Temer dice estar “preparado para asumir la presidencia”

Dilma busca apoyo para evitar el juicio político

Además del alejamiento de dos partidos aliados indispensables para frenar el “impeachment”, existe el peligro de que sin esas fuerzas sea prácticamente imposible la gobernabilidad para un Ejecutivo que viene lidiando con infidelidades partidarias desde enero de 2015.

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Cifras. Quienes defienden el juicio contra Rousseff ya tendrían 302 de los 342 votos que se necesitan como mínimo para que la acción prospere.

Foto: Agencia EFE

 

Redacción El Litoral

Agencia DPA

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, perdió el apoyo de dos partidos aliados, entre ellos el hasta ahora principal socio de su Gobierno, lo que resultó en un aumento del número de votos favorables a que el plenario de la Cámara de Diputados apruebe el domingo la apertura de un juicio político en su contra.

El derechista Partido Progresista (PP) de Brasil, que cuenta con una bancada de 47 legisladores, la cuarta mayor de la Cámara Baja, anunció ayer que abandona la coalición oficialista y sus diputados votarán a favor del “impeachment”.

También el conservador Partido Republicano Brasileño (PRB), que ya había roto con el Gobierno pero había dejado en libertad a sus 22 diputados para votar según su parecer, anunció su decisión “por unanimidad” de abogar por “el fin inmediato de este Gobierno”.

Los anuncios sacuden el tablero político, que ya estaba tambaleante para el Gobierno, y pueden forjar que el domingo el Ejecutivo no solo sufra una derrota en el plenario de Diputados, sino que la misma sea de tal magnitud que prácticamente sepulte las posibilidades de que el Senado revierta la situación crítica para Rousseff.

El dilema de los votos

El plenario de Diputados debe tener al menos 342 votos a favor, sobre un total de 513 legisladores, para que el proceso no sea archivado y pase a la Cámara Alta.

La decisión del PP, que es la más preocupante para el Gobierno por el número de votos que incluye, fue confirmada ayer por el presidente del partido, el senador Ciro Nogueira, poco después de que la bancada resolvió dejar el oficialismo con el aval de 34 diputados y exigir a sus correligionarios con cargos en el Gobierno central que presenten renuncia, entre ellos el ministro de Integración Nacional, Gilberto Occhi.

“La bancada salió unida hoy. El partido y su amplia mayoría decidió por la conducción al plenario de voto por el sí en el proceso (de destitución de Rousseff)”, anunció el líder del PP en la Cámara Baja, Aguinaldo Ribeiro.

Las salidas del PP y del PRB del bloque de apoyo al Gobierno se suman a las del que fue el principal aliado de Rousseff, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) del vicepresidente de la República, Michel Temer, que rompió con el Ejecutivo en marzo.

Además de la pérdida de votos para frenar el “impeachment”, si éste no prospera la salida del Gobierno de esas fuerzas políticas hará prácticamente imposible la gobernabilidad para un Ejecutivo que viene lidiando con infidelidades partidarias desde que arrancó el segundo Gobierno de Rousseff, en enero de 2015.

Además, y sobre todo en el caso de PP, se trata de una muestra de que la capacidad de negociación del Gobierno, por detrás de la cual está el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, disminuye a medida que crece al número de legisladores dispuestos a votar a favor de la caída de Rousseff.

Según medios locales, el Gobierno llegó a ofrecer al partido el ministerio más codiciado, el de Salud, que es el que tiene el mayor presupuesto, y la presidencia del banco estatal Caixa Económica Federal.

Según cálculos actualizados en forma permanente por medios locales, quienes defienden el juicio contra Rousseff ya tienen 302 de los 342 votos que se necesitan como mínimo para que la acción no sea archivada.

Si llega a la Cámara Alta, una comisión emitirá un fallo sobre la admisibilidad o no del juicio, y el mismo será sometido al plenario, donde se necesita una mayoría simple de 41 votos sobre 81 para que Rousseff sea juzgada.

Rousseff a su vice: “Cayó la máscara de conspirador”

Dilma Rousseff criticó con dureza a su vice, Michel Temer, por divulgar por error, según se dijo, un audio en el que habla a la población como si la apertura del juicio político contra ella ya hubiera sido aprobada en la Cámara de Diputados, que lo votará recién el domingo.

“Cayó la máscara de los conspiradores. Brasil y la democracia no merecen tamaña farsa. El hecho es que los golpistas que se arrogan la condición de jefe y vicejefe del Gabinete del golpe están intentando armar un fraude para interrumpir en el Congreso el mandato que me fue conferido por los brasileños”, expresó la mandataria.

Con “jefe y vicejefe” se refiere a Temer y el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien asumiría la vicepresidencia si Temer asume la Presidencia.

El audio fue divulgado el lunes, poco antes de que la comisión especial de la Cámara Baja aprobara por 38 votos a favor y 27 en contra la apertura del juicio contra Rousseff, que ahora pasa a análisis en el plenario de Diputados y luego, si no es archivado, al Senado.

La oficina de prensa de Temer afirmó que se trató de una divulgación “accidental”, y que era un “ensayo” que el vice estaba haciendo de cara a un presunto avance del proceso al Senado.

“Utilizaron la farsa de una filtración para difundir una orden unida de conspiración. Ahora conspiran abiertamente, a la luz del día, para desestabilizar a una presidenta legítimamente elegida”, acusó Rousseff.

Dijo que quedó impresionada por la “desfachatez de la farsa de la filtración, que fue deliberada, premeditada”.

“Intentaron disfrazar lo que era un anuncio de investidura (de presidente) anticipada, subestimando la inteligencia de los brasileños y las brasileñas”, apuntó.

“Si aún había alguna duda sobre el golpe, con la farsa y traición en curso, ya no hay más. Si había una única duda sobre mi denuncia de que hay un golpe de Estado en marcha, no puede haber más”, añadió.

Según la presidenta, los próximos días “mostrarán con claridad quién honra y respeta la democracia que conquistamos con grandes luchas y a quien no le importa destruir el régimen democrático por medio de la destitución de una presidenta elegida con 54 millones de votos por el pueblo brasileño”.

“Impeachment ilegítimo, sin base legal, sin delito de responsabilidad, es golpe”, concluyó.