Sin piedad

Mientras velaban a un comerciante delincuentes saquean su negocio

Ocurrió en Colastiné Norte. Gran indignación entre familiares y vecinos. También robaron en la parroquia San Cayetano. A su vez se investiga un hecho mafioso en un taller mecánico.

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La granja de “Don Carlos”, como cariñosamente llamaban los lugareños al comerciante fallecido, permanecía cerrada.

Foto: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

dchiapello@ellitoral

Da lo mismo. Una parroquia, un taller mecánico o el negocio de un hombre que hacía apenas unas horas había fallecido. No hay límite para quienes hacen del delito su modo de andar por la vida.

Ayer a la tarde, un sector importante de Colastiné Norte se vio conmocionado, debido a un hecho que empezó mal y terminó peor.

Todo comenzó en horas de la siesta cuando se produjo el fallecimiento de Carlos Rubén Girolimeto, un muy querido y respetado vecino de la zona de la costa. Su buena fama se debía no sólo a que desde hacía algunos años regenteaba un kiosco-almacén (La Granja), sino a su alta dosis de generosidad, a disposición del todo el mundo.

La infausta noticia sumió en un profundo dolor a toda esa comunidad que decidió acompañarlo para darle su último adiós.

Tras cumplir con los trámites de rigor, cerca de las 20 los familiares llegaron hasta una sala de velatorios de nuestra ciudad.

Pero cuando estaban en medio del velatorio, otra noticia volvió a golpearlos. Delincuentes habían atacado el negocio del infortunado, donde provocaron destrozos y robaron mercaderías.

La indignación por lo ocurrido podía palparse hoy entre quienes participaban del sepelio.

“Ha fallecido un gran amigo... una gran persona. Carlos era muy querido en el barrio y también fuera de él. Pero apenas lo trajeron para la sala velatoria pasó un hecho terrible. Asaltaron su casa, rompieron sus puertas, revolvieron todo y robaron”, dijo una mujer entre lágrimas.

“No se puede creer tanta maldad”, -agregó. “Es un barrio donde vive gente de bien. Y no sé ahora cómo vamos a seguir. Porque acá se cruzó una barrera. Quizás quienes hicieron esto es gente que el ayudaba desde su pequeño negocio. Entonces todo duele el doble”, sentenció.

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No es la primera vez que la delincuencia golpea en la parroquia San Cayetano. Ahora se llevaron la urna donde los fieles depositan la limosna.

Foto: El Litoral/archivo

En Guadalupe

El otro hecho lamentable ocurrió en la parroquia San Cayetano, ubicada en Padre Genesio 1600, en el corazón de barrio Guadalupe.

Autores ignorados ingresaron al templo y sustrajeron el dinero que los fieles dejan como limosma.

No es la primera vez que la delincuencia hace de las suyas en este lugar. La semana pasada ocurrió un hecho similar y unos meses antes se llevaron objetos de valor.

Hecho mafioso

Por último, esta madrugada se produjo un preocupante suceso en un taller mecánico ubicado en 9 de Julio al 6100.

Amparados en las sombras de la noche autores ignorados ingresaron al local donde hicieron todo tipo de tropelías. Claro que en su accionar dejaron en claro que no son improvisados. Inutilizaron el sistema de alarmas, a punto tal que ninguno de los vecinos escuchó ni vio nada.

Se llevaron las llantas de aleación de un lujoso automóvil de fabricación alemana, gran cantidad de elementos de trabajo y hasta un cuatriciclo.

Finalmente, y a modo de mensaje (mafioso) rociaron con aceite una camioneta


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Lo ocurrido en el taller de 9 de Julio 6100 lleva la firma de la mafia. Robaron cuantiosos objetos y hasta intentaron incendiar un vehículo.

Foto: Mauricio Garín