Por los problemas administrativos y financieros

La provincia evalúa no renovar el convenio con la Casa Cuna

Tras el escape de un grupo de menores a cargo del hogar, desde la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la provincia “no descartan” dejar de trabajar con la institución.

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Puertas adentro. Tras 80 años al servicio de la comunidad santafesina el hogar Casa Cuna no encuentra la paz y no logra encaminar su funcionamiento.

Foto: Archivo Flavio Raina

 

Salomé Crespo

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Twitter: @salomecrespok

El sorpresivo escape de un grupo de niños de entre 6 y 12 años de la Casa Cuna Atanasia H. de Durán y la “revuelta” que ocasionaron ayer dentro de la institución, volvieron a poner al histórico hogar en la mira de las autoridades provinciales. Es que desde el año pasado, la residencia es noticia por los problemas que se reiteran puertas adentro: inconvenientes económicos, financieros y administrativos, derivaron el año pasado en que desde la casa matriz San Vicente de Paul (de Capital Federal), designaran un veedor para la institución.

Pero la intervención no fue suficiente para encaminar el funcionamiento y por estas horas, desde la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familias (que depende del Ministerio de Desarrollo Social) evalúan las medidas a adoptar. Según adelantó a El Litoral el titular de la subsecretaría, Horacio Coutaz, pueden llegar a no renovar el convenio, que vence el 31 de marzo, por el cual le asignan la protección de los niños al hogar.

“Desde el año pasado, debido a los problemas que se originaron, el hogar tiene un sistema mixto de gestión, con personal propio y de Niñez. A partir de estos últimos hechos, se designaron 4 acompañantes más de Niñez y estamos investigando qué pasó, porque nos parece muy raro”, advirtió Coutaz.

Respecto de los que motivó la huida de los menores del hogar, dijo que fue “organizada” por dos hermanos que reclaman ser trasladados a otra institución, con otros cuatro hermanitos. “Estamos intentando acelerar eso”, indicó el funcionario quien se mostró preocupado por lo ocurrido.

Aunque muy cauto en sus respuestas, Coutaz señaló que la situación es complicada. “Estamos trabajando con la entidad madre y con la casa de acá, tuvimos reuniones porque entendemos que la situación es particular y un tanto complicada, desde lo interno e institucional”, expresó el subsecretario.

—¿Descarta finalizar el vínculo con la institución o intervenirla?

—No, pero no hay una decisión tomada.

¿Por cuánto se cuida a los niños?

Los permanentes cambios en los cargos ejecutivos, en la comisión directiva y las irregularidades en el manejo del hogar fueron una constante durante 2015. A raíz de dichos antecedentes por lo menos tres personas que prestaron servicios en la institución (dos de las cuales fueron despedidas) concurrieron a este medio a denunciar “lo que ocurría en esa casa”. Si bien en ese momento no fueron publicados los testimonios por algunas inconsistencias, ahora y ante la magnitud de los últimos hechos ocurridos, cobran otro sentido.

Una de las tres ex empleadas se presentó en junio ante la Fiscalía regional que depende del Ministerio Público de la Acusación y denunció irregularidades en el cuidado que se le brindaba a los menores y en la administración de los fondos del hogar.

Un escape y una revuelta

Muros infranqueables, cuidadores a cargo, cámaras de vigilancia y de igual manera, un grupo de 11 niños de entre 7 y 12 años, lograron “escapar” del hogar el domingo por la noche.

Tras el escape del domingo, el grupo fue encontrado esa misma noche en la zona del Club Atlético Colón, caminando por la calle y devuelto al hogar.

En tanto ayer a las 15:55 personal del hogar se comunicó la comisaría cuarta para denunciar disturbios. “Un grupo de entre 10 y 15 niños de entre 6 y 12 años estaban causando desorden por motivos desconocidos. Arrojaban elementos a las paredes, ventanas y puertas, y no acataban ordenes de la cuidadora”, explicaron desde relaciones policiales. Pero las acusaciones fueron desestimadas por la Justicia y la causa no prosperó.

La manera en que la Casa Cuna recauda fondos para la atención de los niños que recibe, derivados por la Justicia de Menores o la subsecretaría, constituía un verdadero “agujero negro”. Tal es así que El Litoral solicitó al veedor de San Vicente de Paul y al abogado del hogar precisiones al respecto y no pudieron brindarlas (ver “La versión de las autoridades”).

El año pasado, una de las tres empleadas afirmó ante este medio que cuando se interesó por saber cuántos socios o colaboradores tenía la casa y cuánto se recaudaba en ese sentido, fue despedida. Según la versión (muy precisa por cierto) de la ex empleada sobre el modo de recaudación y la cantidad de socios fue la siguiente: Casa Cuna tendría alrededor de 3.200 socios que aportarían en promedio, una cuota mínima, de $ 70, por mes (algunos pagan mucho más). Por entonces eran tres las maneras en que se cobraba dicho monto, dos empresas (mediante cobradores a domicilio) y una persona que se ocupaba de gestionar nuevos socios pero por débito automático. Pero esos 3.200 socios aportaban a sólo una de esas dos empresas. Es decir que recaudaba uno $ 224.000 por mes. De esa suma, la empresa cobradora se quedaba con el 40 %, unos $ 89.600 mensuales era el costo del servicio recaudador. Además abundaron en detalles sobre las dificultades para conseguir comprobantes regulares y oficiales de lo que la empresa le cobra a cada socio. “Ponían a una empleada a sellar unos papelitos que le daban a los socios pero eran talonarios que los puede hacer cualquiera”, indicó la denunciante.

Vale una importante aclaración: la cuota societaria, se actualizaba por decisión de la comisión directiva que por lo menos hasta fin de 2015, estaba integrada por personas vinculadas directamente con la empresa recaudadora, como también por familiares de éstas.

Las ex empleadas también advirtieron sobre una deuda millonaria que mantendría el hogar con la Afip, unos $ 6.500.000 a pagar de acuerdo a por lo menos dos convenios. Por otro lado, desplegaron un manto de sospecha sobre el destino de las donaciones que recibía el hogar y la calidad de los alimentos que se les suministra a los niños.

En tanto, la Subsecretaría de la Niñez otorga a Casa Cuna uno promedio de 3.500 pesos mensuales por niño alojado. Más otros fondos para el pago de personal y otros conceptos.

La versión de las autoridades sobre las deudas

Tras escuchar al personal despedido de Casa Cuna, El Litoral consultó al veedor de la sociedad San Vicente de Paul, Juan Batistella, y al apoderado legal del hogar, Guillermo Jossen.

Entre otros detalles se les solicitó el monto que el hogar recaudó en concepto de aporte societario en 2014, sobre lo que no hubo respuesta.

“No podemos precisar la recaudación de los colaboradores en 2014, ya que estamos en pleno proceso interno para obtener los datos precisos, según el criterio de la auditoría contable sobre los ingresos y egresos”, respondió Jossen vía correo electrónico. En el cual también afirmó que estaban cumpliendo con los convenios de pago acordados con la Afip, Obra Social y cuota sindical.

Asimiesmo, explicó que los socios realizan “un aporte voluntario en dinero y no están obligados a hacerlo todos los meses”. Lo que no coincide con lo expuesto por la ex empleada que sí brindó una cifra concreta y habló de otra cantidad de socios que “va fluctuando”.

Por su parte, Batistella hizo hincapié en la necesidad de trabajar para volver a ganar la confianza de los socios santafesinos y remarcó la “permanente presencia del gobierno provincial en la gestión del hogar”.