Los buscan

Una mujer, su esposo y su hijo imputados por el crimen del soldado Fabricio Bermani

Agencia Télam

La madre de un soldado voluntario que está prófugo junto a su padre en la causa por el asesinato de un compañero del Regimiento de Caballería de la ciudad entrerriana de Chajarí, Fabricio Bermani (22), ejecutado de un tiro en la nuca en junio pasado, quedó con prisión preventiva en el marco de la causa ante la sospecha de que los ayudó a escapar, informaron hoy fuentes judiciales.

Los voceros dijeron a Télam que la medida fue dispuesta por el juez de Garantías, Eduardo Degano, quien ordenó 45 días de prisión preventiva para la madre del soldado Brian Escobar (18), acusado junto a su padre, Antonio Escobar (59) -ambos prófugos desde el sábado último-, del crimen de Bermani.

La Fiscalía fue quien requirió su arresto por considerar que la mujer es partícipe necesaria de la fuga de su hijo. Es que el mismo día en que se ordenó la detención de los Escobar, la mujer denunció la desaparición de su hijo, quien, dijo, se fue de su casa y dejó su billetera, sus documentos y otros elementos personales, además de que no respondía a los llamados y mensajes telefónicos desde el jueves pasado.

En tanto, el Ministerio de Defensa de la Nación se presentó como querellante en el expediente en el que se investiga, además del crimen del soldado, el robo del fusil Fal que portaba, de su casco, de los cargadores de municiones y del chaleco antibalas.

Debido al robo de esos elementos pertenecientes al Estado Nacional, la cartera de Defensa ordenó a la Dirección General de Asuntos Legales que designe a dos letrados para representarla en la causa e impulsar la investigación.

El crimen de Bermani fue cometido el 18 de junio pasado a unos 400 metros del Regimiento de Caballería de Tanques 7, de Chajarí, en momentos en que el soldado voluntario estaba de guardia.

De acuerdo a la pesquisa, la víctima fue obligada a acostarse boca abajo, con las manos extendidas hacia adelante, y luego fue ejecutada de un disparo en la nuca desde una distancia de entre uno y dos metros.

Los pesquisas llegaron a los Escobar tras recibir testimonios que indicaban que el soldado voluntario compañero de Bermani días antes había mostrado una pistola calibre 380 como la empleada para matar al joven y que un auto similar al suyo fue visto merodear el regimiento.

Días atrás, el sospechoso denunció mediante su abogado, Claudio García, que sufrió apremios y amenazas por parte de la policía para que se autoincriminara en el hecho. Según la denuncia, fue golpeado en dos oportunidades por policías tras ser llevado a declarar a la comisaría de Chajarí, donde lo amenazaron diciéndole que aparecería muerto como el soldado si no les decía la verdad.