Tiene un 75 % de avance
Tiene un 75 % de avance
Parque Alberdi: la obra atraviesa una etapa clave
Las cocheras soterradas están casi listas. Comenzarán ahora a impermeabilizar la losa de hormigón, sobre la que se colocará un extenso manto verde que dará vida a la plaza. La estructura soportó la crecida del río y no sufrió filtraciones por capilaridad.
Lía Masjoan
Twitter:@lmasjoan
El paisaje es imponente. Y, por ahora, gris. Con un 75 % de avance de obra, el hormigón ya cubrió los 7.200 metros cuadrados que ocupará gran parte de la nueva Plaza Alberdi y que será el techo de las cocheras semisoterradas, ya casi listas. Pronto comenzará una etapa clave: la impermeabilización de la cubierta y la colocación de un espeso manto verde que cubrirá todo el parque. Porque la plaza será predominantemente verde, con pocos árboles en el sector central y muchos a su alrededor.
¿Cómo se logrará? Con una sofisticada técnica de ingeniería que no se usó antes en la ciudad en esta magnitud y que permitirá que crezca el manto vegetal (Ver infografía). Será, en realidad, una enorme terraza verde.
María Carla Molini, la arquitecta a cargo de los trabajos en representación de la UTE que forman Ponce y CAM Construcciones, brindó detalles de los trabajos en marcha. Estas empresas tendrán una concesión para explotar las cocheras a 30 años, como recupero de la inversión realizada, que estiman comenzará a plasmarse 10 años después de su puesta en funcionamiento.
Arriba
Desde el nivel de la calle, hay que ascender un metro y medio para recorrer lo que en unos meses será la plaza. Al estar sobreelevado, se despliega una admirable visual escenográfica de la ciudad desde lo que será un espacio verde protegido para el peatón, en medio del caótico tránsito que circula por las avenidas que la rodean: Rivadavia, con el primer carril exclusivo y rápido para el transporte público; y 27 de Febrero, que nació como una circunvalación pero ya está integrada al tránsito urbano y es el acceso al viejo Puerto en plena expansión inmobiliaria y comercial.
La plaza tendrá dos sectores de juegos infantiles, para distintas edades; una zona de juegos de agua, con chorros que van a fluir desde la superficie, sin ser una fuente; senderos en pendiente de bloques intertrabados y todo el mobiliario urbano necesario, bancos, cestos, etc. La iluminación se brindará a través de cinco columnas de grandes dimensiones —tres sobre la loza y dos sobre el terreno natural— y con farolas puntuales. El riego del manto vegetal, compuesto por césped Bermuda, será por goteo para permitir un nivel constante y parejo de humedad.
Sube y baja. Para recorrer la plaza, será necesario subir un metro y medio desde el nivel del suelo. Para ingresar a las cocheras, habrá que descender un metro y medio Foto: Flavio Raina
Abajo
Descender hacia el sector que se destinará al estacionamiento de 295 automóviles, impacta. Recién ahí se toma real dimensión de la envergadura de esta obra. Abajo, ya están delimitadas cinco calles de doble mano que ordenarán el tránsito. Para orientar a los vehículos hacia la dársena indicada en el ingreso, se utilizarán señales lumínicas, toda una novedad para la ciudad. La rampa de acceso y egreso está trazada por calle Falucho, frente al Correo, y hay escaleras ubicadas estratégicamente para salir hacia distintos puntos del macrocentro. Por seguridad, sólo se permitirá usar las escaleras para salir del subsuelo, aunque quienes dejen sus autos podrán ingresar a través de un sistema magnético.
Abajo, tres maceteros gigantes custodian las raíces de los tres únicos árboles del área central de la plaza que sobrevivieron al proyecto. Son grandes estructuras de hormigón que cedieron dársenas de estacionamiento para cobijar las raíces. Sobre el manto verde, no crecerán árboles de gran porte, con lo cual la plaza tendrá la poca sombra que brinden estos tres ejemplares.
En otro sector, ya se construyeron las cámaras que alojarán 16 tanques para almacenar agua en caso de incendio y las cámaras de desagües pluviales que captarán agua de lluvia y se conectarán al sistema de drenaje de la calle.
Lo que falta
Molini detalló lo que falta para que la plaza aparezca como muestran las imágenes del proyecto. “Tenemos que armar todas las pendientes a través de este paquete de impermeabilización, la colocación de los premoldeados en los escalones de ingreso de los distintos puntos de acceso peatonal y en los bancos del perímetro y de la parte central, la colocación de pisos intertrabados y el movimiento de tierra alrededor de la plaza para lograr la pendiente hasta llegar al nivel de la vereda”, describió la arquitecta.
Para dar la pendiente necesaria al espacio habrá que trasladar, ubicar y colocar aproximadamente unos 2.300 metros cúbicos de tierra en todo el borde perimetral de la plaza. Una tarea que demandará un gran despliegue de camiones y el corte del tránsito de las calles que la circundan.
“Queremos una plaza que se pueda usar, por eso va a ser de fácil acceso para el peatón que va a estar protegido del gran tránsito que tiene la zona. Cuando esté lista, ofrecerá unas visuales que no tenemos en otro lugar de la ciudad”, finalizó la encargada de la obra.
Molini no quiere marcar en el calendario una fecha de culminación de los trabajos, que en un principio era para mayo de este año. “Tenemos una fecha estimada pero no queremos difundirla porque la situación actual del país puede dilatar los tiempos”, expresó.
Afuera de las marquesinas de obra quedó la fuerte polémica que despertó esta modificación estructural de un parque tradicional de la ciudad, con ONG’s, asociaciones y vecinos abrazados a sus árboles en defensa del espacio público. La modernidad avanzó con todo el peso del hormigón y acalló voces. La Plaza Alberdi pretende cobijar a todos: a los autos que congestionan la vida urbana santafesina y a los ciudadanos que buscan un recreo verde en pleno centro.
7.200
metros
cuadrados es la superficie que ocupara la enorme “terraza” verde en la que se convertirá la nueva Plaza Alberdi, que estará un metro y medio elevada del nivel de la calle. La concesión para explotar las cocheras es de 30 años.
El dato
Prueba superada
La crecida del río y las copiosas lluvias estivales pusieron a prueba el sistema constructivo de las cocheras. “Hemos verificado que la estructura se comportó en un 100 % de efectividad, no hubo ningún inconveniente ni filtraciones por capilaridad a través de las napas. Fue una prueba de fuego que se superó con éxito”, aseguró la arquitecta María Carla Molini.