editorial

  • El río crece y comienzan las primeras evacuaciones de pobladores. Las lluvias en la zona podrían complicar aún más la situación.

El Niño se pone difícil

Las advertencias que se vienen produciendo desde hace meses a escala mundial comienzan a cumplirse. El fenómeno de El Niño es una realidad y la crecida del río Paraná empieza a ocasionar los primeros inconvenientes en la ciudad de Santa Fe y en gran parte de las localidades ubicadas sobre la costa.

En esta capital, la altura del río oscila en los 5 metros y el municipio ya debió evacuar a un grupo de familias que fueron alojadas en unidades habitacionales construidas junto a la ONG Techo, que se especializa en este tipo de desarrollos. Nuevos módulos comienzan a levantarse a la vera de la Ruta 168.

De acuerdo con el último informe del Sistema de Información y Alerta Hidrológico de la Cuenca del Plata (SIyHA), que depende del Instituto Nacional del Agua (INA), el río llegaría a los 5,30 metros durante la primera semana de enero, lo que representa el nivel de alerta para Santa Fe.

También se produjeron repuntes en el río Ubajay, a la altura de Rincón, y en el río Salado, en Santa Fe y Santo Tomé.

Los informes de situación no parecen ser demasiado alentadores. En las últimas horas, el intendente de Rincón, Carlos Sánchez, advirtió que numerosas familias deberán ser evacuadas porque el agua comienza a filtrarse a través de las defensas. Pero eso no es todo. Además, aseguró que no fue posible realizar una adecuada limpieza de los reservorios porque el gobierno provincial nunca envió la máquina comprometida para dicha tarea.

Un poco más al norte, en Arroyo Leyes, también están preocupados. Las autoridades de la comuna son conscientes de que carecen del dinero necesario y de la estructura adecuada para atender a las familias que, seguramente, deberán abandonar sus viviendas. Por eso comienzan a sumarse al pedido de ayuda al gobierno de la provincia.

La situación del anillo defensivo resulta una incógnita. De todos modos, habrá que advertir -otra vez más que no se trata de una defensa infalible ante el Paraná, el sexto río de llanura más importante del planeta.

Los científicos están convencidos de que durante los próximos meses parte de la Argentina sufrirá las consecuencias de lo que llaman Niño “fuerte”, tal como sucediera durante los ciclos 1997/98 y 1972/73. La zona afectada abarcaría el centro-oeste de la provincia de Buenos Aires, centro-norte de La Pampa y la totalidad de Córdoba, Santa Fe, Chaco, Formosa, Entre Ríos, Corrientes y Misiones, y en menor medida, el noroeste argentino (NOA) y Mendoza.

Si bien hasta el momento en la región no se produjeron lluvias extraordinarias, hay precipitaciones importantes en el sur de Brasil, parte de Paraguay y el norte argentino. La cuenca del Paraná, representa nada menos que un área de alrededor de dos millones de kilómetros cuadrados. Indefectiblemente, lo que suceda aguas arriba repercute en la provincia de Santa Fe.

Se esperan tiempos difíciles. Sobre todo, si las lluvias copiosas comienzan a caer sobre la ciudad de Santa Fe y zonas aledañas. Es que, con un río alto, se dificulta el escurrimiento de las aguas de precipitaciones en ciudades rodeadas por anillos de defensas.

Por lo tanto, es imprescindible que las autoridades estén conscientes de los potenciales problemas y actúen en consecuencia; también, que cada uno de los integrantes de esta sociedad aporte con responsabilidad lo que le corresponde para hacer frente a la contingencia.

Habrá que advertir -una vez más- que no se trata de una defensa infalible ante el Paraná, el sexto río de llanura más importante del planeta.