Barrio San Lorenzo bajo fuego

Varios tiroteos y un crimen

Durante el viernes y el sábado distintos grupos de delincuentes se tirotearon en las calles. La policía terminó con varios patrulleros rotos. Por otra parte, un joven fue asesinado de un disparo en el pecho.

 

Danilo Chiapello

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Tiroteos en plena calle a toda hora. .. patrulleros que van y vienen... un joven asesinado... vecinos desesperados.... Así fue el fin de semana en barrio San Lorenzo.

* Esta patética secuencia arrancó la mañana del viernes cuando distintos grupos de malvivientes se “trenzaron” a tiros.

La situación fue denunciada por los aterrados vecinos de la populosa barriada que, una y otra vez, llamaban al 911 para dar cuenta de enfrentamientos a tiros en la vía pública.

Con los datos del momento, numerosos vehículos policiales ingresaban al sector y al cabo de algunos patrullajes se retiraban sin los resultados esperados. La consecuencia fue obvia. Apenas un rato después nuevamente estaban a los tiros.

“¡¿Hasta cuándo vamos a tener que seguir así?!”, comentaban los vecinos por lo bajo, en una mezcla de resignación y furia.

Como autores de los disparos, se señalaban a los “maraqueros” y a los del “pasillo”, bandas que hoy, en rigor, ya no se saben si existen o si son parte del “folclore” del barrio.

Un tiro en el pecho

Estas escenas se repitieron (sin solución) durante todo el viernes y gran parte del sábado, jornada en la que se produjo el asesinato de un joven.

Del hecho, su supo pasadas las 14 de la víspera cuando un hombre llegó hasta el hospital Cullen con un joven herido de arma de fuego.

El infortunado resultó ser César Andrés Rondán, de 20 años, quien presentaba un impacto de bala en el tórax, lado derecho.

Dada la gravedad del asunto se ordenó una intervención quirúrgica de emergencia. No obstante, pese al esfuerzo realizado, una hora después se informó su deceso.

Por el momento, la única referencia que se tiene de lo ocurrido es el relato que su padre realizó a la policía, quien manifestó que él se encontraba en el interior de la vivienda (en Amenábar 4100) cuando escuchó disparos y, al salir a la calle, halló a su hijo tendido en el suelo.