al margen de la crónica

Cerveza solidaria

La “Oktoberfest”, la multitudinaria fiesta de la cerveza de Múnich que abrirá sus puertas el próximo fin de semana, recogerá fondos para atender a los niños refugiados llegados a Alemania estos días y muy especialmente a la capital bávara.

Fuentes de Caritas y de la arquidiócesis de Múnich anunciaron hoy una iniciativa para que al menos un millar de los tradicionales corazones que se consumen en la fiesta lleven mensajes a favor de la tolerancia y que su recaudación se destine a ese colectivo.

Múnich se ha convertido en los días pasados en principal destino de los solicitantes de asilo que, tras salir de Hungría y atravesar Austria, llegaron a Alemania con intención de ser acogidos en ese país.

El flujo de los solicitantes -hasta 12.000, solo el sábado- desbordó el pasado fin de semana la capacidad de atención de las autoridades locales, que se declararon desbordadas, ya que tanto la estación central de ferrocarriles y otras dependencias improvisadas para su acogida quedaron abarrotadas.

El vicecanciller y ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, aumentó hoy a un millón de personas el pronóstico de su gobierno en lo que concierne a la llegada de refugiados al país en este 2015, después de que en las últimas semanas se hubiera ya subido la estimación a unos 800.000 solicitantes.

Berlín decidió ayer restablecer temporalmente los controles en sus fronteras, ante la llegada de miles de refugiados desde Austria y en medio de las crecientes presiones sobre la canciller Angela Merkel por parte de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), formación hermanada a sus filas conservadoras.

El cierre temporal de las fronteras, según Berlín, es por motivos de seguridad y fue calificado de necesario para frenar los flujos de solicitantes de asilo y volver a contar con un procedimiento ordenado en la frontera.