Fue un gran piloto

Murió Chris Amon, un grande sin triunfos en F1

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El momento más glorioso. Amon, festejando la gran victoria en las 24 Horas de Le Mans, junto a su gran amigo Bruce McLaren, con un Ford GT-40 en 1966. Foto: Archivo El Litoral

 

Redacción de El Litoral

efe

El neozelandés Chris Amon, piloto de Fórmula Uno entre 1963 y 1976 y participante en 96 Grandes Premios, falleció a los 73 años víctima de un cáncer en el hospital de la ciudad de Rotorua, donde residía desde su retiro.

Amon fue considerado por muchos como el mejor piloto que nunca ganó un GP y, de hecho, se creó una especie de leyenda negra sobre su trayectoria y su mala suerte en las pistas. El piloto oceánico pasó por 13 equipos, entre ellos Ferrari y Matra, consiguiendo 11 podios y cinco poles. Era muy rápido en la pista, pero no consiguió que la regularidad y la fiabilidad de sus coches se alinearan con su talento.

La mala suerte se convirtió en algo así como una marca comercial de Amon. En el GP de Italia de 1971 lideró la prueba hasta que la visera de su casco se desprendió, a nueve vueltas del final; mientras que en el GP de Francia 1972 era primero de forma cómoda cuando un pinchazo le dejó fuera de cualquier opción a la victoria.

Aún así, Amon nunca se consideró alguien con mala suerte: “Soy más afortunado que muchos que murieron en las pistas. Tuve varios accidentes graves, pero apenas me rompí algunas costillas”, expresó reiteradamente tras retirarse de los circuitos.

Amon llegó a Ferrari después de su gran victoria en las 24 Horas de Le Mans, junto a su gran amigo Bruce McLaren, con un Ford GT-40 en 1966.

Después de retirarse del automovilismo regresó a su Nueva Zelanda natal y ayudó a llevar la granja familiar. En un comunicado emitido este miércoles, su familia informó: “Chris luchó contra su enfermedad conservando un gran interés en la F1 y manteniendo su maravilloso sentido del humor”. Ron Dennis, presidente y CEO de McLaren, emitió un comunicado rindiendo tributo al piloto.

* “Una profunda tristeza me embargó cuando me enteré de la muerte de Chris Amon. Aunque nunca ganó un GP fue el piloto más grande que nunca lo consiguió. Sin embargo, ganó en Le Mans con un poderoso Ford de 7.0 litros hace exactamente 50 años, su copiloto, fue su amigo y compañero, Bruce McLaren, cuyo nombre todavía adorna el equipo al que he dedicado mi vida laboral. Descansa en paz”, culminó.