Ejército de camorristas aterroriza a Nápoles

Por Cristina Cabrejas

(EFE)

En Nápoles, existe un “ejército del mal” formado por dos mil chicos que en los barrios se dispara como si fuera un videojuego, con sicarios y víctimas adolescentes. Son los jóvenes que han elegido pertenecer a la Camorra.

En los últimos meses, la escena se repite en algunos de los rione (barrios) más conflictivos de la ciudad: Sanità, Traiano, Soccavo o Forcella: jóvenes en moto, armados con pistolas semiautomáticas o metralletas, se paran ante cualquier negocio, una peluquería, una pizzería, o el portal donde vive un rival y descargan decenas de disparos.

El subsecretario del Ministerio del Interior italiano, Domenico Manzione, explicó en el Parlamento que en Nápoles existe un “ejército del mal” compuesto por 34 bandas criminales y 2.000 jóvenes “despiadados y dispuestos a todo”.

El pasado domingo, en la plaza San Vincenzo, en el rione Sanità, en el centro de Nápoles, se cruzó con las balas otro chico como ellos: Gennaro Cesarano, de 17 años. Quien lo conocía asegura que era un buen chico, que había tenido solo un problema con la Justicia por un intento de atraco, pero que no podía ser a quien buscaban los sicarios. No importan mucho las circunstancias, Genny era un menor, como menores son los que empuñan las armas en Nápoles, empujados por los jefes de la Camorra que les prometen un presente tranquilo y, sobre todo, un futuro.

El párroco del barrio de Sanità, padre Alex Zanotelli, uno de los históricos curas anti-Camorra que denuncian lo que ocurre en su zona y que el viernes celebró el funeral de uno de “sus” chicos, expone la preocupante situación: “Los grandes jefes de la Camorra han sido arrestados. Los que controlaban el barrio de Sanità están todos en la cárcel y muchos de ellos están colaborando. Por tanto, ante la falta de capos, las actividades ilegales están ahora en manos de las baby gans (bandas de niños): grupos de jóvenes despiadados, que disparan sin escrúpulos y que son feroces”.