Emanuel Brítez en “Dame Gol”

“Se habló más de lo normal”

El marcador de punta de Unión contó lo que pasó en la expulsión en el amistoso jugado el sábado frente a Belgrano de San Francisco, que derivó en la presentación de la renuncia del dirigente Marcelo Piazza, la que no fue aceptada.

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Reflexionó. Emanuel Brítez aceptó su error, bajó los decibeles y dijo que ya le pidió disculpas a quien debía. Para él, es un capítulo cerrado.

Foto: Manuel Fabatía

 

Alberto “Nene” Sánchez

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Anoche, en el programa “Dame Gol”, que se emite todos los martes desde las 22 por la señal Cable y Diario, del multimedios de diario El Litoral, estuvo como invitado central el jugador de Unión, Emanuel Brítez, quien no tuvo reparos en contestar todas las preguntas formuladas por Adrián Brodsky, conductor del programa, y de los panelistas Graciela Sauco, Silvina Camino, Hugo Sánchez y Enrique Cruz (h).

Apenas presentado, el defensor tatengue expresó: “Estoy tranquilo, y puedo decir todo lo que quieran. Pero no pasa nada, se habló un poco de más. Se habló más de lo normal. Fue una secuencia de la que se dijo algo que no pasó, pero ya está, lo importante es que las cosas ya están aclaradas con las personas a las que tuve que pedir disculpas, con las que tuve que hablar, y una vez que lo hice pensé en que no tenía por qué darle explicaciones al periodista que dijo las cosas. Lo importante es que con la persona que me equivoqué ya está todo aclarado, aceptó mis disculpas, y eso para mí es muy importante”.

“La gente que me conoce bien sabe que fuera de la cancha soy un tipo agradable, carismático, que me gusta tener amigos. Sé que dentro del campo de juego vivo el partido distinto a como lo viven los demás, pero por suerte últimamente lo estoy controlando bastante bien”, agregó Brítez.

—¿Qué pasó realmente contra Belgrano de San Francisco el sábado?

—Tuve una mala mañana, y ya dije que no se iba a volver a repetir. La verdad es que nos equivocamos los dos, se dijeron muchas cosas. Creo que el árbitro también se equivocó, no quiero hablar de él, nos dijimos cosas que no correspondían, no nos portamos como profesionales que somos.

—¿Y después?

—Obviamente, cuando apenas salí de la cancha ya estaba arrepentido, los miraba a mis compañeros y pensaba que no podía hacer estas cosas, sé que estuve mal, pero ya está. Lo que pasa es que se agrandó todo porque Marcelo (Piazza) presentó la renuncia después de lo que pasó. Yo ya le pedí disculpas, hablamos muy bien y entendió lo que me pasó. Con Marcelo tengo una excelente relación. No me olvido de que él me llevaba a entrenar, y una vez me llevó a una pretemporada en Rosario. Vive todo el día con nosotros. Yo me equivoqué con él, pero nunca le falté el respeto. Lo único que le dije fue que no podíamos traer a esa clase de árbitro.

—¿Pensás que lo que hiciste fue la gota que rebasó el vaso?

—No creo que Marcelo haya querido renunciar porque me expulsaron. Realmente me parece que pudo haber tenido algún problema anterior y justo pasó esto y aprovechó para tomar esa decisión, y muchos pensaron que renunciaba porque yo lo había insultado.

—¿Y con Madelón hablaste?

—Con Madelón hablé ahí mismo, apenas pasó todo. Pero a la noche me invitó a comer a la casa, yo le dije que no porque estaba cansado, y al otro día lo llamé para saber si podía ir, y me dijo que vaya, que había pedido pollo, así que fui y estuvimos desde la una y media hasta las cinco de la tarde charlando. De lo que había pasado en el amistoso hablamos sólo 10 ó 15 minutos, el resto del tiempo lo pasamos hablando de cosas de la vida. Fue una charla muy importante, muy íntima, nunca había hablado de esa manera con ninguno de los técnicos que tuve, fue muy lindo.

—¿No contemplaste la posibilidad de tratarte con un psicólogo para que te ayude?

—Nadie me mandó a ningún psicólogo, nunca. Hace como dos años hablé un par de veces con uno, pero la verdad es que no me sirvió mucho. Yo hablo mucho con mi familia, con mis amigos.

—¿Tuviste la oportunidad de irte a otro club en este receso?

—Todavía no se cerró el libro de pases, pero he tenido dos ofertas concretas para irme de Unión, una de Lanús y la otra del fútbol de México, pero no se pudo dar.

—Alguna vez dijiste que te querías ir de Unión, ¿puede ser?

—Después del clásico que empatamos 0 a 0 en nuestra cancha, que me expulsaron, después del partido declaré en caliente que quizás mi ciclo en Unión estaba cumplido, pero después tuve la revancha, haciendo un gol en la cancha de Colón.

—¿Ese momento fue el más feliz de tu carrera?

—Todos saben que soy hincha de Unión, por eso haber hecho un gol en la cancha de Colón fue algo que nunca me voy a olvidar, es como haber cumplido un sueño, una alegría inmensa.

—¿Y cómo te trata la gente en la calle?

—Con la gente de Unión está todo muy bien. En la calle me piden fotos, autógrafos, por ahí me dicen que me calme un poco, y es cierto, yo trato. Al principio, la gente me hacía notar que no les gustaban mucho mis actitudes.

—Todos te tienen como un jugador rudo, ¿a vos te han pegado alguna vez?

—No me han pegado mucho, pero me acuerdo de un partido contra Vélez. En los córneres yo le tenía que hacer la cortina al Coto Correa para que él pueda cabecear tranquilo. En el primer córner, casi le hacemos el gol porque salió muy bien. Al siguiente, repetimos la jugada, pero cuando doy media vuelta me encuentro con Eduardo Domínguez y me pegó una piña en la frente que me hizo ver las estrellas.

" Lo que me pasa tiene que ver muchas veces con el resultado del partido, muchas veces me controlo. Me ha pasado que hago alguna falta y me voy a recuperar la posición y no pasa nada, pero otras veces me pongo a discutir, sabiendo que está mal. El año pasado me expulsaron tres veces, pero yo me doy cuenta de que tengo muchos inconvenientes fuera de la cancha, y eso me perjudicó mucho”.

Emanuel Brítez

Defensor de Unión