De domingo a domingo

Corrupción y pobreza: Cristina, dólar futuro y el documento de la Iglesia

Por Hugo E. Grimaldi

DyN

Mientras el gobierno nacional jugó con la oposición durante toda la semana anterior al ajedrez de la ley de despidos y dejó muchísima tela política para cortar en materia de convivencia democrática para ésta que se inicia, las novedades del día a día se desplazaron por callejones mucho más oscuros y registraron procesamientos, masivas movilizaciones universitarias de protesta y redes sociales enfervorizadas, a favor y en contra. Así, la llamada “grieta” de convivencia política, que se cerró institucionalmente el 22 de noviembre con la decisión de la ciudadanía de llevar a Mauricio Macri a la Casa Rosada, se mantuvo cada vez más sangrante a la hora de catalogar a las personas.

En estos últimos días, los odios de quienes parecen ser una minoría, aunque bastante ruidosa, se han vuelto furibundos contra los miembros del anterior gobierno acusados de corrupción, contra el presidente por su supuesta insensibilidad social y esta última semana, contra el propio Papa Francisco. En medio de un documento clave de la Iglesia sobre el desencuentro como la “gran deuda” de los argentinos, el hecho de que se anunció que el pontífice iba a recibir a Hebe de Bonafini y que quedó instalado que no lo hizo hace un par de años con Margarita Barrientos, algo que el mismo Papa desmintió, lo puso en categoría de Lucifer para muchos desaforados de Twitter y Facebook. Sin embargo, poco se reparó en que los obispos hablaron de la corrupción como un flagelo a erradicar y que el cardenal Mario Poli sentenció que “cuando alguien se queda con un vuelto, eso significa pobreza, pobres que sufren”.

Explicaciones de Bonadio

Justamente, esa misma gente que quiere ver presos a los funcionarios kirchneristas por estos temas se pusieron más que felices, sobre todo después de que el viernes pasado, su enemigo íntimo, el juez federal Claudio Bonadio, dictara el procesamiento de Cristina Fernández, aunque es bueno que sepan que fue en la causa donde probablemente más sencillo le será zafar, la de sus supuestas instrucciones para incentivar una operatoria de compra-venta de dólar futuro “ruinosa para el erario público”. Diferente será si logra establecer en otras causas que ella recibió fondos de terceros en sus empresas como devolución de favores por concesiones de obra pública o si los hoteles de su propiedad sirvieron para que terceros lavaran dinero, algo bien difícil de probar por este lado en el caso de Lázaro Báez, un empresario cuyos mayores ingresos surgieron de las licitaciones que ganó, toda plata blanca salida de las arcas del Estado al que algún recibo se le habrá extendido.

Decir estas cosas, molesta mucho a quienes la reclaman presa, aunque antes de relamerse por este traspié de Cristina lo que deberían recordar es que la Justicia es la que debe demostrar el delito y que lo mediáticamente morboso, como es el procesamiento de una ex presidente, puede muy bien naufragar a la hora de detallar los fundamentos probatorios que lleven a una condena. Está cantado también que sus abogados sostendrán que las decisiones políticas no se pueden judicializar, por lo que, en este caso, habrá un tironeo más ideológico que delictual. El propio magistrado interpretó que hablar de dólar futuro era una materia muy árida y para fundamentar la cuestión usó la “alegoría” de la ruleta arreglada para que siempre salga el mismo número, aunque debería observarse que Bonadio no se jugó ni habló de una maniobra gestada por una asociación ilícita armada para delinquir, sobre la base de un procedimiento que es totalmente legal y le atribuyó a CFK y a sus funcionarios el delito de “administración infiel en perjuicio de la administración pública”. Hubiese sido diferente si entre los beneficiarios (compradores) aparecían quienes propiciaron el negocio ordenando las ventas o aún conexiones indubitables con ellos mismos.

Hay que hacer notar que cuando el mercado puro es el que juega, el procedimiento para comprar o vender divisas a término se centra en darle una apropiada cobertura generalmente a operadores de comercio exterior que necesitan tener certidumbre sobre los valores que van a pagar o a cobrar en moneda local. De modo colateral, aunque es algo siempre importante como factor de equilibrio, está la posibilidad financiera de la timba, en la que cada uno gana o pierde a la hora de “comprarse” o “venderse” en función de los valores futuros. Y aquí, aparece el primer detalle político de raíz ideológica que Bonadio explica claramente: “Entre septiembre y noviembre de 2015, el que vende casi en exclusividad es el Banco Central de la República Argentina, así que se distorsiona la aleatoriedad de la operación y también la fijación del precio de mercado al que es negociado, ya que el BCRA cumplió un doble rol, por un lado vendía casi en exclusividad los contratos de dólar futuro y era el que día a día fijaba el precio del dólar spot”. Lo que finalmente hizo el juez para darle fuerza a sus argumentos fue no sólo explicar la mecánica, sino poner el ojo en la preponderancia del Estado en la operatoria, algo que casi anuló el juego de la oferta y de la demanda.

Cuando Bonadio dice “casi en exclusividad” es que está reconociendo una intervención que invalida la característica esencial de las “condiciones normales de mercado”, en las que el gobierno anterior no creía, aunque es evidente que impuso otras más intervencionistas, las del modelo regente por entonces. Con todo ello, le ha dado a los defensores un camino más que evidente para sostener el carácter político de la decisión. Tratando de explicar cómo las intervenciones siempre resultan sospechosas, el juez puso un ejemplo entre “el azar y dos partes contrapuestas” que se verifica en la ruleta cuando quien “apuesta un pleno juega contra los otros 36. Pero, si el cliente se da cuenta que la ruleta está descompuesta y siempre la bola cae en el número 11 se pierde el azar y el casino perderá indefectiblemente”, dijo. Y concluyó: “Podemos afirmar, sin dudar, que la ruleta estaba descompuesta y todos sabían que siempre salía el mismo número, aun el BCRA”.

Esta referencia a que todos creían que tanto Mauricio Macri cuanto Daniel Scioli iban a devaluar fue recién verificable después que asumió el nuevo gobierno, aunque todas las señales de mercado estaban dadas desde mucho antes (precio del contado con liquidación, valor del dólar futuro en Nueva York) para que ello sucediera. No obstante, en el juego de la Justicia, una contrademanda kirchnerista que implica a las actuales autoridades del Central y al propio Bonadio, sostiene que si hubiese sido algo tan “ruinoso” no deberían haberse pagado a los compradores las liquidaciones posteriores a la salida del cepo, algo discutible también porque el no cumplimiento de los contratos hubiese significado más descrédito por inseguridad jurídica en plena negociación con los holdouts. En definitiva, otra decisión política del nuevo gobierno.

También en esta segunda causa, que avanza por separado y que está dedicada a hurgar entre quienes se beneficiaron con la diferencia de cambio entre las compras baratas y el valor de venta definitivo, han aparecido varios nombres ligados al gobierno actual y, por ahora, el de ningún kirchnerista ostensible. Otro motivo más para creer que esta cuestión tan rimbombante puede ir a vía muerta.

Ley antidespidos

En otros términos menos determinantes para la sociedad, esta pulseada kirchnerismo-gobierno se planteó también como muy definida en el Congreso, a la hora de los avances y frenos que sufrió la llamada ley antidespidos que impulsó el bloque del Frente para la Victoria en el Senado y que sigue dilatando su tratamiento en el recinto de los diputados. En este caso, el trasfondo está puesto en la creencia que tiene mayoritariamente el oficialismo que lo que está ocurriendo en el Congreso es reflejo de la interna del peronismo, sindicalistas incluidos, que según ellos estarían dirimiendo sus liderazgos a costa de un proyecto de ley muy básico, ya que limita los despidos por 180 días porque genera una doble indemnización. Otros, más pragmáticos, atribuyen el temperamento de los senadores sobre todo a un pedido de los mandatarios provinciales, hijos de las transferencias del gobierno central, mientras que los menos plantean que existe un propósito de desestabilización del gobierno a cinco meses de su llegada al poder, aunque esta variante se la atribuyen sólo a los más duros del kirchnerismo.

De allí, que en varios frentes, esta misma semana, se redoblarán los acuerdos para que la situación se le torne legislativamente controlable a Cambiemos para así evitarle a Macri el amargo trance del veto y sin necesidad de depender tanto de Sergio Massa. Igualmente, la posición del Frente Renovador (FR) ha sido en este tema y aun mirando a esa eventual interna del PJ, la más inteligente, ya que se ha convertido en el fiel de la balanza y puede negociar con todas las partes y, de hecho, lo hace. Y no está dicha la última palabra porque el próximo miércoles se van a poner a consideración cuatro proyectos y hay muchas negociaciones de todos para atraer para sí a la niña bonita de la Cámara Baja, los casi 40 votos de los renovadores.

En la lista de dictámenes está primero el del kirchnerismo, que prevé la aprobación sin cambios de la ley para que no vuelva al Senado; luego, el del macrismo, orientado a rechazar la suspensión de los despidos; un tercero, el de Massa y sus diputados, que le incorporaron a la sanción de los senadores su capítulo para las Pyme y el cuarto, el más disruptivo, el de la izquierda. En los dos primeros, el bloque massista podrá subir o bajar el pulgar a su gusto, anulando a los demás y recién en el tercero se verá qué pasa, porque Cambiemos va a votar en contra y para no perder todo, quizás el FPV acompañe al FR para que el proyecto regrese al Senado, lo que le dará mayores plazos al oficialismo para negociar. De hecho, el mismo miércoles, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, se va a reunir con los mandatarios provinciales.

En medio de todos estos tironeos políticos, subyace quizás lo más importante para la gente que es la endeble situación económica, hoy empantanada en lo productivo y acuciante en cuanto al valor del dinero en los bolsillos. Para armar un blindaje, al mejor estilo kirchnerista, el gobierno ha refrescado Precios Cuidados y se anuncian por ahora sólo promesas de inversiones casi todos los días, rumbo hacia el famoso “segundo semestre”. Algunos dicen que al presidente Macri le falta un relato para explicar el momento y solidarizarse a la vez con los padecimientos de mucha gente a la hora de cruzar el desierto. Pese a que el gobierno no se percató debidamente, los dichos bien bergoglianos del cardenal Poli se lo acaban de dar.

Algunos dicen que al presidente Macri le falta un relato para explicar el momento y solidarizarse a la vez con los padecimientos de mucha gente a la hora de cruzar el desierto.