llegan cartas

Británicos y aliados locales enfurecidos con el Papa Francisco

DR. MARIO LACAVA

Estuvo muy bien y ubicado el Papa Francisco, proclamando al mundo que es tiempo de diálogo entre la Argentina y el Reino Unido por la cuestión Malvinas. ¿A qué se debe entonces el tamaño revuelo que ocasionó esta posición papal entre los británicos y sus aliados locales?

Resulta que la afirmación de Francisco se produce en el marco del 50º aniversario de la Resolución 2.065 de Naciones Unidas, lo que implica una forma de avalar y actualizar por parte del Papa a dicha Resolución. ¿Y qué dice esa Resolución? Establece aspectos que tienen consecuencias jurídicas insoslayables, en la solución de la cuestión Malvinas:

1. Reconoce la existencia de una disputa entre el Reino Unido y la Argentina en torno a las Islas Malvinas. 2. Reconoce que el caso Malvinas se encuadra en una situación colonial y que debe ser resuelta en consideración de lo expresado en la resolución 1.514 (XV) que establece como objetivo eliminar toda forma de colonialismo. 3. Invita a las partes a resolver sin demoras la disputa de soberanía, teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de las islas y no su opinión ni su voluntad.

Está claro que para Naciones Unidas, o sea el mundo, y para el Papa, las Islas Malvinas son argentinas, están usurpadas por una potencia colonial y hay que descolonizar, devolviendo posesión y dominio soberano a sus legítimos dueños, respetando en la transición los intereses, no la voluntad, de quienes hoy las ocupan.

Este contundente posicionamiento papal en favor de la Argentina, es la razón por la que británicos y aliados locales se pusieron tan molestos con el Papa.