Protestas dentro y fuera del Maracaná

Un “invisible” Michel Temer inauguró los Juegos Olímpicos

“Después de este maravilloso espectáculo, declaro abierta la XXXI edición de los Juegos Olímpicos”, sólo esa frase se escuchó ayer en off del presidente en ejercicio de Brasil. A pesar de la discreción del mandatario, no logró escapar de los abucheos.

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Breve discurso para abrir formalmente los Juegos Olímpicos, aún así los abucheos se sintieron fuerte. Foto: Agencia EFE

 

Redacción El Litoral

Agencias EFE/DPA

Los organizadores lo retrasaron todo lo que pudieron y él mismo se hizo casi “invisible” en el Maracaná, pero los abucheos al presidente interino de Brasil, Michel Temer, resultaron inevitables en la apertura de los Juegos de Río 2016.

La megafonía ni siquiera mencionó su nombre. Temer, además, apenas si pronunció palabra en el mítico estadio carioca. Pero no sirvió. La ira de muchos de sus compatriotas contra el sustituto de la suspendida presidenta Dilma Rousseff parecía estar hoy casi programada de antemano como colofón a la fiesta de inauguración de los Juegos en Río.

Los gritos de “Fuera Temer” y los silbidos despiadados del público retumbaron apenas el mandatario dijo la frase que debía, en realidad, dejar paso a la fiesta tras el desfile de las delegaciones en el Maracaná y tras las intervenciones de los presidentes del Comité Olímpico Brasileño, Carlos Arthur Nuzman, y del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach.

“Después de este maravilloso espectáculo, declaro abierta la XXXI edición de los Juegos Olímpicos”, dijo Temer en el que debió ser uno de los discursos más breves dados en una inauguración olímpica.

Pero ni siquiera el volumen repentinamente alto de la música ni los fuegos artificiales en el Maracaná consiguieron disimular el desafecto de los asistentes por el abogado de 75 años.

En Brasil se creía ya desde hace días que los organizadores tomarían “medidas especiales” para evitar que la rechiflada a Temer opacase el espectáculo. El que en el estadio Maracaná no se pronunciase el nombre del mandatario no estaba en las especulaciones. La medida, en todo caso, fue inútil.

Y los abucheos contrastaron en todo caso con las ovaciones que se llevó la delegación brasileña o los aplausos incluso para Alemania, el país que propinó hace dos años a la “canarinha” la peor derrota futbolística de su historia con el 7-1 del Mundial.

Dilma Rousseff se había negado a asistir a la ceremonia de ayer, diciendo que no aceptaba un papel “secundario” en la gala. Y el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, visto como el “padre” de estos Juegos, también se ausentó.

No lo quieren

Temer asumió el poder de forma interina el 12 de mayo, después de que Rousseff fuera suspendida del cargo por acusaciones de haber maquillado los presupuestos públicos.

Y el ascenso de Temer al poder es visto como parte de las intrigas políticas que han sumido a Brasil en una grave crisis institucional en los últimos meses y que han dañado la imagen del país en el mundo, justo cuando estaba en el centro de atención por la celebración de Río 2016.

Temer, electo como vicepresidente de Rousseff en 2014, podría seguir siendo presidente hasta las próximas elecciones si la mandataria es destituida definitivamente en las próximas semanas.

Pero el político del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) no es querido por la ciudadanía. Una encuesta reciente le daba apenas un 14 por ciento de popularidad a su Gobierno.

Las protestas contra Temer ya se habían anticipado durante toda la jornada. Cientos de personas salieron a las calles de Río desde temprano para prepararle una jornada “caliente” al mandatario. Muchos simpatizantes de Rousseff se agolparon en las playas de Copacabana, colmadas de turistas y visitantes olímpicos, portando pancartas contra Temer. También en las inmediaciones del Maracaná se congregaron manifestantes. Según el portal “O Globo”, al menos una persona resultó herida en enfrentamientos con la policía.

Y ya desde la mañana los manifestantes en Copacabana vaticinaban de los silbidos a Temer en el Maracaná.

 

La tristeza de Dilma

La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, dijo estar triste por no poder ver “en vivo y en directo” la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

“Me quedo triste por no ver la fiesta ‘en vivo y en directo’. Pero estaré siguiendo (la ceremonia por televisión) y alentando a Brasil”, expresó la mandataria.

La política del Partido de los Trabajadores está suspendida desde mayo y enfrenta un juicio político en el Congreso que probablemente concluya en su destitución.

Su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva tampoco participó en el evento, al igual que los otros ex presidentes que gobernaron el país desde que terminó la última dictadura militar (1964-1985) que están vivos: Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), Fernando Collor de Mello (1990-1992) y José Sarney (1985-1990).