Nightwish en el Luna Park

Reinvención de la química

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Las ideas compositivas del tecladista finés Tuomas Holopainen encontraron un nuevo equilibrio con la incorporación de la vocalista holandesa Floor Jansen (ex After Forever).

Foto: Gentileza Ariel Pascolat

 

Ignacio Andrés Amarillo

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En “Angels Fall First”, su primer disco, Nightwish grabó el tema central de “El fantasma de la ópera”, donde el Fantasma y Christine cantan sobre el espíritu de él y la voz de ella combinados en uno. Y tenía sentido: la banda finesa funcionó gracias al ensamble entre las ideas compositivas de Tuomas Holopainen y la voz de Tarja Turunen, cuya partida rompió ese balance.

Tras casi una década con la sueca Anette Olzon, el equilibrio parece recuperado de la mano de la holandesa Floor Jansen (ex After Forever), miembro fundador del club de las primeras goth queens junto a Tarja, la noruega Liv Kristine y las también holandesas Sharon den Adel y Anneke van Giersbergen (Simone Simons vino un poco después).

Pero los cambios siguen: luego de una obra compleja como “Imaginaerum”, y al margen del reemplazo del baterista Jukka Nevalainen por problemas de salud, se produjo la incorporación de Troy Donockley en uilleann pipe (gaita irlandesa con fuelle y sin boquilla) y whistles (flautas metálicas de Irlanda), que concreta en el nuevo disco “Endless Forms Most Beautiful” un sonido celta cuya prehistoria se remonta a “Last of the Wilds”/ “Erämaan Viimeinen” de “Dark Passion Play”. Y, ya que estamos, permea en vivo las versiones de temas anteriores, dándoles un nuevo sabor.

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Impacto

Porque del show en vivo hablamos, específicamente del que brindaron en el Luna Park el viernes. Con la portada del disco de fondo y sobre el tono marcial de “Roll Tide” de Hans Zimmer (de la película “Marea roja”) como cortina, fueron saliendo las caras conocidas: Kai Hahto, el nuevo baterista; Holopainen, el cerebro silencioso y de sonrisa tímida; Emppu Vuorinen, el otro fundador, un duendecillo rubio que camina con sonrisa pícara todo el escenario; Marco Hietala, el veterano vikingo de la doble barba larga, de remera manga y jeans, suavizando su temible aspecto.

Y después ella: lejos de la estampa de reinas del hielo de sus colegas, Jansen luce como una amazona, con un conjunto de top con cola larga, minishort y bucaneras, sacando partido a sus atributos: las piernas largas, la espalda ancha y los brazos fuertes y tatuados. Impactante, si lo sumamos a la sonrisa en los labios procaces a lo Alicia Silverstone y la argollita en la nariz. Y su voz, por supuesto, que se mueve entre lo rockero y lo lírico según lo pida la canción.

Pasado y presente

El concierto arrancó con “Shudder Before the Beautiful” y un “gracias” en castellano de la cantante, “en este legendario Luna Park. Haremos de esta noche algo que nunca olvidarán”. Ahí cayó la también nueva e intensa “Yours Is an Empty Hope”, para volver el tiempo atrás con “Ever Dream”, que arrancó coreada por la gente, sobre las teclas de Tuomas: un hit en toda la regla, y la primera “apropiación” respetuosa de Floor de los temas de la era Turunen, con lirismo pero sin exageraciones ni imitación (pero con unos agudos incisivos).

La lista siguió levantando calor en una noche que afuera era helada, con “She Is My Sin” (la que abría el disco “Wishmaster”), desplegando la solvencia de Hahto y Jansen, revoleando cabeza pero algo estática (les pasó a las anteriores cantantes), compartiendo el centro del escenario y las voces con un Hietala cada vez más afirmado en ese aspecto, mientras Emppu tocaba sus solos como viejo guitarrero, con la pierna sobre los monitores.

Ése fue el momento para que entrara Donockley con la gaita y los whistles para “My Walden”, y para que todos saltaran como irlandeses borrachos. Ahí quedó un vitoreado Marco solo sobre el escenario, arrancando a cantar “The Islander” sólo con guitarra (en razón de verdad, la que está debajo de un bajo en doble mástil), para finalmente sumar a los demás miembros. Ese segmento terminó de estallar con “Élan”, hit del nuevo disco.

Reversiones

Una voz en off abrió “Weak Fantasy”, con Troy en bouzouki, seguida por “7 Days To The Wolves”. Ahí vino la prueba de fuego: Jansen se lució en “Wishmaster”, posiblemente uno de los emblemas del metal sinfónico, y resistió la bajada y subida de “Oh, Elbereth/Oh Lórien-Oh, Silvara/Oh Starbreeze” (sí, a Tuomas le gustan mucho Tolkien y la Dragonlance): todos los aplausos fueron para ella, luego de que se armaran rondas de pogo entre puños en alto; agite que siguió con la céltica “I Want My Tears Back” (de “Imaginaerum”), y con “Nemo”, el hit por excelencia de “Once”, con su pianito de apertura y la explosión que le sigue.

“¿Están listos para volver en la historia con nosotros?”, preguntó la guerrera, antes de anunciar “Stargazers”, de “Oceanborn”: el telón de fondo, que había pasado por un péndulo similar al de “Dark Passion Play”, se convirtió en aquel de la chica en el agua, y quedó así durante el siguiente tema: “Sleeping Sun”, donde también hubo aplausos ante la notable rendición de la vocalista de un clásico de la voz original (y una de las grandes baladas del género).

Donockley unió el tema antiguo con “The Greatest Show On Earth”, partes II (“Life”) y III (“The Toolmaker”), seguidas por la histórica “Ghost Love Score”. “Ha sido una velada brillante para nosotros, espero que para ustedes también”, comenzó a despedirse Marco: para el cierre eligieron “Last Ride of the Day”, y sí, fue la última cabalgata. Cuando sonaron como cortina de despedida partes instrumentales de “The Greatest Show on Earth”, todos supieron que el vértigo terminaba por esa noche, y que había que esperar la embestida del frío una vez afuera.

El dato

  Soportes locales

  • Dos de las bandas más activas de la escena power metal argentina volvieron a acompañar a los de afuera y esta vez pudieron subirse a un escenario destacado como el del Luna Park. En primer lugar fue el turno de Boudika, la agrupación de Villa Constitución que ya fue soporte de Tarja Turunen y Within Temptation. En un segundo momento, Escapist hizo lo propio como cuando acompañó a Within Temptation y Leaves' Eyes; su cantante Luciana Queirolo ya había sido soporte de Nightwish junto a su grupo anterior, Kapelmaister.