editorial

  • La misión institucional y comercial que acaba de culminar abre importantes expectativas, y exige un compromiso acorde.

Región Centro busca su espacio en China

La misión institucional y comercial que las tres provincias integrantes de la Región Centro acaban de culminar en China, forma parte de las iniciativas tendientes a explorar las posibilidades que abren las economías emergentes más importantes del mundo, y exige a la vez un seguimiento acorde a la magnitud del emprendimiento.

En los últimos años, Santa Fe envió dirigentes y empresarios a Malasia, Singapur, India, Emiratos Arabes, Nueva Zelanda y a la propia China, con el objetivo de explorar mercados, ofrecer productos, evaluar o desarrollar asociaciones estratégicas o bien conocer y adquirir tecnología. En esta oportunidad aparecen, como notas características, el fuerte respaldo otorgado al despliegue de stands regionales en la edición de la feria de alimentación internacional Sial montada en el país asiático, y el hecho de que se trató de un esfuerzo conjunto de las tres provincias.

Acudir como Región Centro implica, fundamentalmente, un intento de alcanzar volumen para la oferta de productos (fundamentalmente agroalimentarios, con el declarado propósito de superar la instancia de la mera provisión de insumos y poder comercializar los que posean el mayor valor agregado posible). Las oportunidades en la materia son amplísimas, y abarcan tanto la leche fluida, la carne bovina fresca y el pollo, como diversos envasados y derivados, además de la ya establecida provisión de granos.

En ese sentido, la cuestión de la escala se torna aquí fundamental, en la medida en que un mercado posible de 200 ó 300 millones de personas -correspondiente al segmento de la población china capaz de acceder a estos niveles de consumo- supera las posibilidades de cualquier empresa e incluso de cualquiera de las provincias de manera individual. Esto exige una ingeniería todavía incipiente, y una articulación que debe ser el próximo paso.

Lo mismo puede decirse de la búsqueda de inversiones, otro de los abordajes contemplados. En este rubro, cada una de las provincias acercó material descriptivo sobre los proyectos de obras públicas que aspira a desarrollar, principalmente en materia vial e hídrica. Si bien en este plano se echa en falta también una integración estratégica a nivel regional -que no sólo resultaría más razonable y favorable en términos de infraestructura, sino también añadiría atractivo y viabilidad a las expectativas de inversiones-, el manifiesto interés chino de volcar divisas en emprendimientos internacionales, incluso utilizando logística y mano de obra locales, hace que éste sea un campo propicio para acuerdos beneficiosos. Una vez más, el requerimiento es la elaboración de proyectos con el nivel de detalle y de precisiones formales y técnicas adecuados, para encauzar debida y prestamente las gestiones.

En definitiva, la misión resulta una iniciativa destacable por superar la lógica comarcal y aprovechar las ventajas y expectativas que posibilitan los parámetros y el ritmo de la economía internacional. Pero esto requiere un trabajo previo, simultáneo, concatenado y posterior, con la suficiente coordinación e intensidad como para que el despliegue llevado a cabo se traduzca en resultados efectivos y concretos, que abran las puertas a relaciones bilaterales que se extiendan en el tiempo y, con ello, permitan la expansión de la producción regional y el ingreso de capitales, en un contexto internacional en que las variables a considerar son diversas, pero donde el encierro y el repliegue resultan claramente el peor comportamiento posible.

El hecho de que las tres provincias hayan acudido en conjunto fortalece las posibilidades de alcanzar escala, aunque se vería favorecido con mayor articulación.