TEATRO DE TÍTERES MUNICIPAL

Una alforja de sueños

El elenco cumplió en 2015 cuatro décadas de existencia y los celebrará el viernes 4 de diciembre en la Sala Marechal, con una función especial. Sus integrantes repasaron los inicios y destacaron los fundamentos que guían el trabajo.

Una alforja de sueños

“Amor con plumas”, una de las obras más entrañables montadas por el elenco titiritero. Foto: Archivo El Litoral / Flavio Raina

 

Juan Ignacio Novak

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El Teatro de Títeres Municipal cumplió 40 años. Y sus integrantes los celebrarán el viernes 4 de diciembre a las 21 a través de una función en la Sala Marechal, a través de un espectáculo que se hará por única vez e integrará fragmentos de diversas obras que el elenco titiritero presentó a lo largo de las décadas. “La idea es plantar una especie de mojón por los 40 años”, adelantaron. Además, en el Museo de la Ciudad ubicado en el Mercado Progreso, ese mismo día abrirá una exposición antológica con elementos de los diferentes espectáculos montados desde 1983. Y el sábado 5, en el marco del cierre del año del Programa Arte y Comunidad, los artistas del Teatro de Títeres Municipal harán una función de la obra “Los demonios”. En este caso, las actividades se iniciarán a las 20.30. De cara a estas actividades, Fabián Rodríguez y Nidia Maidana, integrantes del elenco, y el director del Teatro Municipal, Miguel Novello, dialogaron con El Litoral.

—Cuando se inició el trabajo del elenco, en 1975 eran años convulsionados en Argentina. ¿Por qué se decidió crearlo y cuales fueron las propuestas iniciales?

Fabián Rodríguez: —Por esos años, había una idea de política cultural centrada en que desde el Estado era necesario generar espacios como disparador para la cultura. Esto en términos generales y amplios, lo mismo pasó en el Teatro San Martín de Buenos Aires, con el grupo de titiriteros, pasó en Tucumán con una Escuela Nacional de Títeres, otra en Rosario. Todo en los ‘70. Y el Teatro de Títeres Municipal de Santa Fe también estaba dentro de ese proyecto cultural de generar desde el Estado propuestas artísticas que a su vez fueran disparadores para la actividad independiente. Tal es así que el Teatro de Títeres Municipal, al aparecer y empezar a producir espectáculos, generó la creación de elencos independientes en la ciudad. Hasta ese momento, había algún que otro titiritero solitario pero no conformados como elencos con actividad constante. Ésos fueron los fundamentos del Teatro de Títeres Municipal. En esos años convulsionados políticamente, trabajó de todas maneras, porque la primera propuesta de ese elenco era trabajar dentro del teatro, en la Sala Marechal.

—Casi en sintonía con la creación de la sala...

F.R.: —La Marechal se creó en 1973 y en el ‘75 el Teatro de Títeres, cuyas funciones se hacían allí. Era una sala nuevísima y novedosa para la región, se podía plantear la escena de las propuestas artísticas en todo el espacio. No era un espacio, como se suele decir, “a la italiana”, con un escenario y un sector del público fijo. El Teatro, al construir este ámbito en lo que antiguamente era el Foyer, generó un nuevo lugar para el teatro alternativo, que hoy sigue siendo referente.

Miguel Novello: —La Marechal tomó la idea del Café Concert, que era una cosa más chica.

—¿Cuál fue la primera propuesta que ustedes elaboraron con el Teatro de Títeres?

F.R.: —Hubo dos obras que se estrenaron. Una fue “El príncipe valiente” y una creación colectiva del grupo que se llamaba “Pipeta, vendedor de cubanitos”, referida a los vendedores ambulantes de cubanitos de calle San Martín. En esa época, había muchos más y era muy popular. Se tomaron esos personajes para una obra infantil, porque también el cubanito estaba muy referido a la infancia, a los niños se les compraban cubanitos rellenos con dulce de leche.

—Eso lo mantuvieron en el tiempo, las referencias a Santa Fe y el Litoral en las propuestas.

Nidia Maidana: —En general, para el repertorio de obras del Teatro de Títeres Municipal se piensan en varios planos. Uno de ellos es tratar de estar en contacto con la cultura de la región, con lo que sucede, la geografía, los personajes. En ese sentido van algunas de las obras estrenadas, como “Re-vuelo en el monte”, basada en leyendas populares re escritas por Gustavo Roldán. Pero de esa selección muy amplia, elegimos aquéllas en las que hubiera animales de la zona: una ñanduza, un sapito, un zorro. Entonces los chicos ven los títeres y después tienen la posibilidad de ir a la Granja La Esmeralda y ver a los animales. Siempre, antes o después de las funciones, hacemos un breve relato, reponiendo la información de dónde son las historias, dónde se pueden ver a los animales. Nos interesa proporcionar una visión de la realidad que brinde una alternativa al tipo de producto cultural infantil a los cuales los chicos están más acostumbrados por el cine, la computadora o la televisión.

—Más estandarizados.

F.R.: —O que provienen de otras culturas, Estados Unidos, Europa o China. Que son masivas y mundiales. Entonces se va perdiendo la visión del entorno, de lo regional.

Caminos creativos

—¿Cómo es el proceso para la creación de una obra?

N.M.: —El elenco tiene muchos años. Nosotros (con Fabián) somos de los más antiguos, ahora hay una serie de titiriteros más jóvenes que se integraron. Y a lo largo de estos años, modificamos la manera de trabajar. En este último período, lo que tratamos de hacer es dividir el trabajo en relación a las competencias de cada integrante. No obstante lo cual, trabajamos todos juntos y concertadamente. Las formas de trabajo varían, según los espectáculos, montajes y alcances. Hay algunos más sencillos de resolver. Tenemos una actividad doble: funciones acá en el Teatro y otras descentralizadas, en escuelas y en espacios públicos. Esos espectáculos en general son más sencillos.

—En este sentido, han tenido éxito las funciones de títeres de los sábados a la mañana.

M. N.: —La idea fue desde la dirección del Teatro, para que la gente sepa que los sábados hay títeres en el Teatro, que aquel que pase o esté en el centro con los chicos, tenga un esparcimiento distinto. La propuesta gustó a los titiriteros y a la gente.

N.M.: —Fue una propuesta de Miguel (Novello) y creo que le hizo muy bien al Teatro de Títeres, que generalmente trabaja con un público escolar pero no había público adulto que vea la producción. Entonces, esto de hacerlo los sábados y de manera continuada, hizo que muchos adultos que venían con sus niños vieran la calidad de las propuestas.

Lo importante

Obra Invitados

  • “Amor con plumas”, es uno de los espectáculos preferidos por Nidia Maidana. Está basado en un cuento de Enrique Butti, llamado “Porotita Pajarona”, que estaba dentro de una serie de cuentos que fueron publicados por Ediciones UNL. “Seleccionamos este cuento de Butti, pero además trabajamos con artistas de la ciudad”. Los diseños de los títeres los hizo la artista plástica Nidia Andino y la música es de Juan Candioti.

La clave

  • “Muchas veces hemos tenido experiencias con directores externos, invitados. Eso es un aporte muy importante porque propone visiones respecto del arte de los títeres que es diferente de la propia”, explicó Nidia Maidana. En este sentido rescató “Pedro y el lobo”, realizada en 2009, dirigida por Jorge Onofri.
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Fabián Rodríguez y Nidia Maidana, del Elenco Municipal de Títeres, y Miguel Novello, director del Teatro Municipal, repasaron tiempos pasados y dejaron entrever algo de lo que vendrá. Entre los proyectos figuran realizar una puesta que exponga más el trabajo del titiritero y un taller para chicos.

Foto: Guillermo Di Salvatore

Creo que los chicos están mucho más abiertos de lo que uno espera a recibir distintas propuestas. Son menos encasillados que los adultos. Están abiertos y dispuestos a la recepción. Pero siempre tratamos de adecuar el nivel de las historias, para que cuenten con elementos que puedan ser comprendidos”.

Nidia Maidana / Teatro Municipal de Títeres