En el final, Tévez hizo explotar de alegría a una Bombonera repleta...

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

No es un consuelo, porque el hincha quiere que el equipo gane y posiblemente no atiende algunas razones. Pero fue interesante lo de Unión, quizás exageró en el retroceso en el segundo tiempo y mereció otra cosa en la cosecha final. A Boca le costó una enormidad ganar el partido y por eso lo festejó tanto. Y Unión lo perdió de la peor manera: en el minuto 90, cuando el empate era un buen resultado y seguramente la visión del hincha habría sido diferente. Pero no se pueden analizar resultados, sino rendimiento. Y Unión planteó un partido inteligente en el primer tiempo, ordenado, con una dosis importante de solidez defensiva que le permitió ejercer el control del partido desde todos los aspectos. Tanto en lo anímico como en lo futbolístico, Unión le opuso severa resistencia a un Boca que comenzó rápidamente a depender de alguna jugada individual de Tévez para aproximarse a Nereo Fernández.

¿Cuál fue la idea de Madelón? Poner a Villar como un “5” adelantado delante de los dos “5” naturales. El objetivo fue el de apretar a Gago e impedir que se convierta en el eje del juego, en la primera puntada futbolera del rival. Después, hubo algunos movimientos casi calcados de aquella tarde-noche en el Parque Independencia ante Newell’s, sobre todo los de Gamba y Malcorra bien abiertos por los costados. Ésa fue la postura táctica: un 4-2-3-1. Y en lo estratégico, al margen de cuidar el detalle que las líneas no estén tan separadas, a esa presión le sumó tenencia de la pelota en muchos pasajes, sobre todo del primer tiempo.

El principal defecto que tuvo Unión fue el de meterse atrás en el segundo tiempo. Quedará la duda si fue por decisión propia o por virtud del rival. Me inclino por ésta última, porque más allá de que se vio con claridad la chance de jugar al contragolpe, no había motivos para resignar aquel protagonismo con la pelota que se tuvo durante algunos pasajes interesantes del primer tiempo, que fueron los que lo llevaron a ejercer el control del partido.

A Boca le pesaba y no tenía mucha claridad. Era más vertical y hasta más vertiginoso que Unión, pero no encontraba el camino por el cual podía complicar. Palacios era bien controlado por el pibe Bruno Pittón, Carrizo no aportaba mucho por el otro sector, y si bien Lodeiro y Bentancur metían diagonales, no pisaban con peligrosidad el área tatengue. Los principales problemas se producían a partir de la capacidad de Tévez para generar juego y peligro jugando como un “9” que apenas bajaba unos metros pero que, preferentemente, se movía en los últimos 25 metros de la cancha.

El gol de Unión llegó en el momento que más sufría el partido la visita. Era el Unión del segundo tiempo, el que había regalado en demasía el terreno y la pelota, refugiándose muy cerca del área de Nereo. Precisamente, en una de las pocas oportunidades en la que optó por tener la pelota para animarse a adelantarse en la cancha, llegó el gol de Gamba. La jugada arrancó de esa manera, con Unión aquietando el ritmo del partido a partir de la tenencia del balón, y terminó con un desborde de Malcorra, el centro que no pudo ser retenido por Orión y el oportunismo de Gamba para convertir.

A Boca lo levantó su hinchada. El empate no se hizo esperar (¿habrá querido patear al arco Lodeiro o tiró el centro?) y desde el 1 a 1 arrancó un partido en el que Unión jugó a esperar y contragolpear. Fue por eso que, al margen de un cambio casi obligado (el de Mauro Pittón por un cansado Acevedo que ni siquiera había terminado una semana normal de trabajo), las otras dos modificaciones las hizo pensando en el contragolpe (Rolle para encabezarlos y Soldano para intentar definirlos). No hubo precisión. Y en contrapartida, Boca le fue tirando el cuerpo encima para encerrarlo contra su propio arco.

No lo aguantó Unión. No supo hacerlo. Y ahí estuvo el pecado estratégico de un equipo que durante 45 minutos hizo bastante bien las cosas y que luego, cediéndole la pelota y el campo al rival, trató de aguantar. Se lo terminaron sacando en el mismo final. Y a pesar de que el resultado termina siendo justo porque Boca fue el que hizo el gasto del partido, tranquilamente se pudo haber empatado. Y no existirían demasiados reproches. Y el hincha tatengue vería, seguramente, con otros ojos la actuación del equipo. Que no fue mala.

El dato

En Paraná.

• Es muy probable que el plantel rojiblanco concentre en la ciudad de Paraná a la espera del clásico del sábado ante Colón y no en el hotel de UNL ATE como lo hizo en estos últimos dos partidos. Mientras tanto, se sigue trabajando en el predio de Casasol para solucionar los destrozos que causaron las dos tormentas de febrero.

Festejo II

Ya de pie, el delantero rojiblanco eleva y dedica el gol con los brazos al cielo. El tanto tatengue llegó en un momento en el que Boca empezaba a adueñarse del trámite del partido, en el segundo tiempo. Foto: Matías Nápoli

bajo la lupa

NEREO FERNÁNDEZ (6).- La pelota le cayó por arriba de su cabeza en el primer gol y había tenido una atajada espectacular en el segundo pero con mala suerte en el rebote. Tres o cuatro intervenciones de su sello, sobre todo en el segundo tiempo.

ZURBRIGGEN (5).- Correcto en la marca, aportando algo de salida en el primer tiempo. No tuvo demasiados problemas con Carrizo, pero se le complicó un poco cuando vinieron los cambios.

GARCÍA GUERREÑO (6).- Hizo un buen partido en líneas generales, imponiendo respeto y ordenando a la línea de cuatro.

FLEITA (6).- Otro que no se achicó con el marco y no escatimó esfuerzo a la hora de poner la pierna ante un jugador como Tévez.

BRUNO PITTÓN (6).- Fue su primera vez en la Bombonera y no se notó. Marcó bien, le ganó casi todas a Palacios y hasta se animó en el primer tiempo a pasar al ataque en dos o tres ocasiones.

MARTÍNEZ (5).- De mayor a menor. Arrancó bien y tuvo protagonismo en el manejo de la pelota. Se fue perdiendo en el segundo tiempo, cuando el equipo dejó de tener el balón y sólo tuvo que correr para recuperarla.

ACEVEDO (5).- Otro que arrancó bien pero que de a poco fue perdiendo gravitación. No tuvo una buena semana y eso se sintió en el segundo tiempo, cuando retrocedió mucho en la cancha.

GAMBA (6).- Acertado trabajo defensivo desde lo táctico, retrocediendo abierto por derecha. En el gol definió después del rebote que dio Orión. Van tres partidos en los cuáles viene recuperando un nivel que parecía perdido.

VILLAR (5).- También trabajó con mucho acierto en la parte táctica, encimando a Gago y realizando un gran despliegue físico para dividirse entre defensa y ataque. Fue el vértice superior de un triángulo que completaron, más retrasados, Martínez y Acevedo.

MALCORRA (6).- Si bien le faltó involucrarse un poco más en el juego, fue partícipe decisivo en el gol de Malcorra y protagonizó también una maniobra de gol en el primer tiempo, cuando aprovechando la salida a destiempo de Orión, no se engolosinó y le dio un pase a Villar que éste desperdició.

RIAÑO (5).- Jugó mucho de espaldas al arco y apenas tuvo una sola jugada propicia en el primer tiempo. Mucho despliegue físico, pero perdiendo más de lo que ganó.

ROLLE (4).- No tuvo precisión en un par de contragolpes, cuando había espacios en el campo rival.

MAURO PITTÓN (5).- Quiso sacar al equipo del fondo y por momentos lo logró. Estuvo más activo que un ya cansado Acevedo.

SOLDANO.- Pocos minutos en la cancha.