Ganó, sufrió la violencia de algunos y se fue en patrullero

Volvió José

Volvió José

Doce años después de haber estado doce años en la presidencia, José Néstor Vignatti vuelve a gobernar Colón. Ganó ayer en las urnas con una mayoría abrumadora: se impuso con el 48 por ciento de los votos y arrasó en las 22 mesas donde votaron más socios que en los últimos comicios del mes diciembre. Lo lamentable fue que ni bien conocido el resultado contundente y cuando Vignatti estaba comenzando a hablar con los medios presentes -entre ellos El Litoral-, un grupo de violentos comenzó a insultarlo, arrojándole objetos y escupiéndolo, hasta que un vaso de plástico lleno de cerveza le pegó en su cara, lo que motivó su retirada en un móvil policial. Incluso, trabajadores de prensa que estaban desarrollando su tarea también la pasaron mal. Si bien la directiva con Vignatti asumiría este miércoles, que es cuando vuelve el plantel, se postergaría la asamblea de socios. 

 

análisis

por Darío Pignata

La grieta en Colón

Está más que claro que si algo le sobra a Colón, además de pasión, es toxicidad institucional en este último tiempo. Que se presenten cinco listas a los comicios por primera vez en la historia es un dato que habla por sí solo. Y que José Néstor Vignatti asuma este miércoles como el octavo presidente en dos años y medio termina de calificar el desmadre institucional de referencia.

Esto nació desde la era Lerche para acá, pero a Colón ya se le fue la mano con los efectos residuales del dueño de la frase “Lo mejor está por venir” que dio paso a lo peor de lo peor: descenso, casi quiebra, salvataje.

Tiene claro Vignatti cuáles son las prioridades. Hoy, a pocas horas de todo lo que pasó anoche, me dijo en la radio: “El problema más importante de Colón no es lo económico, no es lo deportivo, no es el salvataje. El principal problema son las diferencias entre colonistas. Es por eso que quiero llamar a todos a un diálogo profundo”.

No equivoca el diagnóstico Vignatti cuando dice que el primer remedio que debe darle a Colón es el orden. Porque desde afuera se nota un club despelotado que no se sabe para dónde camina jugando a la pelota.

“Yo estoy curtido, ya pasé por este tipo de agresiones antes en Colón. El problema es que hoy necesito que se acerquen socios con buenas intenciones a colaborar, a aportar, a trabajar. ¿Quién va a venir al club si Colón está así”, se preguntaba el mismo Vignatti en medio del espanto por lo que pasó en su frustrada primera conferencia de prensa como presidente.

El club se transformó, en los últimos tiempos, en caldo de cultivo para que cualquiera que armara un Twitter o una fanpage en Facebook se sintiera con capacidad de ser presidente de Colón. Esto también es parte del desmadre. Y de la grieta profunda que sufre Colón desde el derrumbe de Lerche para acá.

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EL MUNDO DEL REVÉS

Una imagen de Manuel Fabatía, fotógrafo de El Litoral, esta vez vale mucho más que mil palabras. Minutos después de ganar con el apoyo multitudinario de los socios sabaleros, el flamante presidente del Club Atlético Colón debió ser retirado de la sede social rojinegra en un móvil policial para preservar su integridad física, porque un grupo de violentos pretendió agredirlo justo cuando enfrentaba los micrófonos. Foto: Manuel Fabatía