llegan cartas

Demoras, mala educación y mala predisposición del 107 para personas en situación de calle

RICARDO COSTANTE

DNI. 4.537.570 / [email protected]

El domingo 17 de octubre, a las 21.57 hs, llamé al 107, para solicitar una ambulancia para una persona que habita en la calle y que llamó a mi casa para que lo asistiera, porque había vomitado sangre y aún seguía con esa descompostura. Informé al operador que se trataba de una persona indigente y me contestó que ya salía el móvil. A las 22.13, volví a llamar porque no había llegado la ambulancia y el operador que me atendió me dijo que recién entraba en la guardia y que no había ningún pedido. Expliqué todo nuevamente y me contestó que ya enviaba la ambulancia. Siendo las 22.37 y sin tener novedades, volví a llamar al 107 y fui atendido por otro operador que me informó que la ambulancia que había salido para atender a la persona que estaba conmigo debió ser derivada para otro pedido, en razón de un tiroteo y que no tenían otro vehículo. Pregunté cuántas ambulancias tenían y me confirmó que sólo tres y que todas estaban en servicio.

Ya con otro tono, solicité hablar con el encargado, a quien le expliqué toda la situación. Me preguntó si el señor había bebido y si estaba agresivo; le contesté que hacía 40 minutos que estaba con él y que, si bien nervioso, para nada estaba agresivo. Faltando unos minutos para que transcurriera una hora del primer llamado llegó la ambulancia, bajó el médico, que en forma educada, pero con no mucho agrado me preguntó si yo era el que había llamado. Luego quiso saber si ese hombre había bebido, si tomaba algún medicamento y si era la primera vez que tenía un episodio de esa naturaleza. Enseguida lo hizo subir a la ambulancia y quien lo acompañaba le preguntó si lo iban a revisar y lo único que le dijo era que lo derivaban. Me saludó con un buenas noches, y se fueron.

Pido disculpas por lo extenso del relato, pero lo creo necesario para poder analizar el servicio del 107 y su prestación. Un domingo a la noche es de extrañar que solamente estén en servicio sólo tres ambulancias siendo una fecha de mucha actividad en la ciudad y la situación explicada por de más demandaba que fuera mayor la cantidad de móviles en funcionamiento.

En segundo lugar, los operadores mostraron una total ineficiencia no sólo al no informar de los llamados, sino también en el servicio de llamar a quien solicita una ambulancia para decirle que por algún motivo hay demora y a qué hora puede llegar.

En tercer lugar, el médico que lo atendió no lo revisó, no le tomó la presión por si tenía algún tipo de descompensación, no le hizo absolutamente nada y lo llevó al hospital. Como padre de médico, realmente me avergonzaría si mi hijo actuara de esa manera.

En cuarto lugar, el servicio 107 tiene que estar en función de aquellos que no tienen obra social donde pueda ser atendido, y con más razón si son personas indigentes. Ese señor puede vivir en la calle, podemos ponerle todos los epítetos que queramos y que se escuchan a diario, pero debe ser respetado y el servicio 107 no lo hizo.

Si bien no viene al caso, permítaseme para terminar citar una homilía del padre Gunter de la parroquia San Roque, preguntándoles a los padres qué dicen sus hijos cuando algún indigente llama a sus puertas: “Papá: hay un ciruja pidiendo algo de comer”, o “Hay un señor que pide algo de comer”.