Violencia y tensión en el Hospital de Niños

Cansada de esperar, una mamá golpeó al personal del Alassia

 

De la Redacción de El Litoral

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Ayer a la noche, una mamá de 19 años golpeó a una enfermera y a una médica de la Sala de Internación Transitoria del Hospital de Niños Orlando Alassia y fue detenida por la policía. “Yo sé que estuvo mal, pero estaba desesperada porque hacía horas que esperaba que le hicieran una ecografía”, contó la abuela del bebé, en diálogo con El Litoral.

Esta mañana, la mamá volvió al hospital, después de pasar la noche detenida, y también habló con El Litoral. Contó que llegó desde Esperanza ayer a las 7 con su bebé de seis meses. Tenía un cuadro de diarrea, con sangrado, y estaba muy asustada.

Los médicos internaron al bebé y le dijeron que le iban a realizar una ecografía para determinar si estaba afectado por un cuadro de invaginación intestinal (un cuadro digestivo agudo). “Me dijeron que tenía que esperar al ecógrafo pero pasaban las horas y no venía. Como me pidieron que mi hijo esté con dieta seca estaba muy angustiada porque no comía nada desde las 5 de la mañana”, contó la mamá.

A la noche, cuando llevaba unas 12 horas esperando el estudio, perdió el control. “Le pregunté a la enfermera cuándo venía el ecógrafo y casi no me contestó y se puso a mirar el celular. No aguanté más y le di una cachetada”, reconoció. Después también agredió a una de las médicas y a un policía que intentó contenerla.

Esta mañana, las autoridades del hospital dieron una conferencia de prensa. “La verdad es que no se trataba de un caso grave y se podía aguardar para realizar la ecografía, que era un estudio complementario. Cuando son casos agudos se activan todas las alarmas y enseguida se hacen las ecografías”, aseguró Mariela Allassia, directora asociada del hospital.

También explicó que durante la mañana el hospital cuenta con turnos de ecografístas, pero durante la tarde se hacen guardias pasivas; es decir no están en el hospital y se los llama cuando hay una urgencia.

La mamá del bebé, que evolucionó bien y se está recuperando en el área de Cuidados Intensivos Moderados (CIM 2), en ningún momento comprendió —o no le explicaron bien— que el cuadro médico de su bebé no era de riesgo y que había tiempo para hacer la ecografía.

En su versión, insistió en que estaba desesperada porque veía que su hijo no paraba de llorar, llevaba cada vez más horas sin comer y nadie le decía cuándo le iban a hacer la ecografía, que se terminó realizando después de las 21, catorce horas después que el bebé ingresó al hospital.

A la noche, cuando llevaba unas 12 horas esperando un estudio, la joven madre perdió el control. “Le pregunté a la enfermera cuándo venía el ecógrafo y casi no me contestó y se puso a mirar el celular. No aguanté más y le di una cachetada”, reconoció la mamá.