El santafesino completó su mandato de ocho años en el organismo de control del Congreso

Lamberto: “150 causas penales están fundadas en informes de la Auditoría”

  • Admitió que los legisladores no aprovechan los informes. “El Parlamento no puede divorciarse de la sociedad”, afirmó
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Oscar Lamberto reconoce que gran parte del futuro del actual gobierno se juega en el control de la inflación aunque todavía no anunció medidas para enfrentarla.

Foto: Pablo Aguirre

 

De la redacción de El Litoral

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“La Auditoría General de la Nación es un organismo de-saprovechado. Es el organismo que más información tiene en la Argentina, los informes son públicos están en la página en Internet. Hay 150 causas penales sustentadas en informes de la Auditoría, pero lamentablemente los destinatarios mayores, que son los parlamentarios, no lo aprovechan, ni siquiera los de la oposición”. La definición es del galvense Oscar Santiago Lamberto quien días atrás terminó su segundo mandato en el organismo constitucional que asiste técnicamente al Congreso de la Nación en el ejercicio del control externo del sector público nacional. El cuerpo -siempre presidido por un dirigente opositor- realiza auditorías y estudios especiales para promover el uso eficiente, económico y eficaz de los recursos públicos.

En la integración predominan ex legisladores nacionales de las principales fuerzas políticas. “En la Auditoría está la memoria colectiva de trabajos hechos por técnicos, por profesionales. Algunos tuvieron más trascendencia que otros. En el caso ferrocarriles, antes de la tragedia de Once hubo cinco informes donde advertíamos que iban a producirse problemas porque los recursos iban a salarios y al beneficio de empresarios y la variable de ajuste eran los repuestos”, explicó.

Lamberto tiene una extensa trayectoria en el Congreso Nacional donde fue diputado en cinco ocasiones, en otra senador por Santa Fe y además fue secretario de Hacienda de la Nación en la primera etapa del gobierno de Eduardo Duhalde. Esta semana participó de la última emisión del año del programa “Mensaje directo” que se emite por CyD con la conducción de Teresa Pandolfo y Mario Cáffaro donde también habló de la situación económica y del justicialismo futuro.

El peronismo que viene

La devaluación de 2001 no tiene nada que ver con la actual ya que -recordó- en aquellos años, la Argentina vivía una crisis política, económica y social, sin precedentes donde la devaluación del 240 % de la moneda nacional llevó a una inflación del 40% y permitió luego una salida con crecimiento de la economía. “Hoy tenemos una ocupación importante del aparato productivo, niveles altos de salarios y es muy difícil lograr que la devaluación no vaya a precios. El conjunto de medidas tomadas -indudablemente necesarias- las tienen que completar con otras. Hasta el momento, el gobierno viene dando buenas noticias: cepo, retenciones, Ganancias. Si se trata de dar buenas noticias es el gobierno de la felicidad y la economía no es así. Si quiere hacer un plan sustentable tiene que parar la inflación y esto significa dejar de emitir para solventar gastos. No son cosas fáciles de hacer por la inercia y porque hay que definir qué gasto hay que cortar. Es un problema de tiempos y de decisiones a tomar”, señala para luego advertir que “el destino del gobierno en los próximos meses se juega en esto”.

Reconoce que los subsidios como las políticas artificiales “son fáciles de instalar, pero producen tensiones cuando se las quiera sacar”.

En cuanto al futuro del justicialismo, sabe que ahora es tiempo del debate interno pero sostiene que “tiene que reconstruirse desde el futuro. Cómo pensamos el partido del siglo XXI, en un país con otro tipo de perspectiva, donde hay otro mundo, cómo se reconstruye un partido que tiene que ver con las nuevas demandas de la sociedad, con las nuevas tecnologías”. Recuerda que el radicalismo nació con los sectores medios y el peronismo con el movimiento obrero, ambos partidos fruto de la sociedad industrial; “ahora, estamos en otro mundo con la informática, redes sociales, comunicaciones, etc. De hecho, cada vez tiene menos relevancia la estructura partidaria y los métodos viejos de la política. Si los partidos no entienden esa realidad, la gente pasa por otro lado. De hecho, el PRO no es un partido estructurado, pero sí, de gran presencia en redes sociales”.

En los dos próximos años, el justicialismo es la primera minoría en Diputados y cómoda mayoría en el Senado. No obstante, Lamberto señala que “el Parlamento no puede divorciarse de lo que la gente quiere. Está la voz del partido por un lado, y la demanda de la sociedad por el otro. El parlamentario no puede encerrarse y oponerse a todo, tiene que poner límites, discutir, pero hay herramientas que son de todos como, por ejemplo, el presupuesto. El presupuesto no es un de partido, es de todos. Uno puede tener una visión económica distinta a la del gobierno pero el gobierno tiene la legitimidad que le dio el voto popular y para cambiar se debe esperar el turno de gobierno”.

El futuro

  • Lamberto dijo que “como argentino, quiero que al gobierno le vaya bien. Sería nefasto pensar que un peronista quisiera que al gobierno le vaya mal. Si le va mal al gobierno, le va mal a la gente, cuando hay crisis se pierden puestos de trabajo, salarios, etc. Las crisis son devastadoras. A mí, como peronista me gustaría ganarle a un gobierno al que le va bien, no a uno que le vaya mal. Se debe construir sobre la esperanza. La Argentina debe tener un sistema de partidos aggiornados al nuevo mundo, con propuestas concretas y que solucione problemas que van más allá de la política. El país tiene una cantidad impresionante de planes, pero los planes sirven para contener una situación de crisis, lo ideal sería que no hubiera planes, sino trabajo; la pobreza no se combate con planes, se combate con trabajo que es lo le cambia la calidad de vida de la gente. Hay sectores que van a necesitar la ayuda permanente porque la sociedad los ha excluido casi desde la niñez, pero el Estado debe generar las condiciones para que haya trabajo y gente capacitada para ocuparlos, ésta es la fórmula para salir de la pobreza”.