Tras el festival del dios elefante

Cientos de miles de dioses contaminan las aguas indias

Noemí Jabois

EFE

Lagos, ríos y mares en el sur y oeste de la India rebosan estos días de compuestos químicos desprendidos de cientos de miles de imágenes del dios elefante, inmersas en las aguas por masas de devotos durante los días diez que duró el recién finalizado festival hindú Ganesha Chaturthi.

Sólo en la localidad occidental de Nashik, en una de las regiones donde más se celebra la festividad, las autoridades municipales rescataron de las aguas el pasado jueves cerca de 240.000 figuras, muchas de ellas de varios metros de altura, y 169 toneladas de ofrendas al dios.

El primer día del festival, las familias colocan figuras de la deidad en sus casas, mientras comités religiosos y agrupaciones de vecinos exhiben las suyas en estructuras temporales o “pandales”, en los que son veneradas por la comunidad hasta el día escogido para la inmersión.

El director adjunto de la ONG ecologista Toxic Links, Satish Sinha, recuerda cómo cuando era niño, hace apenas tres o cuatro décadas, las imágenes se hacían con arcilla y colorantes vegetales.

Hoy en día, explicó a Efe, la mayoría se fabrican a partir de yeso parís utilizando moldes, una forma mucho más rápida y fácil de recrear imágenes del dios elefante Ganesha en masa, frente a la producción artesanal con arcilla.

Con el yeso parís, un material que “no se desintegra”, y la industrialización llegaron los problemas medioambientales a esta antiquísima tradición.

Incluso más que el material, a Sinha le preocupa el uso de pinturas sintéticas, especialmente por su alto contenido en plomo, un componente de conocido “impacto adverso en los humanos”.

“Cuando pones cantidades tan grandes de imágenes en un lugar tan pequeño, la pintura utilizada sin duda se trasladará al agua. Y el plomo es un metal pesado, no se destruye, sino que tiene una vida muy larga”, advirtió.

Tras analizar diversos parámetros en dos lagos antes y después de la festividad del dios elefante, investigadores de la Universidad Patkar-Varde, en el estado de Maharashtra (oeste), concluyeron que el ritual eleva los niveles de acidez y metales pesados del agua.

Ambos lagos registraron una fuerte acidificación, al pasar de índices de PH del 6,7 y 6,8, respectivamente, a un PH del 7,5, destaca el estudio, publicado en 2014 en el Diario Internacional de Investigación Científica (IJSR, en inglés).

“Esta polución daña el ecosistema porque mata a los peces, perjudica las plantas y bloquea el flujo natural del agua. Daña la salud de los humanos contaminando las fuentes de agua potable”, subraya el informe.