Grave denuncia

“Sé que corro peligro, pero igual me la tengo que jugar”

  • Una mujer que fue baleada el domingo frente a su casa, en barrio Loyola Norte, asegura que los vecinos son víctimas de una banda narco. “Mis hijitas están acobardadas. Sienten tiros y se arrojan al piso a llorar”, dijo Analía Torres.
23 IMG_7907.jpg

“Venden casas y luego tirotean a los que las compran, para recuperarlas y poder ofrecérselas a otras personas”, explicó Analía Torres. Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Joaquín Fidalgo

[email protected]

Analía Torres tiene 31 años y vive junto a su familia en la cuadra de Pje. Alfonsina Storni al 6700, en barrio Loyola Norte, en el sector noroeste de nuestra ciudad. Esta mujer se mudó a ese lugar hace cuatro meses, con su esposo y sus tres pequeñas hijas, de 11, 9 y 8 años. Desde ese mismo momento, ha realizado denuncias contra delincuentes que pasean armados por las calles y cometen todo tipo de atropellos contra las personas. Este domingo, Torres fue baleada y ella decidió hacer público el infierno que padece toda la barriada.

En una camilla del Hospital Cullen, donde deberá permanecer cuatro semanas en reposo (el proyectil le fisuró un hueso de la columna), la víctima contó que “este lío comenzó cuando un malviviente llamado C.V. le vendió a Yésica Robles la casa que está junto a la mía. A partir de entonces, C.V. comenzó a tirotear a diario la vivienda de Yésica para echarla y volver a ofrecer ese inmueble. Siempre hace lo mismo en todo el barrio. Pasaba y repartía balas para todos lados. Algunas impactaban en mi hogar también. Hice varias denuncias por amenazas, abuso de armas. El viernes había hecho la última en la fiscalía y el domingo pasó esto”.

“Eran las 11 aproximadamente -recordó- y había mucha gente en la calle. Estaba parada fuera de mi casa, esperando a mi marido que había salido para ver dónde votaba. Doy gracias a Dios y a la Virgen que mis hijas jugaban adentro y no estaban conmigo cuando apareció C.V. Pasó en una moto CG Titán de color rojo junto con un compinche, M.B. Ambos sacaron pistolas y empezaron a disparar. Traté de correr para ponerme a salvo, pero un proyectil me dio en el glúteo izquierdo. Los acompañaba otra moto Honda Twister negra, con dos muchachos arriba, pero ellos no tiraron”.

Analía fue auxiliada por un automovilista que vio el ataque y la cargó para llevarla con un doctor. La trasladó al Hospital Mira y López, desde donde luego fue derivada al Cullen en ambulancia. “Ahora estoy con mucho miedo, por mis hijas, porque yo las llevo todas las mañanas a la escuela y acá hay mucha gente involucrada en este lío. Hay una vieja narco en el barrio que les da balas, droga y plata a los delincuentes... y ellos hacen lo que ella les pide. La echaron de Recreo, la agarraron con droga en San Justo y ahora está arruinando todo ese sector de esta ciudad”, manifestó.

Miedo

“Espero que estas personas no queden libres. Sé que al menos C.V. está preso, porque a la tarde de ese mismo día también le disparó a otro hombre y la policía lo agarró. Pero estos malvivientes siempre tienen un as bajo la manga y cómo voy a hacer yo para vivir. Cómo van a hacer mis hijas. Ellos ya saben que yo estoy haciendo estas denuncias y temo que me esperen a la salida de la escuela. Sé que me la estoy jugando, sé que corro peligro, pero lo hago por miedo y porque no quiero que le pase esto a nadie más. Estos tipos le hacen daño a mucha gente, pero las personas tienen miedo y se callan. Yo quiero un lugar mejor para que mis hijas puedan vivir. Mis chiquitas están acobardadas. Sienten un tiro y se arrojan al suelo solas a llorar. Fue muy feo ver cómo estaban desconsoladas cuando vieron que yo estaba herida. Fue lo peor que me pasó en mi vida”, concluyó Analía.