JORGE DUBATTI, DOCENTE, CRÍTICO E HISTORIADOR TEATRAL

“Hay que construir un espectador compañero”

  • El especialista, que participa en la Escuela de Espectadores de Santa Fe, reflexionó sobre los nuevos modos de ver teatro, el rol de la crítica y la labor escénica santafesina. “Una capital teatral no sólo se mide por el teatro que hace, sino también por el teatro que convoca”, señaló.
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“El teatro se lleva muy bien con la adversidad. En épocas de crisis, cuando no hay dinero para filmar una película o hacer televisión, el teatro se puede hacer en cualquier lugar. Lo único que hace falta es el profundo deseo de hacerlo”.

Foto: Archivo El Litoral

 

Juan Ignacio Novak

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“El tipo que más aprende, con toda sinceridad, soy yo”. El crítico e investigador teatral, Jorge Dubatti inició hace unos quince años una iniciativa novedosa en Buenos Aires: la Escuela de Espectadores. Este espacio se replicó rápidamente y experiencias similares se pusieron en práctica en varios puntos del país, como Mar del Plata, Bahía Blanca, Tandil y Rosario. Este año, justamente con participación de Dubatti, abrió en Santa Fe (en el Centro Cultural Provincial) un espacio de estas características. “Santa Fe no podía no tenerlo, por la importancia que tiene su teatro. Yo hago votos por la continuidad y desarrollo de esta escuela y por la multiplicación que eso va a producir”, apuntó el especialista en una entrevista concedida al programa “A sala llena”, que se emite los jueves de 22 a 24 por Radio EME.

“Yo creo en un espectador dialógico, atento a la escucha, que tiene disponibilidad, amigabilidad. Que no va a colocarse en el viejo modelo de autoridad del crítico, sino por el contrario, alguien que va a dialogar. A mí me gusta mucho la palabra compañero en ese sentido. Creo que hay que construir un espectador compañero. Etimológicamente, es una palabra que viene del latín, cumpanis, que quiere decir ‘que comparte el pan con el otro'. Creo profundamente en la construcción de un espectador que dialoga con los otros espectadores y con el artista”, destacó.

“Estoy feliz con la Escuela de Espectadores de Santa Fe, no sólo porque está viniendo muchísima gente, sino porque además se está formando lo que los sociólogos llaman masa crítica. Es decir, un grupo de gente con la que se puede contar para acompañar los buenos espectáculos, de experimentación y de innovación. Esto es invalorable”, afirmó.

Nuevos modelos

Para Dubatti, “las cifras de teatro en toda la Argentina son enormes. No tenemos de los últimos años los datos firmes, pero en 2012 se estrenaron en toda la Argentina 8.000 espectáculos. Esto implica un movimiento increíble. En todos lados, hay salas teatrales, acontecimientos teatrales. Y esta diversidad tiene varias razones. Por un lado, esta cosa maravillosa que es el Instituto Nacional del Teatro, que cambió la realidad del país en lo teatral, favoreciendo una enorme federalización. Por otro, vivimos en una sociedad cada vez más tecnológica. Y el teatro ofrece un tipo de experiencia convivial, de reunión, de cuerpo presente, territorial. No se puede hacer teatro por Internet, ni por Skype, ni por redes ópticas o satelitales. El teatro se hace a partir de la reunión de los cuerpos vivientes. Por eso, tiene cada vez más fuerza, porque está pendulando con todo el avance de la cultura tecnológica”.

“Esto también determina la aparición de un nuevo tipo de espectador. Yo lo llamo espectador crítico, que ya no reconoce el discurso de autoridad que antes se le otorgaba al crítico y que es él mismo mucho más activo, creativo, inquieto, curioso. Por eso, son tan importantes las Escuelas de Espectadores. Esto ha obligado a redefinir el discurso de la crítica. Antes teníamos una crítica de autoridad, fundamentalmente valorativa. Iba a evaluar si estaba bien hecho lo que estaba bien hecho y mal hecho lo que estaba mal hecho. Era una suerte de crítica que iba a poner puntaje, a tomar examen al espectáculo, y aprobaba o desaprobaba. Ese tipo de crítica hoy ya no es lo que el espectador necesita. Lo que necesita más bien es un crítico ‘agitador', estimulador, un crítico que brinde herramientas. Más que decirle al espectador lo que tiene que pensar, o dónde está lo que está bien hecho y dónde lo mal hecho, lo que hace es darle una enorme cantidad de materiales para que cada espectador realice con eso lo que quiere hacer. En ese sentido, estamos ante un cambio de época muy grande. Y lo que llamamos el crítico de autoridad pertenece a otra época. La dinámica en la que vivimos ha desplazado esa vieja figura y ha integrado la función de la crítica a otras zonas. Esto se da mucho en la presencia de los espectadores en páginas webs y blogs. Se graban en Youtube. Hay una espectadora en Buenos Aires que se hizo muy famosa, que se llama Felisa. Es una señora que va a ver teatro, se graba con una camarita y sube sus críticas a Youtube. No está esperando que los críticos de autoridad le digan lo que tiene que pensar o hacer. Lo que está esperando es tener cada vez más herramientas para poder hacer una multiplicación de su relación con el teatro”, explicó.

Teatro santafesino

“Yo vengo siguiendo desde hace muchos años algunas experiencias del teatro santafesino. Puedo decir que el teatro que más conozco es el de Buenos Aires, porque es la ciudad donde yo vivo. Pero siempre me ha encantado seguir la realidad de los que yo llamaría ‘teatros argentinos'. Podría nombrar un montón de teatreros que vengo siguiendo de Santa Fe. Por ejemplo, un clásico como Equipo Teatro Llanura, una de las glorias del teatro nacional. Yo me encargué, entre otras cosas, de llevar a Buenos Aires un espectáculo memorable de ese grupo, ‘El clásico binomio'. Podría nombrar un montón más, pero me gustaría quedarme con las últimas cosas que estuve viendo. Quiero rescatar muy especialmente, porque me pareció una maravilla, la versión de ‘El jardín de los cerezos', dirigida por Edgardo Dib. Es una de las cosas más hermosas que he visto en toda mi carrera como crítico, investigador y espectador. Podría nombrar espectáculos de Juan Berrón, la versión de ‘Boquitas pintadas', o ‘La chatita empantanada'. Santa Fe tiene muy buen teatro, con mucha identidad, con una gran singularidad, que está a la vanguardia del mejor teatro argentino. Por eso, tengo enorme confianza en el futuro y desarrollo de la Escuela de Espectadores. Santa Fe es, además, un lugar por donde pasa muy buen teatro. Una capital teatral no sólo se mide por el teatro que hace, sino también por el teatro que convoca”, concluyó.

 

"Otra cosa que a mí me pone muy contento de las escuelas de espectadores, es que colocan al teatro en el lugar que le corresponde, respecto de su valor artístico, como cantera de metáforas, como cantera simbólica, como gran acontecimiento artístico”.

Jorge Dubatti

Crítico teatral y escritor

Espacio de multiplicación

  • Tras algunos intentos fallidos anteriores, la Escuela de Espectadores de Buenos Aires surgió en 2001. “Logré convencer a ocho personas para arrancar. A fin de año ya éramos 20, a principios de 2002, 40, a fin de año 60. Ahí nos pasamos al Centro Cultural de la Cooperación, donde me dieron una sala donde entrábamos 80. De ahí nos tuvimos que ir a una sala de 90. En 2005 tuvimos que duplicar el horario. En este momento tenemos 340 alumnos y 700 personas en lista de espera. Hay una necesidad de las Escuelas de Espectadores”, señaló Jorge Dubatti.

Cuarto encuentro

  • Para hoy estaba prevista la realización del cuarto encuentro de la Escuela de Espectadores en Santa Fe, en el Centro Cultural Provincial. A las 14, se iba brindar una función especial de la obra a analizar, “Transforma bestias”, del grupo La Gorda Azul, en El Birri.