La posición de la comisión directiva

Protectora de animales: “Estamos de acuerdo con la normalización”

Los miembros de la comisión aseguraron que la falta de balances es “un error salvable” y que el contador “los está haciendo”. Piden apoyo para seguir trabajando por los perros de la calle.

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De izq. a der. Edith Montenegro, Hugo González, Ramiro Ortega y Ana María Núñez defendieron su trabajo y contaron todas las obras que se realizaron en el refugio desde que asumieron en 2011.

Foto: Flavio Raina

 

De la Redacción de El Litoral

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Tras la nota publicada en la edición de ayer sobre la falta de balances de la Sociedad Santafesina Protectora de Animales, cuatro miembros de la comisión directiva se presentaron en El Litoral para llevar tranquilidad a la población: “La falta de documentación que se denunció (en la Inspección General de Personas Jurídicas) es un error salvable, que no va a llevar al colapso de la institución. No es la primera vez que no se presentan los balances en tiempo y forma; siempre se han atrasado y la Protectora existe hace 60 años”, explicó Hugo González, miembro de la comisión directiva.

Lo acompañaron Edith Montenegro, Ana María Núñez y Ramiro Ortega. “Estamos de acuerdo con el proceso de normalización (que dispuso Personería Jurídica) porque el presidente, José Bastías, que desde hace siete meses no participa más de la institución, no hizo lo que tenía que hacer. Recién ayer pudimos ponernos en contacto con el contador que está realizando los balances; los papeles se están haciendo”, continuó González.

— Ante la falta reiterada de presentación de balances, ¿pensaron en hacer la denuncia en Personería Jurídica? - preguntó El Litoral.

— Sí, pero no la hicimos porque priorizamos la continuidad de la institución y porque creímos que se podía resolver internamente, como ya se hizo en otro momento: poner los papeles en orden y llamar a elecciones para conformar una nueva comisión porque el presidente no participa más. Además, no quisimos dañar a la Protectora, tal como sucedió con la denuncia que hizo pública Lorena Arber, que también es miembro de esta comisión a la que critica, porque si la gente no hace su aporte, los perjudicados son los animales, respondieron los miembros de la comisión.

“Queremos que los socios sepan que su aporte es fundamental, al igual que las donaciones que recibimos para encarar las obras que hicimos (Ver Dato), para comprar alimento balanceado cuando lo que nos donan no alcanza, para pagar los sueldos de empleados y de los veterinarios y para sostener los dos quirófanos”, detalló Edith Montenegro y agregó que el refugio es de puertas abiertas y cualquier persona puede ir y ver cómo se trabaja.

Sobre la denuncia que realizó Arber, los miembros de la comisión directiva cuestionaron que ella fue presidente anteriormente y que muchas de las deudas de la Protectora —previsionales y en gastos veterinarios— fueron heredadas de la gestión anterior.

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800 perros. Es la cantidad estimada de canes que alberga el refugio.

Foto: Archivo El Litoral (Pablo Aguirre)

Diferentes visiones

Las diferencias internas sobre la misión y los objetivos de la Protectora dividieron las aguas en el seno de la comisión directiva. “Más allá de los papeles, que es una cuestión que se va a resolver, la cuestión de fondo es la visión en torno al proteccionismo. Son discusiones internas que siempre se dan en las reuniones. Esta comisión, que asumió en 2011, no quiere seguir acumulando perros. Ojalá no existiera más el refugio; pero va a seguir existiendo en tanto y en cuanto no se tomen medidas de fondo, como es el tema de las castraciones masivas para reducir la fauna callejera. Lejos de estar disminuyendo, cada vez va más en aumento. Por eso para nosotros es fundamental el tema de las castraciones y, por eso, el quirófano del refugio está abierto a cualquier persona que quiera castrar un perro —sea de raza o no, de la calle o de una familia— pagando un bono contribución de 100 pesos”, explicó González.

Las obras

Tal como lo sostuvo en la edición de ayer el presidente de la Protectora, los resultados de la gestión “están a la vista”: en los últimos cuatro años se habilitaron dos quirófanos y se amplió una zona techada; se construyeron caniles (para cachorros y perros viejos) y se refaccionaron los ya existentes; se hizo un sistema de desagües para mejorar la higiene del refugio (con contrapiso y canaletas a cielo abierto); se construyó un galpón que funciona como depósito del alimento balanceado y se techó otro más viejo; se instalaron cañerías con bajada de agua a todos los caniles; se compraron una bomba centrífuga y otra de repuesto. Además se adquirió el instrumental quirúrgico para las operaciones que realizan los dos veterinarios que trabajan en el refugio de lunes a viernes, un microscopio y un aire acondicionado (que en este momento necesita ser reparado).