Música para descubrir

Swing, atmósferas, improvisación. Letras potentes, identidad, riesgo. Jazz moderno y rock santafesino son las propuestas de esta entrega. “Strange Feather”, de Melisa Bertossi y “¿Qué hay de nuevo viejo?”, del mítico grupo de rock local Pasamanos. Una ventana que se abre a la escucha.

Por Mili López.

 

Strange Feather

13_COVER 01 front.jpg

Melisa Bertossi

(Estudi Laietana, 2015)

Este disco es el primero de la saxofonista santafesina Melisa Bertossi, radicada hace unos años en España. Para esta grabación ha reunido a un seleccionado de músicos de diversas procedencias: además de Bertossi (Argentina) en saxo tenor y soprano y composiciones, se suman Mariano Camarasa (Argentina), en piano; Olivier Jambois (Francia), en guitarra eléctrica; Manel Fortiá (Catalunya), en contrabajo y Joao Vieira (Portugal), en batería.

Son tres los pilares donde se apoya esta propuesta: el concepto, la composición y la interpretación. Conceptualmente, se percibe una sonoridad introspectiva, un autorretrato, una invitación al universo íntimo de la líder del grupo.

“The beauty of simple” abre este registro y es un convite a ingresar a este universo, con un diálogo exquisito entre el saxo (indiscutible protagonista) y el piano y su excelsa presencia. En “Remember”, el tenor tiene su momento de gloria en la amplitud del registro y el solo de contrabajo se erige por su singularidad.

Con composiciones propias, si bien es ecléctico en estilos ya que incluye baladas, música contemporánea y algunos coqueteos con el samba; este es un disco de jazz. Hay una fuerte exposición melódica y espacios para la improvisación como es propio del lenguaje. Cuenta con una sólida base rítmica que sostienen el piano, el contrabajo y la guitarra, esta última con bellos aportes en los arreglos.

En “Strange Feather”, hay un importante trabajo de la guitarra, con un sonido sampleado, como una sombra de la línea melódica del saxo. A partir de la tímbrica de la percusión, los samplers, algunos comentarios del piano y los colores del contrabajo se abre el juego a una atmósfera sonora que precede la aparición del saxo.

En cuanto al estilo interpretativo, el sonido del saxo bien jazzero, un sonido moderno tipo Michael Becker y al mismo tiempo se sostiene un legato, como si la persona “cantara” esa melodía que se impone en la escucha.

“Pendulum” presenta una frase melódica clara sobre la cual el soprano juega con sus variaciones. “Kanji” enamora por su rítmica, por el contrapunto entre los instrumentos, por sus cadencias y por la repetición de frases melódicas.

Un juego al devenir y el permiso de la libertad interpretativa son las cartas echadas en “Miss-hi-fly”, el último track que combina exploración de los recursos propios de cada instrumento y el momento de improvisación colectiva.

Este disco es una celebración del encuentro y de la expresividad sin límites. Por momentos parece preguntarse si es el jazz quien está envolviendo a los intérpretes o es la compositora que le imprime su sello al jazz y lo resignifica. En fin, una síntesis excepcional.

Escuchar “Pendulum” en el patio de atrás bajo la luz de la luna.

 

¿Qué hay de nuevo viejo?

12_TAPA-CD-PASAMANOS-2015.JPG

Pasamanos

(Santa Fe Recording, 2015)

Pasamanos es rock. Pasamanos es trayectoria. Pasamanos es Santa Fe. Este material discográfico sale a la luz cumpliendo 30 años en la escena del rock santafesino y dejando su huella en la historia del género.

Un grupo de formación clásica de rock, compuesto por Eduardo Gaviola, en guitarra y canto, Mario Ludueña, en bajo y coros, Ignacio Agrafogo, en guitarra lead y Marcelo Heer, en batería y coros, por momentos en convivencia con grupos como Almafuerte y en otros con sonoridades en contacto con los inicios del rock argentino, sobre todo en las modulaciones de la voz.

Con composiciones en su mayoría de Gaviola, las letras dicen presente abordando los más diversos temas. Historias de amor, la guerra, escenas de la vida posmoderna, miserias y aciertos, la noche, casos de gatillo fácil y postales de Santa Fe son parte de estas canciones.

Para destacar “La virtud o los días” (Sosa/Heer), con fuerte presencia de la batería, letra categórica y una melodía sencilla que hacen un combo digno de esos temas que se convierten en clásicos.

“¿Qué hay de nuevo viejo?” (Gaviola), es una fotografía de la realidad, con un mensaje reflexivo sobre la sociedad contemporánea. Sonido pujante, donde se enfatiza la guitarra distorsionada, con cambios de tempo que acentúa la letra. Le sigue “Recuerdo Santa Fe” (Gaviola), con una estructura singular, que incluye registros sonoros urbanos y evoca memorias.

Un alto en la escucha para “Mi corazón late por vos” (Gaviola) con un interesante trabajo del cantante a partir de las inflexiones vocales que remiten a Miguel Cantilo, a Vox Dei, a los Abuelos de la Nada. “Arde Bagdad” (Gaviola) es otro destino seguro con sus atmósferas y sus cadencias.

La canción es la que gana, con estribillos contundentes y una base rítmica sólida que permite espacio para los solos de guitarra en sus dosis justas. “Bis” (Heer), el único tema instrumental de los 14 tracks, es una invitación a disfrutar de una línea melódica clara (que resonará en la cabeza por un tiempo) y el acompañamiento preciso que muestra la calidad interpretativa.

La fotografía suprema de Tito Bruschini enaltece la publicación y ancla en Santa Fe con imágenes que aportan a construir la identidad del grupo. Todo esto se resignifica en la mirada del diseñador gráfico Luis Berraz, que nos permite acceder al disco desde lo visual que complementa la escucha.

Es una propuesta de rock clásico fresco, sus letras y su sonido contemporáneo hacen una combinación perfecta que valida su trayectoria y vigencia. Reza Gaviola en “Montados al Salmón”: “Cuando escuches esta banda/por tu nuevo receptor/sabrás que esta banda está viva/sigue montada al salmón”.

Escuchar “El rata y gatillo fácil” acompañado de cerveza fría en una tarde de verano.