Unión se trajo un empate que sabe a nada...

Menos mal que funcionó el “fortincito” de atrás

• En un partido malo, el equipo de Madelón apenas mostró un buen funcionamiento defensivo. Del medio hacia arriba, nulo en juego y en situaciones.

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

Está claro que no es el mismo Unión de antes. Clarísimo. Se le cayó el equipo a Leo Madelón. No es de ahora, viene de hace un tiempito atrás. Lo mejor que logró en este pasaje de sombras futboleras preocupantes, es mantener una racha de seis partidos sin perder. En ese lapso, supo mantener el cero en su arco en varios partidos. Es un detalle no menor, pero apenas un detalle. En el grueso del análisis y a la hora de evaluar aquellos atributos que lo llevaron a convertirse en un equipo con identidad de juego, agresividad ofensiva y eficacia, este equipo no tiene nada que ver con el que dio acabadas muestras de competitividad en la primera parte del año.

Se podrá decir que arriba falta Triverio, pero alguna vez Nereo Fernández lo dijo luego de aquella derrota en Formosa ante Gimnasia en la definición por penales en Copa Argentina: “basta de hablar de Triverio”. Y es así. No se puede vivir del recuerdo de un jugador, por más goleador e importante que haya sido.

Acá lo que verdaderamente preocupa es la caída individual en el rendimiento de muchos jugadores. Y quizás en alguna alternativa de juego que tampoco aparece. Algo de esto señaló ayer el propio Madelón, cuando se refirió a que “quizás ahora nos conozcan y sepan cómo jugarnos”. Es así, Leo, no tengas dudas. Han conocido a Unión y saben que se debe tapar a los volantes laterales, que no se pueden generar tiros libres a su favor en las inmediaciones del área, que Riaño juega casi siempre de espaldas y que a Gamba no hay que permitirle que encare de frente.

Desde hace un tiempo que se viene diciendo que Martínez no es el mismo, que Gamba no mete goles ni desequilibra como antes, que a Montero le cuesta encontrar su nivel, que también se ha caido Malcorra, que no hay sorpresa por los costados ya que los laterales suben poco y nada, sobre todo de visitante. Está claro que cuando los niveles individuales flaquean, no se puede pedir que el equipo brille porque es imposible. Una cosa viene aparejada de la otra y son totalmente dependientes. Entonces, la pregunta que se debe hacer Madelón es: ¿qué hago ahora?. Y a uno le cuesta aceptar que se deba cambiar, porque si algo se le elogió a este técnico y a este equipo, es la idea de juego, la identidad, las formas. En definitiva, siempre se dijo que este equipo sabía muy bien a qué jugaba, que a veces le salía bien y otras veces no tanto, pero que hasta jugando mal, la identidad nunca se perdía.

Pensar ahora en cambios de esquema o de estrategia, sería darle un giro inapropiado a una historia que se fue escribiendo de una manera muy clara, con un libreto admitido y aceptado por todos. Pero para volver a las fuentes, es estrictamente necesario que el equipo vuelva a tener el aporte individual de antes, que Martínez sea ese “5” con aire y piernas suficiente para ir a “romper” en la salida del rival, apoyando a los delanteros para presionar en el campo contrario; es necesario que los delanteros la metan o aporten los espacios y el desequilibrio para que haya otros en condiciones de convertir (algo que anoche no pasó en todo el partido); y que Malcorra y Villar o Montero le den al equipo ese fútbol que le viene faltando desde hace varias fechas.

Están logrados los objetivos, casi me animo a decir que sobradamente. Casi todo lo que se planteó, se logró. Con 40 puntos, salvado del descenso (en realidad, sin haber sufrido en absoluto durante todo el año) y clasificado para la Liguilla Pre Sudamericana, a Unión le queda el último eslabón, que es el de clasificar para esa copa internacional. No es poco si se habla del aspecto motivacional; pero sí es poco lo que el equipo viene brindando y justo se da este bajón en un momento de definiciones. Dicho en otras palabras: Unión no puede ir a la Liguilla exhibiendo este bajo nivel, porque correrá serio riesgo de quedarse con las ganas.

Lo bueno: la defensa.

/ Si algo se puede destacar del partido de anoche, fue el buen trabajo de la defensa. El mejor fue García Guerreño, pero Cardozo se lo metió en el bolsillo a Ciro Rius, Zurbriggen se arregló para no dar ventajas y Fleita fue un buen complemento de su compañero de zaga. A ellos hay que sumarle las dos o tres atajadas de Nereo.

Lo malo: el medio y el ataque.

/ Unión no tuvo volumen de juego, generó muy poco, los volantes laterales estuvieron bien tapados y arriba no hubo desequilibrio ni conexión. La única jugada de aparente peligro fue una media vuelta de Riaño que se fue cerca del palo. Poco y nada.

 

“Muchachos, ¿jugamos igual?”

Ariel Penel, el árbitro del partido, juntó a los jugadores antes de empezar el segundo tiempo y les preguntó si querían arrancar igual, a pesar de la merma considerable en la iluminación.Foto: Matías Nápoli

bajo la lupa

NEREO FERNÁNDEZ (6).-

No se equivocó en ninguna, tuvo mucha seguridad aún a pesar de que la pelota estuvo mojada siempre (por la lluvia) y le tapó un mano a mano a Benítez. Uno de los mejores.

ZURBRIGGEN (5).-

Momentos de alguna complicación cuando le hicieron el 2-1 con la subida de Benítez. Le puso las ganas de siempre para salir adelante.

FLEITA (6).-

No se complicó, la sacó siempre lejos e hizo pie en una cancha que estaba rápida y resbaladiza. Buen complemento para la figura tatengue.

GARCÍA GUERREÑO (7).-

El mejor de Unión. Muy bien de arriba y de abajo, no falló nunca, la reventó sin miramientos cuando tuvo que hacerlo y fue el bastión defensivo de un equipo sólido en esa línea.

CARDOZO (6).-

Le tocó, como se dice en la jerga futbolera, “bailar con la más fea”. Ciro Rius se paró de wing derecho toda la noche. Lo marcó bien, apenas si lo desbordó una vez en el primer tiempo y no gravitó en el partido.

MONTERO (4).-

Capacidad de lucha como siempre, pero muy poco aporte a la hora del juego. Le está costando encontrar ese muy buen nivel que casi siempre tuvo en Unión.

MARTÍNEZ (5).-

Mucho despliegue, pero sin claridad con la pelota. Es otro de los jugadores que no ha podido mantener el buen rendimiento que tuvo en otros pasajes del torneo. Y eso que anoche lo tuvo a Matías Sánchez al lado.

MATÍAS SÁNCHEZ (5).-

Es posible que haya sido el jugador para rescatar en el medio, porque el mejor aporte que le da al equipo es la marca. Y en eso no falló. Igualmente, entró en la imprecisión de todos cuando manejó la pelota.

MALCORRA (4).-

La imagen más fiel fue cuando ejecutó un tiro libre (era para un diestro) en el final del primer tiempo y la tiró alto y lejos. Bien tapado y superado por Damián Martínez.

GAMBA (4).-

Se cayó su nivel al compás del equipo. La pelota le rebotó toda la noche, estuvo impreciso, sin dominio ni ductilidad. Cuando encaró, casi siempre perdió en el mano a mano.

RIAÑO (4).-

Tuvo la más clara en el final del primer tiempo, cuando le pegó de media vuelta adentro del área y la tiró afuera. Jugó mucho de espaldas. Y perdió con la marca de los centrales rivales.

MATÍAS GASTÓN CASTRO (4).-

Escasísimo aporte, aunque a su favor habrá que decir que la pelota le llegó muy poco y dividida.

RIVAS (4).-

No pudo mejorar lo de Montero, no le dio el fútbol necesario al equipo y terminó cayendo rápidamente en la confusión e impotencia de todos.

BRUNO PITTÓN.-

Entró en la parte final, se volcó por izquierda y Malcorra fue unos metros más arriba a jugar de media punta. Pocos minutos en la cancha.

Hurgueteando... Hurgueteando...

... Se puede encontrar esta aproximación de Unión al arco de Arias. Fue en el primer tiempo, cuando Ignacio Malcorra le pegó “con la de palo”, sin potencia ni buena dirección, y a las manos del arquero.

Foto: Matías Nápoli