¡Oxigená tu vida!

Los expertos ofrecen unos sencillos ejercicios para reeducar nuestra forma de respirar y colocar el cuerpo, para afrontar el nuevo día con tranquilidad emocional y claridad mental.

TEXTOs. Ricardo Seguro. FOTOS. Archivo El Litoral.

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Piense en algo que le disguste, por ejemplo una reunión de trabajo, un examen en la universidad o alguna tarea doméstica. Observe su cuerpo. Es probable que, al pensar en estas cosas, haya cortado su respiración y su musculatura se haya encogido. Ahora, piense en algo que le guste, como un paseo por la playa, pisar el césped o la sonrisa de un bebé, y observe de nuevo su respiración y músculos. ¿Ha podido “sentir” el cambio?

“Este simple ejercicio sirve para entender que detrás de cada pensamiento hay una emoción que se refleja directamente en la manera de respirar y en la manera de colocar nuestro cuerpo al sentarnos, al andar, es decir, en nuestra musculatura”, señala María Ángels Farreny, entrenadora personal, especialista en respiración, educación corporal y liderazgo.

“Llevar a la persona a la consciencia de cómo piensa, siente, respira y actúa es el objetivo de mi trabajo. Destaco la palabra ‘sentir’ porque radica en el cuerpo, que es el gran olvidado de nuestra sociedad. El cuerpo es un maravilloso vehículo encargado de materializar nuestros sueños y la respiración, el volante de dicho vehículo”, añade Farreny, que dirige el proyecto social Natura Respira 3.0: Escuela Europea de Respiración.

Muchos problemas emocionales y físicos pueden solucionarse o mejorarse y algunas enfermedades pueden prevenirse respirando de forma consciente, oxigenando el organismo y reeducando la postura corporal, de acuerdo a esta entrenadora que ha desarrollado un método para “inhalar salud y exhalar” estrés.

“Una buena praxis respiratoria y postural es fundamental para tener una mejor calidad de vida, de pensamiento y de acciones, para ser más conscientes de lo que queremos y cómo lo queremos”, señala María Ángels Farreny.

Para Farreny, coautora del libro “Dime cómo respiras y te diré cómo vives”, junto a la experta en técnicas vocales y corporales Miriam Marcet, “detrás de cada gesto, se esconden una emoción, un pensamiento y una respiración”.

¿Cuántos de nosotros somos conscientes de la importancia que tiene la respiración para el correcto funcionamiento de nuestros órganos, especialmente del cerebro y el corazón, o de lo importante que son nuestros hábitos corporales, respiratorios y nutricionales para vivir en paz y armonía?.

Según Farreny, muchas enfermedades, tanto físicas como psíquicas “están directa o indirectamente relacionadas con la falta de oxígeno y, por tanto, con los malos hábitos respiratorios, posturales y nutricionales, por lo que pueden prevenirse corrigiendo dichos hábitos nocivos”.

DE LOS PULMONES A LAS EMOCIONES

Para Farreny, una buena respiración “está ligada a una buena postura corporal‘. La manera de respirar “también está asociada a las emociones y, si aprendemos a respirar bien, no solo ganaremos en salud, sino que gestionaremos mejor nuestras emociones y tendremos más dominio de cada situación”, explica María Ángels.

“Se trata de respirar y vivir en el aquí y el ahora, que es donde suceden las cosas y donde está nuestro cuerpo, que es el gran olvidado de esta sociedad”, indica.

Según Farreny, la calidad de nuestra respiración es la calidad de nuestro oxígeno en sangre y por tanto de nuestra vida. Sin embargo, “una persona normal solo utiliza de media el 10 por ciento de su capacidad pulmonar, explica.

“Un cerebro y un cuerpo bien oxigenados tienen mayor capacidad de respuesta y una mayor vitalidad. Con la reeducación postural, respiratoria y emocional aumentamos nuestra vitalidad y energía, autoestima y seguridad, asertividad, concentración, creatividad e intuición y nuestra salud física en general”, señala.

Para Farreny, una persona feliz difícilmente enfermará y, respirando correcta y conscientemente, “también reducimos nuestro nivel de estrés y ansiedad, nuestros problemas digestivos, fatiga crónica, riesgo de sufrir enfermedades cardiacas, ictus, y desórdenes como el dolor de espalda y la tensión muscular”.

Consultada sobre de qué manera respirar bien puede ayudar a prevenir enfermedades graves como el cáncer, responde que Otto Heinrich Warburg, recibió el Premio Nobel en Medicina en 1931 por demostrar la relación entre oxígeno y cáncer y que, según el doctor Arthur C. Guyton, “todo el dolor, sufrimiento y enfermedades crónicas están causadas por una falta de oxígeno a nivel celular”.

“¿Qué significa respirar bien? Consiste en oxigenarnos adecuadamente y, si tenemos en cuenta que el objetivo del oxígeno en este planeta es la vida, llegamos a la conclusión de que respirar mal significa vivir mal o simplemente no vivir como uno quisiera”, enfatiza.

CLAVES PARA RESPIRAR MEJOR

1) Es muy importante mantener una posición de 90 grados entre las caderas y la columna si queremos oxigenar bien nuestro organismo y que el diafragma tenga suficiente espacio para que los pulmones llenen su parte baja.

2) El mejor referente de una respiración ideal es la que tienen los recién nacidos. Si nos fijamos en la barriga de un bebé veremos que sube y baja, lo que significa que hace las inspiraciones completas. A medida que nos vamos haciendo mayores, nos bombardean con el “esto no se dice, hace o toca”, y nos vamos conteniendo.

3) Lo primero para respirar bien es sentir cómo entra el aire en las fosas nasales y tener conciencia de que estamos respirando. Lo segundo es cuidar la postura: la columna recta, las piernas juntas y las manos sobre los muslos.

4) Al sentarnos, debemos formar un ángulo de 90 grados entre el tronco inferior y el superior, como en un número cuatro. Debemos notar los isquiones (huesos de la cola) clavados en la silla, y las rodillas deben estar alineadas con las caderas y los tobillos con las rodillas. Los pies reposarán en el suelo, paralelos.

5) Hay que mantener la parte superior del cuerpo erguida pero sin tensión, relajando los hombros, evitando que la zona superior se recline hacia delante y sin arquear demasiado el área de las lumbares.

6) Al inhalar, debemos tener la sensación de que un cable tira de nosotros hacia arriba desde la coronilla mientras otro ejerce presión hacia el suelo desde el coxis.

7) Por regla general, respirar siempre por la nariz, haciendo respiraciones pausadas y profundas, sin dejar que la barriga se hinche, si estamos de pie. Para ello lo ideal es que la musculatura de la pared abdominal tenga tono, con ello conseguimos que el diafragma, al inspirar, masajee ligeramente los órganos internos.