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Secuestro y un detenido por el robo a la panadería La Beba

Agentes de la PDI allanaron un domicilio en San José al 8000. En el lugar encontraron armas, municiones y elementos robados a la panadería La Beba, hecho ocurrido el 18 de agosto. Se ordenó el traslado de un hombre de 29 años.

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“Me desvalijaron la casa... sólo dejaron unos trapos mugrientos”, dijo tras el robo Eduardo Galeano (61), dueño de la panadería La Beba.

Foto: Danilo Chiapello/archivo

 

Danilo Chiapello

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En la madrugada del 18 de agosto un grupo de delincuentes irrumpió en una vivienda ubicada en Rivadavia al 6000, esto es, en el corazón de barrio María Selva.

En el lugar reside junto a su familia Eduardo Galeano (61), titular de la panadería La Beba, que funciona en la misma dirección. Los malvivientes llegaron cerca de las 3 y se quedaron hasta pasadas las 5. Durante ese lapso el empresario junto a su familia vivió un verdadero calvario.

Todos fueron maniatados y amenazados de muerte. Los rufianes saquearon el inmueble y finalmente huyeron con el vehículo particular de la víctima.

“Cuando sentí que golpearon la puerta pensé que era uno de los panaderos. Pero ni bien abrí me encontré con varios sujetos encapuchados”, dijo Galeano en aquella oportunidad cuando fue entrevistado por este diario.

Galeano fue obligado a tirarse al suelo boca abajo. Luego fue maniatado con cables y tapado con frazadas para impedirle la visión. Idéntico trato sufrieron la esposa y los hijos del trabajador que se convirtieron por ese rato en compañeros de pesadilla.

Con la situación bajo su dominio, los malvivientes comenzaron a hostigar el dueño de casa para que haga entrega de dinero.

El anillo

Uno de los momentos más dramáticos se dio cuando uno de los cacos mostró interés por quedarse con la alianza de casamiento de Galeano.

“Me dijo ‘te voy a cortar el anillo... y lo hizo’, recordó hoy el hombre. “Se ve que venían preparados porque tenían un maletín con herramientas. Supongo que utilizó un alicate muy filoso, porque ni siquiera me lastimó el dedo. Yo pensé que me iba a cortar el dedo con un cuchillo”.

Mientras, los demás compinches arrasaron con todo lo que tenían a mano.

“Me desvalijaron la casa... lo único que me dejaron fueron unos trapos mugrientos”, sentenció el empresario con lágrimas en sus ojos.

Más adelante apuntó que los delincuentes “se llevaron los televisores, las computadoras, los electrodomésticos, los teléfonos celulares. También me vaciaron los roperos, sacaron toda la ropa. Sumaron a su botín las alhajas de la familia, platos, cuchillos, en fin... hasta los vinos se robaron”.

“Al cabo de dos horas que estuvieron acá adentro cargaron todo y se fueron con mi camioneta, una Toyota 4x4. Después, me enteré, apareció tirada en la zona de Gorriti y Grandoli, en el barrio La Gran China. Estaba toda embarrada pero completa”, sostuvo.

La investigación

A partir de entonces se inició una paciente pesquisa, la que en los últimos días produjo una importante novedad que podría ser vital para la resolución del caso. Tras algunas averiguaciones, agentes de la Policía De Investigaciones (P.D.I.) llegaron hasta un domicilio de San José al 8000 donde concretaron un allanamiento.

Si bien en la primera vivienda requisada el resultado fue negativo, un poco después los actuantes se desplazaron hasta una finca lindera.

En este lugar, los policías hallaron un revólver, calibre 22 largo, marca Doberman, con cachas de madera; otro revólver, calibre 32, con carga completa del mismo calibre. Una caja completa de 50 cartuchos, calibre 22 largo. Se encontró además un teléfono celular, una consola de sonido; una notebook y un televisor LCD, elementos que fueron incorporados a la causa.

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Los investigadores se incautaron de importantes elementos, los que serán sumados a la causa.

Foto: El Litoral

Me la banco pero...

  • “Pese al momento sufrido, tengo que agradecer que respetaron a la familia. Si bien nos tiraron al suelo y nos maniataron, no golpearon a nadie. Sólo a mí me hostigaron un poco con el tema de la plata. Igual fue tremendo porque se llevaron todo”, dijo en su momento el comerciante asaltado.
  • “Todo esto te deja mal, porque la familia sufrió mucho. Todos quedaron con mucho miedo y hasta cuesta hablar de lo acontecido. Yo soy hombre y me lo banco un poco más pero...
  • “Éste era un barrio tranquilo, pero ahora vemos cómo va cambiando para peor. Están ocurriendo muchos robos, tanto sea en los negocios como en la calle”.