrir un maravilloso grupo de animales, que contiene unas pocas especies que pueden provocar envenenamientos de gravedad para el hombre, aunque simultáneamente, sus venenos son esenciales para desarrollar los sueros antiofídicos que nos brindan tratamientos efectivos, además de las posibilidades terapéuticas de sus componentes, cuyo estudio permitió descubrir sustancias muy eficientes en el control de la presión arterial (una de las mayores causas de mortalidad en humanos), entre otras aplicaciones farmacéuticas.

Además, las yararás (Bothrops), las cascabeles (Crotalus) y muchas otras especies cumplen una importante función ecológica y sanitaria, como depredadores en los ecosistemas, ya que se alimentan principalmente de roedores que transmiten graves enfermedades al hombre como leptospirosis o hantavirus, entre otras, cuyo impacto sanitario puede ser mayor al ofidismo o envenenamiento por serpientes.

*Biólogos. Investigadores del Conicet. Instituto Nacional de Limnología. Docentes de la Facultad de Humanidades y Ciencias, Universidad Nacional del Litoral.