Cómo vivir y producir sin huir tras el intento

El gran humedal que está solo y espera...

  • La Red Argentina de Salinidad (RAS) realizó su reunión en Reconquista. Participaron científicos de todo el país y representantes del gobierno provincial. El eje estuvo puesto en la situación de los Bajos Submeridionales y las estrategias para hacer frente a los problemas productivos en la región.
4-5_ABRE_DSC07522.jpg
 
 

Campolitoral

[email protected]

“Argentina es el tercer país en cuanto a superficie salina, y este es uno de los factores que más limita la capacidad productiva de la tierra”, comentó Norberto Gariglio, decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Litoral, durante IV reunión de la Red Argentina de Salinidad que se realizó en Reconquista a fines de abril. “Esta problemática tiene una importancia absoluta. Dentro de la provincia la zona de los bajos submeridionales representa el 20% de la superficie de la misma”. Con estas palabras el especialista daba pie a la serie de conferencias y exposiciones que durante dos días convocó a alrededor de 100 científicos, funcionarios y productores en torno a la situación de este territorio en particular y de los suelos salinos en general.

Se buscó en este encuentro acercar el sector académico y al político. Proceso que, según los organizadores, se está dando a nivel mundial y especialmente en Latinoamérica. Así se difundieron prácticas de manejo sustentables para los recursos naturales, el suelo, el agua y la vegetación natural. Y se propició la generación de estrategias conjuntas que permitan mejorar la calidad de vida de las personas.

Mirada oficial

De la apertura participó el Ministro de Medio Ambiente de Santa Fe, Jacinto Speranza, quien expuso cómo están abordando desde su gestión las problemáticas de la región: “las recientes reuniones que se han conformado de carácter político y técnico entre santafesinos, chaqueños y santiagueños habla claramente de que los límites políticos son insuficientes para el abordaje de estos límites naturales que tenemos”. Y haciendo referencia a la influencia de los fenómenos climáticos como inundaciones y sequía el ministro destacó que “al título Cambio Climático hay que darle contenido; esto implica articular herramientas como para trabajar en esta problemática concreta”. Y agregó “cuidar de nuestros recursos del agua, la flora, de nuestros bosques nativos significa hacer muchas cosas en beneficio de la propia población”.

Para Raúl Steffanazzi, secretario de producción de Santa Fe, la reunión fue importante para colaborar en la definición de coordenadas principales para las políticas de estado, ya que están presentes todos los protagonistas. “La trama científico técnica con su compromiso y sus aportes, los actores locales como el caso de los jefes e intendentes que representan a las ciudadanías locales y los actores productivos que se encuentran presentes en la sala, que en el conjunto de la deliberación debemos sacar la más equilibrada de las conclusiones”, enumeró.

“Estamos a tiempo de sumar calidades, de sumar aportes que ponga en valor una región más que importante con nuevos criterios que manejen el eje de la sustentabilidad pero que impacten con nuevas tecnologías y con aportes de aumentos de producción y calidad de vida”, agregó el funcionario.

Por su parte José Luis Spontón, director Centro Regional Santa Fe de INTA rescató la mirada multidisciplinar presente en la jornada, por ser la manera necesaria de enfocar el trabajo en la región. “El desafío para INTA -afirmó- es generar conocimiento que sea transformado en políticas adecuadas para la región”.

La doctora Edit Taleisnik , presidente de la RAS, hizo hincapié en esta conjunción político-técnica para “que se compartan elementos útiles para abordar de manera integral las problemáticas de esta región”. Se refería a lo estructural, como las medidas necesarias para afrontar lo coyuntural, como son las inundaciones.

Por su parte, el intendente local, Dr. Enrique Amadeo Vallejos celebró que la realización del evento por la importancia que en la situación actual de exceso hídrico tienen los espacios de diálogo entre la ciencia y la política.

4-5_1_IMG_9725.jpg

Indispensable. La cosecha de agua, una técnica casi obligatoria en la región.

Foto: Archivo

La voz del sabio

Para la ocasión, entre un importante número de expertos, fue convocado Israel Feldman, ingeniero agrónomo (Universidad Nacional de La Plata) y Master of Science in Agriculture (Universidad de Nebraska, USA). Experto en proyectos de planificación agroforestal y emprendimientos en pastizales, desde hace varios años es un especialista de consulta permanente del gobierno santafesino. Su disertación, bajo el título “Conservar el humedal con aprovechamiento y desarrollo socio económico sustentable”, trazó un amplio diagnóstico y propuso varias ideas para avanzar en la sustentabilidad económica, ecológica y social.

Conocedor del ambiente de los Bajos, puesto que nació en Ceres hace 82 años y vivió en el campo hasta que partió a realizar sus estudios de grado, combinó la precisión técnica con el vuelo poético para mostrar la realidad del lugar. “Soledad de soledades, espartillo, tacurúes y cielo”. Así evocó un ambiente tan marcado por el despoblamiento como por la alternancia de sequías e inundaciones. “El agua -por defecto o por exceso- es el principal factor que limita la presencia humana en forma de asentamientos permanentes con un esquema productivo sustentable”, sentenció. A tal punto es hostil el ambiente que recordó: “la región siempre estuvo despoblada, no hay restos arqueológicos que indiquen la presencia, ni aún semi permanente, de poblaciones humanas”.

Enfocado en la caraterística salitrosa del ambiente y la cría vacuna como actividad dominante, Feldman sostuvo que por lo general las napas freáticas ascienden o descienden del nivel del suelo en función de los períodos lluviosos o secos; y que “cuando esas napas tienen presencia de sulfatos, las represas excavadas no son apropiadas”. Cuando se comete este error, los pobladores dicen “se cortó el agua”. En esos casos, propuso, “la solución es construir tanques sobre el nivel del suelo y bombear agua de lluvia cuando se producen las precipitaciones para hacer las reservas apropiadas”.

De ahí la importancia de conservar el agua de lluvia en la región. “Teniendo en cuenta que los bajos Submeridionales son un humedal, debería mantenerse esa condición, tratando de introducir prácticas productivas que se adecuen a las especiales condiciones de la región”, remarcó.

Sobre el agua de consumo humano indicó que “se debería cosechar el agua de lluvia de techos de viviendas y galpones y almacenarla en aljibes o tanques cerrados”. Estimó que cada familia requiere unos 10 metros cúbicos, “como indispensable para beber”. Pero se deben agregar otros usos, por lo que cada grupo familiar “debería tener una reserva de agua de lluvia de 20 metros cúbicos”. Un lema que se debería difundir en la región sería: “Ningún techo sin canaletas, ninguna canaleta sin aljibe”.

4-5_3_P1060580.jpg

Cambio. La salinidad del ambiente reduce la vida útil del alambre, por lo que el uso de hilos plásticos podría ser una alternativa.

Foto: Archivo

Ideas productivas

Apuntando al bienestar de los pobladores y la viabilidad de la actividad económica por igual, el experto enumeró una serie de propuestas en base a las limitantes ecológicas y geográficas de la zona.

“La construcción de caminos que permitan fácil acceso a los establecimientos rurales y los conecte con centros poblados, es fundamental”, dijo en primer lugar, y explicó que deberían ser elevados aún los que no se pavimenten, para que no sean cubiertos por el agua en períodos de máxima inundación.

También se refirió a los alambrados. Por la salinidad del ambiente los alambres (aún los galvanizados) tienen una vida útil muy corta y los postes se dañan por el uso del fuego para rebrotar los espartillos. “Se deberían utilizar hilos de plástico”, propuso, mientras los postes y varillas “deberían ser de maderas de difícil combustibilidad, eventualmente cubiertas con pinturas ignifugas”.

El corta fuego, otra herramienta indispensable, también fue reformulado por Feldman. Lo más común consiste en arar una franja de suelo o dejarla libre de vegetación, pero “no son apropiados” por el mantenimiento constante que demandan. “Se debería considerar y evaluar a campo la construcción de contrafuegos verdes”, dijo, y mencionó especies que podrían utilizarse, como cactáceas del tipo Agave americana, sal de indio (Maitenis vitis idaea), especies del género Tamarix, bromeliáceas como el cardo chuza o caraguatá (Aechmea distichanta).

Sobre el manejo de la hacienda, el experimentado agrónomo recomendó destinar zonas altas (a razón de 3 metros cuadrados por animal) para el descanso y la rumia; así como hacer reservas de agua de “por los menos 20 metros cúbicos” por cabeza. Para reserva forrajera propuso plantaciones de tuna sin espinas (Opuntia ficus indica), que “pueden servir como reserva de agua en pie y alimento para el ganado”, además de ser otra fuente de ingresos si se cosechan sus frutos. “También se podrían hacer silos de plantas de girasol picado”, agregó. Y recordó que el uso de taipas o albardones para retener agua de lluvia “mejora la calidad del pastizal”.

En cuanto a otras alternativas de producción, Feldman mencionó que la cría de ovinos y caprinos (muy susceptibles a anegamiento) podría ser sustentable con camellones donde alojarlos en época de inundación. Incluso planteó la viabilidad de usar especies adaptadas, domésticas o salvajes, como patos, gansos, carpinchos o yacarés. Mientras que en materia agrícola, mencionó especies tolerantes a salinidad como remolacha (para alimento animal) o forestales. “Existe una larga lista de especies forestales de gran valor industrial que podría cultivarse en la región”, afirmó, y mencionó la adaptación de casuarinas, algarrobo blanco, eucaliptus saligna y hasta una especie exótica como Tamarix halophila, una especie del oriente medio que no ha sido introducida en el país y soporta altas concentraciones de salinidad en los suelos y el agua de riego y también períodos prolongados de sequías o inundaciones. También incluyó la posibilidad de incorporar frutales como tuna sin espinas, algarrobo blanco, granados, moras, naranjos “para consumo de los pobladores locales y eventualmente exportación a otras regiones y fabricación de dulces y licores”.

4-5_ENPALABRAS_P1200593.jpg

“Teniendo en cuenta que los bajos Submeridionales son un humedal, debería mantenerse esa condición, tratando de introducir prácticas productivas que se adecuen a las especiales condiciones de la región”

Israel Feldman

Ingeniero Agrónomo

El dato

El evento

La Casa del Bicentenario fue la sede en que tuvo lugar el encuentro. Durante 2 días, el 28 y 29 de abril se realizó la IV Reunión de la Red Argentina de Salinidad, bajo el lema “Situación de los Bajos Submeridionales en la provincia de Santa Fe. La salinidad en el contexto regional y predial”. Fue organizada por la Red Argentina de Salinidad (RAS), Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional del Litoral, INTA Reconquista, Ministerio de la Producción de la Provincia de Santa Fe, Centro Universitario Reconquista- Avellaneda, Universidad Nacional del Litoral y el Proyecto INTA-AUDEAS-CONADEV “Evaluación de factores que mejoren la productividad de forraje en ambientes salinos de la Provincia de Santa Fe”.

Se presentaron 25 trabajos científicos que incluyen charlas y posters. Las exposiciones abordaron diferentes áreas de conocimiento: recursos hídricos, caracterización vegetal, edáfilica y políticas públicas fueron los grandes ejes que agruparon a los 15 disertantes.

Además del ministro de Medio Ambiente y del Subsecretario de Ganadería estuvo presente el Lic. Ricardo Biasatti, Director de Planificación, Ministerio de Medio Ambiente, quien diserto sobre políticas públicas productivas que están en la agenda del gobierno provincial.

 
Bajos_Submeridionales01.pdf

Los Bajos Submeridionales

Con una extensión de casi 3 millones de hectáreas, los Bajos Submeridionales constituyen un importante humedal que abarca parte de las provincias de Chaco, Santiago del Estero y Santa Fe. En Santa Fe, ocupan buena parte de los Departamentos 9 de Julio, Vera, General Obligado y San Justo, caracterizándose por ser un área deprimida, con escasa pendiente, lento escurrimiento y suelos salinos, en la que dominan los pajonales principalmente espartillares.

Los Bajos Submeridionales constituyen, de acuerdo con la Evaluación Ecoregional del Gran Chaco Americano, un área prioritaria para la conservación y el desarrollo sustentable, por ser uno de los humedales más amenazados de nuestro país, por su situación estratégica en la regulación hídrica y por ser considerados sus ambientes entre los más sensibles para la biodiversidad de la región. Si bien existen algunas iniciativas muy puntuales e incipientes, no hay programas consolidados de conservación y manejo sustentable de sus recursos naturales.

Según el Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas de la Secretaría de Estado, Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia de Santa Fe, menos del 0,2% del total de la región se encuentra con algún tipo de protección legal.

La principal actividad económica es la ganadería extensiva, que se desarrolla sobre la base de sus pastizales naturales. Casi la mitad de los bovinos de la provincia de Santa Fe se encuentra en esta región. Sin embargo, los principales recursos para tal producción, agua y pastos de alto valor forrajero, han disminuido por el desagüe provocado por las canalizaciones, generando importantes pérdidas económicas. Estos impactos son hasta el día de hoy, pobremente conocidos y aún no han sido debidamente cuantificados.