Barrio Zazpe

Sin copa de leche por robo en una escuela

Ocurrió en la zona noroeste de nuestra ciudad. Unos 150 alumnos se quedaron sin poder merendar, porque los ladrones se llevaron -entre otras cosas- el anafe.

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“Sólo el arreglo de las puertas nos va a costar carísimo. Además, tenemos que reponer todos los elementos de la sala de informática, el equipo de música, el anafe, vasos y otras cosas”, se quejó Blanca Meza. Fotos: El Litoral

 

Joaquín Fidalgo

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“Nuestro establecimiento educativo es muy humilde, porque así es la zona en la que se encuentra. Es público, pero de gestión privada. Eso quiere decir que el Estado paga los sueldos de los empleados, pero para todo lo demás -mantenimiento, impuestos, elementos didácticos, etc.- tenemos que arreglarnos solos. La mayoría de los alumnos no puede abonar una cuota, por lo que constantemente hacemos bingos, ventas de pastas y ‘polladas’, entre otras cosas. Por eso, esto que pasó el fin de semana nos provoca un daño enorme”, explicó esta mañana Blanca Meza, apoderada legal de la escuela San Vicente de Paul, ubicada en calle Mocovíes al 10000, en barrio Zazpe, en la zona noroeste de nuestra ciudad.

Esta institución fue blanco de incalificables delincuentes entre la noche del domingo y la madrugada del lunes. “Cuando llegó el ‘profe’ de educación física, ayer por la mañana, se encontró con todo destrozado. Nos avisó inmediatamente y al arribar no podíamos creer lo que veían nuestros ojos. Para entrar, barretearon una de las puertas que dan al patio y después rompieron todas las demás, la de la secretaría, la de la dirección. Los cajones estaban en el piso, al igual que los papeles. Todo revuelto. En ese momento, nos dimos cuenta de que faltaban unos 800 pesos que teníamos ahorrados. Después, a medida que fuimos ordenando, nos percatamos de todo lo que desapareció”, relató la mujer.

Sin custodia

Los ladrones se llevaron elementos de computación, un equipo de música y el anafe con el que la cocinera calentaba la leche para dar la merienda a los 150 alumnos. “Los chicos no van a poder tomar la copa hasta que no podamos comprar un anafe. Además, encontramos el único televisor que tenemos a unos 100 metros, cerca de un portón de acceso a la escuela, en un yuyal. Se ve que era demasiado grande para cargar, porque es de los viejos, de 29 pulgadas. Toda nuestra comunidad educativa está shockeada por lo que pasó. La directora lloró desconsolada. Ésta no es la primera vez que nos pasa algo así, pero nunca antes los delincuentes habían llegado tan lejos. Acá, todos ponemos más de lo que nos corresponde. Aportamos cosas propias, al igual que lo hacen los padres de los chicos. Esto nos provoca un daño terrible. Sólo el arreglo de cada puerta nos va a salir carísimo”, puntualizó Meza.

“Lo más grave de todo -continuó la apoderada legal- es que el gobierno paga adicionales a la policía para que custodien nuestro edificio, pero la custodia no va. Los jefes se lavan las manos. Yo ya denuncié esto en la División de Asuntos Internos, pero hasta el momento no pasó nada. Nunca sancionaron a nadie”, disparó.