Se hicieron pasar por empleados del hospital

En audaz maniobra delictiva robaron dos desfibriladores en el Cullen

El robo ocurrió el jueves y trascendió ayer. Los delincuentes engañaron a trabajadores de Cardiología y Unidad Coronaria para llevarse los aparatos. Pese al robo, el director del hospital garantizó la atención.

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El destacamento policial se inauguró hace 15 días, pero los ladrones se animaron a robar los desfibriladores igual.

Foto: Archivo El Litoral / Mauricio Garín

 

Nicolás Loyarte

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Delincuentes que se hicieron pasar por empleados del hospital José M. Cullen robaron dos desfibriladores del interior del nosocomio durante la mañana del jueves, según confirmó su director, Roberto Chito, en diálogo con El Litoral.

Los ladrones se presentaron primero en la sala de Cardiología y haciéndose pasar por empleados del hospital exigieron a sus “pares” la entrega de un desfibrilador “para su mantenimiento”. Luego reiteraron el ardid en el área de Unidad Coronaria y se llevaron otro desfibrilador. “Fueron retirados por dos personas que dijeron pertenecer al hospital”, insistió Chito.

Los empleados de Cardiología y Unidad Coronaria habrían sido engañados en su buena fe, ya que “se los entregaron para una revisión técnica”, explicó esta mañana Chito. El robo quedó evidenciado ayer cuando los supuestos “empleados” no devolvieron los desfibriladores que se habían llevado presentando una nota a los empleados de ambas áreas.

Entonces, las autoridades hospitalarias denunciaron los robos a la policía y además iniciaron una investigación interna para determinar responsabilidades. La jefa del flamante destacamento policial que funciona en el interior del Cullen, Mirta Saldaña, fue quien recibió la denuncia.

Son vitales

Los desfibriladores son aparatos que se emplean como un método curativo o terapéutico para restituir el ritmo normal y coordinado de los latidos del corazón, mediante descargas de corriente continua, y pueden salvar la vida de los pacientes.

Por este motivo, el uso de los desfibriladores en ámbitos fuera de hospitales y centros de salud creció en los últimos años debido a que son exigidos a través de normas en lugares de concurrencia masiva. Esto provocó el aumento de su demanda y podría ser uno de los motivos del robo.

En nuestra ciudad, una ordenanza sancionada en 2010 señala la obligatoriedad de contar con un desfibrilador “en los espacios de concurrencia masiva y constante de público en los que se congreguen una cantidad superior a 5.000 personas”, y agrega que debe ser “provisto por los organizadores de espectáculos o instituciones privadas a cargo de los lugares de gran influencia de público”.

Otra vez, el Cullen

El doctor Chito se mostró hoy apesadumbrado por el robo perpetrado con “una logística de engaño”, ya que los delincuentes “simularon ser empleados”.

Días atrás, el hospital Cullen quedó en el ojo de la tormenta por los reiterados hechos de violencia que se sucedían en su interior por parte de pacientes y familiares de los mismos, de los que eran víctimas los empleados.

Hubo protestas, manifestaciones públicas y reclamos gremiales para garantizar la seguridad de los empleados, y se tomó la decisión política de instalar un destacamento policial en el interior del hospital. Gracias a esta medida ahora “la situación en el hospital está bien”, dijo hoy el director.

“Con el destacamento policial adentro del hospital se están imponiendo normas y se están solucionando rápidamente los problemas”, agregó Chito. “Pero esto, nos descoloca, porque prácticamente erradicamos los hechos de violencia, que era lo que más nos preocupaba, y aparece este robo”, reflexionó.

Atención garantizada

En cuanto a la investigación del robo, Chito dijo: “Voy a esperar el transcurso de este fin de semana para realizar una evaluación y tomar una decisión”, y agregó: “Se hizo la denuncia, así que voy a esperar al lunes o martes para ver si tenemos alguna otra información”.

Pese al robo de los dos desfibriladores, la atención en el área de Cardiología y la Unidad Coronaria se desarrolla “sin inconvenientes”, garantizó Chito. “Tenemos manera de suplirlos”, explicó el funcionario, y agregó: “Por supuesto que vamos a tener que reponerlos, pero esto no disminuye el servicio para ninguno de los sectores”.

Según la estimación del director del hospital, cada desfibrilador robado “cuesta entre 30.000 y 35.000 pesos”.

 

" Esto nos descoloca, porque prácticamente erradicamos los hechos de violencia, que era lo que más nos preocupaba, y aparece este robo”.

Roberto Chito

Director del Hospital Cullen

30.000 pesos

es lo que cuesta un desfibrilador similar a los que se robaron del Hospital Cullen.