Nicolás Russo estuvo en Santa Fe y habló de todo...

“No descarto que haya que concursar a la AFA”

El presidente de Lanús dijo que en diez días habrá una reunión a la que serán invitados los clubes de Santa Fe y se sumará Independiente. El hoy titular de Lanús quiere ser presidente de la AFA. “Hay que armar un grupo que cambie el fútbol argentino porque lo que está pasando es muy triste”, dijo en el 15 de Abril.

“No descarto que haya que concursar a la AFA”

Un equipo con todas las letras. Antes del partido, los jugadores de Lanús le tributaron su propio homenaje al amigo fallecido el año pasado. Fueron ovacionados. Y luego, durante los 90 minutos (sobre todo en los primeros 45), el equipo de Almirón paseó su jerarquía, practicidad y contundencia. Inobjetable victoria de uno de los mejores equipos que pisó Santa Fe en los últimos tiempos. Foto: Mauricio Garín

 

Enrique Cruz (h)

Lanús es uno de esos clubes que siempre se ponen como “ejemplo” en el fútbol argentino. Hizo algunos méritos. Hace algunos años (varios), mantuvo a un entrenador (Miguel Ángel Russo) a pesar de haberse ido al descenso y de llegar a jugar en la tercera categoría (la vieja “C”). Sin embargo, iniciaron un proceso de reconstrucción notable, que se amplió a todos los espectros del club, no sólo el deportivo. Fueron campeones y ahora van por un muy buen camino, tratando de repetir aquello que se consiguió de la mano de Ramón Cabrero.

Uno de los hombres principales en este proceso deportivo e institucional de Lanús, es Nicolás Russo. Estuvo en Santa Fe acompañando al plantel y se hizo un lugar para hablar de lo que se avecina en AFA, ya que su nombre está asociado al futuro de la conducción del fútbol argentino.

—Díganos algo de Lanús antes de hablar de AFA, Nicolás...

—El objetivo cuando armamos este plantel era el de estar entre los tres primeros de la zona. Pienso que si salimos airosos de los dos partidos con Banfield, vamos a pelear arriba.

—¿Cómo es su relación con los dirigentes de Santa Fe?

—La mejor, tanto con la gente de Colón y la de Unión, como también con la Liga Rosarina y con las dirigencias de Newell’s y Central. Ni hablar con la gente de Rafaela, con la que tengo una relación de años y es excelente. Pero cualquiera que sea el presidente, lo que se busca es aglutinar la mayor cantidad de clubes y que estén representados todos los sectores. De acá a diez o doce días habrá una reunión con clubes chicos de Buenos Aires, los del interior, las ligas y posiblemente se sume Independiente. Lo importante es armar un grupo homogéneo para cambiar el fútbol argentino, ya que su presente es muy triste.

—¿Qué es lo primero que se debe cambiar?

—Lo primero son los campeonatos. Y después, pensar que la AFA está mal administrada, que hay gente allí adentro que cumplió ciclos y que tendría que estar jubilada y gana mucho dinero. Otro tema es renegociar los contratos firmados por muchos años.

—¿Por ejemplo?

—El tema indumentaria. Es imposible pensar que Argentina cobre menos que muchos países que ni por las tapas son iguales a nosotros. Y no puede ser que clubes con muy poca gente que lo sigue y sin un caudal importante desde el punto de vista de la popularidad, cobren lo mismo que Unión o Lanús. Esto lo digo por el Fútbol para Todos.

—¿Y qué dice de la renegociación del contrato con Torneos y Competencias?

—Mirá, yo planteé en enero que la AFA entre en un concurso privado, suspender los pagos y que los clubes y empleados sean los únicos que cobren hasta que se clarifiquen las deudas. Si bien se cortaron muchos pagos, hubo que hacerle frente a los cheques librados y eso te va poniendo en una permanente disyuntiva. En ese marco, tuvimos que renegociar con Torneos y Competencias porque necesitábamos la plata para funcionar. En Córdoba, el día del partido de la selección, le dije a los otros dirigentes que no descartemos la posibilidad de un concurso de acreedores.

—¿Por qué mientras Grondona vivía se hablaba de AFA rica y clubes pobres y ahora nos encontramos con una situación como la que describe?

—Es que Grondona era Papá Noel y solucionaba los problemas. Lo que pasa es que a veces había disenso pero se aprobaban igual las cosas. Por ejemplo, este campeonato. Es una locura jugar un torneo así y se aprobó igual, cuando todos sabíamos que era improcedente jugar de esta manera. Todos los problemas salen a la luz ahora. Por eso digo que hay que reestructurar todo y lo que está mal negociado, hay que renegociarlo. Pero tiene que ser una construcción nueva la que lo lleve a cabo.

—¿Cómo se hace para jugar un torneo razonable si hoy hay 30 equipos en Primera?

—No es fácil pero se debe hacer. Y te digo más, el replanteo debe ser no sólo para la A, sino también para el Nacional B y el Argentino. Es mi idea y resulta largo de explicar. Después hay que ver si esa idea se puede ejecutar y si el órgano colegiado que es la AFA, lo acepta.

—¿Sigue teniendo a Brítez en sus planes para Lanús?

—Hoy, Lanús está muy conforme con el plantel que armó, aunque reconozca que Brítez es un gran jugador y me gusta mucho. Lo tenemos a José Luis Gómez en ese puesto, que tiene contrato por un año y medio. No hablamos de jugadores con Almirón, por el momento, sino de llegar bien arriba en la tabla en este torneo.

Análisis

Enrique Cruz (h)

Esa “maldita” localía

No pasaron muchos años desde aquellos tiempos en que cualquiera que venía a Santa Fe se iba contento con un empate de la cancha de Unión. Equipos de gran jerarquía y jugadores consagrados coincidían en eso. Ya no es así, lamentablemente. Y esta es una cuestión que se tiene que recuperar urgentemente.

Es cierto que los tiempos han cambiado y ya no existen esos reductos inexpugnables. Pero si no fuese por Temperley —al que le ganó el año pasado y este año—, Unión ya llevaría cerca de nueve meses sin ganar como local. Muchos empates y ahora dos derrotas consecutivas en las que sufrió diez goles. Demasiado.

Todo esto en un contexto de análisis que debe ir más allá y que momentáneamente quedó de lado por la gran victoria en el clásico, jugando el mejor partido del torneo. Si hubo o no “relajación”, será algo que deberán dirimir adentro mismo del plantel. Pero entre el Unión de anoche lleno de debilidades y con poca pimienta, y el Unión de hace 17 días en el Centenario hubo una diferencia casi abismal, tanto desde lo individual, como pasando por lo colectivo, lo táctico y lo estratégico.

Se esperaba el salto y no se dio. Se esperaba que fuera un partido bisagra —el del clásico— y tampoco se dio. De los últimos 12 puntos, apenas se pudieron ganar 3 (los más importantes de todos, es cierto, y por eso “festejó” la gente a pesar del 0-4), pero el equipo volvió a llenarse de dudas en defensa y de falta de claridad e impotencia en ataque.

Nueve puntos sobre 27 en juego totalizan el 33 por ciento de los puntos en juego. Faltan siete partidos y hay que tratar de llegar, como mínimo a 20 o 21 puntos como para que la sumatoria sea mínimamente rescatable. Para eso se tiene que mejorar la productividad, cosa que es muy difícil si el mismo Unión no se ayuda ganando como local. Algo que se ha transformado en una misión complicada últimamente.