Héroe anónimo

Defendió a una mujer de un asalto y recibió cuatro puntazos

  • Ocurrió en la esquina de Av. Freyre y Primera Junta. El valiente hombre debió ser asistido en el hospital Cullen. Los delincuentes escaparon.
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Al momento del robo, la esquina de Av. Freyre y 1a. Junta estaba repleta de gente. Sin embargo nadie se acercó a ayudar a Cristian cuando quedó herido. Foto: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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En un hecho, dos historias.

Por un lado la valentía de un hombre que no duda en salir en auxilio de una mujer que estaba siendo asaltada en plena calle. Por el otro, ese mismo héroe anónimo que en su acción termina herido pero que, pese a estar rodeado de gente, no recibe ayuda de nadie.

Estas últimas actitudes dejaron su huella en el ánimo de Cristian (44), el protagonista de esta historia doble, quien prefiere no dar más detalles de su identidad por temor a represalias.

No hay problemas en señalar que el nombrado es un humilde y esforzado trabajador que se gana la vida con sus oficios de herrero y mecánico.

Lío en la calle

La tarde del viernes, Cristian había estado en su taller como de costumbre. Y pasadas las 19.30 decidió que era hora de dar por culminada la jornada.

“Yo iba con mi moto circulando por Mendoza y al llegar a Av. Freyre veo a dos muchachos que pasan también en moto a toda velocidad. Cruzan el semáforo en rojo, doblan en U y regresan. Yo los miraba porque en esas maniobras casi me chocan. Siguen unos 30 metros y se detienen donde está la parada de colectivos, en Primera Junta y Freyre”, comenzó diciendo Cristian, en diálogo con El Litoral.

“El vago que iba sentado atrás en la moto se baja y arma un revuelo bárbaro entre los que estaban esperando el colectivo. Entre esa gente estaba una mujer a la que veo que asaltan.

“Entonces yo también paro. El que manejaba arranca la moto y uno que estaba con un cuchillo en la mano, la corre desde atrás hasta que se sube. Ahí entonces los choco y nos caemos los dos. Agarro a uno y me trabo en lucha y fue ahí que me chuceó. Yo al principio no me di cuenta, porque no sentí nada.

“En medio de esa pelea, lo tenía agarrado pero se me zafó por la ropa”, continuó. “Todo habrá durado unos 15 segundos..., fue muy rápido. Enseguida se suben a la moto, chocan a una bicicleta también, y se terminan escapando”.

La adrenalina del momento prácticamente privó a Cristian de cualquier dolor.

“Una vez que se fueron, siento que me empieza a arder en la zona del abdomen. Me miro y veo que estaba perdiendo un montón de sangre. Agarré la moto y me fui al hospital. Después vi que tenía cuatro puntazos: en el brazo, abajo de la tetilla, en el abdomen y en la cintura.

“Cuando llegué al hospital estaba medio desesperado. No sabía con quién hablar, entonces tiré la moto y pedí que me atiendan. Enseguida apareció una persona que me llevó ante los médicos.

“Quiero dejar en claro que mi agradecimiento hacia el hospital Cullen es enorme. Todos se portaron excelente conmigo”.

La otra historia

Sin embargo este caso tiene su costado negativo.

“La verdad es que me quedé con mucha bronca, porque había un montón de gente en esa esquina y sin embargo nadie se metió a ayudarme. Todo esto me lleva a pensar si valió la pena. Soy padre de familia y puse en riesgo mi vida.

“Yo no actué para recibir nada a cambio. Lo hice porque estoy cansado de la inseguridad que estamos viviendo. Estos delincuentes se mueven con toda tranquilidad, y la pobre gente ya no sabe cómo defenderse”.

Por último Cristian reflexionó: “El tema de la inseguridad tiene solución. Lo que ocurre es que no se la quieren encontrar”, sentenció.