Hace 80 años

Comenzaba la gran tragedia de la España moderna

Por Rosa Aranda

DPA

La mayor tragedia de la historia moderna de España dejó un país arrasado, más de medio millón de muertos y una dictadura de 40 años. La guerra civil (1936-1939) estallaba hace 80 años y abría heridas que aún duelen en la sociedad española.

El 17 de julio de 1936 comenzaba una sublevación militar contra la II República española en el Protectorado de Marruecos. Arrancaba en Melilla y en sólo unas horas se extendía por todo el territorio.

Los militares querían poner fin a un régimen que en cinco años, no había logrado con ninguno de los muchos gobiernos que se sucedieron reformar un país muy rural, profundamente polarizado y desigual.

Al día siguiente, el general Francisco Franco, comandante militar de Canarias, volaba a Tetuán, capital del protectorado en el norte de África, para dirigir el alzamiento. Desde allí enviaba un mensaje de sublevación que tronó en las radios de todos los hogares.

“¡Españoles! A cuantos sentís el santo nombre de España, a los que en las filas del Ejército y la Armada habéis hecho profesión de fe en el servicio de la patria, a cuantos jurasteis defenderla de sus enemigos hasta perder la vida, la nación os llama a su defensa!”. Era el pistoletazo de salida a un conflicto que partiría España en dos.

El golpe contra el gobierno del Frente Popular -una coalición de izquierda en el poder desde febrero del 36- fracasó parcialmente, pero la ayuda de la Alemania nazi y de la Italia fascista permitió burlar el bloqueo del Estrecho de Gibraltar y que las tropas insurgentes entraran en la península ibérica.

“La guerra habría sido mucho más breve si no hubiera recibido ayuda internacional”, afirmó en conversación con DPA José Álvarez Junco, renombrado escritor e historiador español.

Una guerra que pronto adquiriría dimensión internacional y se convertiría en antesala de la II Guerra Mundial: los países que desde 1939 combatirían en el campo europeo midieron primero fuerzas, ensayaron maquinaria y estrategias bélicas en el español: Alemania e Italia apoyaron al bando sublevado; Francia y, sobre todo, la Unión Soviética, a los republicanos. En ayuda de la II República acudieron también las “Brigadas internacionales”, formadas por voluntarios extranjeros de 54 países.

Uno de los episodios más trágicos lo protagonizó, de hecho, la Legión Cóndor alemana, apoyada por la Aviación Legionaria italiana, cuando el 27 de abril de 1937 arrasó la pequeña población vasca de Guernica, una masacre inmortalizada por Pablo Picasso en su famosa obra.

Fue una guerra fratricida que sumió al país en una grave crisis, envió a cientos de miles al exilio y enfrentó dos visiones del mundo irreconciliables.

Sindicalistas, socialistas, anarquistas y sus familiares eran perseguidos y ejecutados por el bando nacional, que les daba el famoso “paseíllo” del que nunca volvían.

En el otro lado, socialistas, comunistas y anarquistas nacionalizaban fábricas y colectivizaban tierras, asesinaban a ricos, religiosos o sospechosos de simpatizar con la derecha.

Fue además la primera guerra mediática. Muchos escritores, periodistas e intelectuales, como Ernest Hemingway, George Orwell, Martha Gellhorn o John Dos Passos, viajaron a España para informar.

Los objetivos de Robert Capa, de su acompañante, Gerda Taro, y de otros muchos fotógrafos captaron las imágenes de combate y destrucción que luego llenaban los diarios de todo el mundo.

Otro de los nombres fuertemente asociados a este conflicto es el del poeta andaluz Federico García Lorca, fusilado por franquistas en los primeros días de la guerra. La tercera búsqueda de sus restos mortales se reanudará en septiembre.

Y ésa, la búsqueda de cuerpos, sigue siendo la principal herida entre los españoles. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en España ha exhumado desde el año 2000 unas 400 fosas comunes y ha recuperado los restos de más de 6.300 personas, ajusticiados en la contienda y posterior dictadura.

Lo hace con 700 voluntarios de 20 países y sin ayuda del Estado. “El principal problema es político porque nosotros no deberíamos hacerlo”, subraya su presidente, Emilio Silva, en entrevista con DPA.

“Es un problema de doble moral porque si España condena la violencia, tiene que condenar toda la violencia”, sentenció. “Hay un problema de incultura democrática: aquí uno se puede declarar demócrata y no condenar una dictadura”.

En España, no se aprobó una Ley de Memoria Histórica hasta 2007. Lo hizo el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero y fue un paso importante pero “insuficiente” para las víctimas del franquismo, porque incluyó su reconocimiento pero no la apertura de fosas.

El historiador Álvarez Junco llama a no olvidar. No quiere que se eliminen monumentos franquistas como el Valle de los Caídos, construido cerca de Madrid por presos republicanos y en el que está enterrado Franco.

“Hay que acordarse de la historia”, alertó. “Pero en esos monumentos de exaltación de la dictadura debe haber una orientación pedagógica”.