Jamás te olvidaremos

Hasta siempre, MAESTRO ...

Hasta siempre, MAESTRO ...

Ángel Guastella entrenando a un grupo de jugadores en 1975, en la cancha del Club Náutico El Quillá, donde se inscribió gran parte de la historia del rugby santafesino.

Foto: Archivo El Litoral

 

César Miño

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En la madrugada de hoy, falleció Ángel Guastella: sin dudas, un nombre propio del rugby argentino de todos los tiempos. Básicamente, podríamos hacer referencia a su trayectoria como jugador y, fundamentalmente, como entrenador; aunque en realidad lo más apropiado sería nominarlo como Maestro, que quizás sea el término más adecuado para definirlo.

El querido “Papuchi” nació el 7 de noviembre de 1931 en Buenos Aires y murió en San Miguel de Tucumán, capital de una provincia donde el rugby tiene tanta injerencia, que lo cobijó desde hace casi quince años. Y en especial, a través del Tucumán Lawn Tennis Club, donde serán esparcidas sus cenizas por propia decisión.

Jugó como apertura en Pueyrredón, la entidad que fundó en 1953 junto a Jorge Gutiérrez (había sido su profesor en el colegio secundario); también militó en el seleccionado de Capital Federal (con el que fue campeón del Argentino) y en los Seleccionados Argentinos de 1956, 1959 y 1960.

Como entrenador nacional arrancó en 1965, siendo partícipe más que necesario de la génesis del mítico grupo que engendró a Los Pumas, continuando junto a Alberto Camardón en la función hasta 1971.

Luego volvió en 1978, cuando promovió a jóvenes que luego se transformaron en figuras notables del rugby nacional: Marcelo Loffreda, Rafael Madero, Tomás Petersen, Gabriel Travaglini, los hermanos Iachetti, Marcelo Campo, Ricardo Landajo, Alejandro Cubelli, Alfredo Soares Gache, etc. Y además, lo convenció a Héctor Silva para que vuelva y se transforme en guía de esos “pibes” dentro de la cancha.

Después condujo a Los Pumas de 1985 que le ganaron a Francia y le empataron a los All Blacks; para posteriormente, con Silva y Aitor Otaño en el staff, soportaron la prematura eliminación en la primera Rugby World Cup, en Nueva Zelanda 1987.

Pero más allá de estas performances archiconocidas, Ángel Guastella fue un docente ejemplar (profesor de Educación Física), que enseñó rugby desde su más pura esencia en múltiples establecimientos educativos y clubes. Recorrió el país, atendiendo a las múltiples invitaciones que recibió durante su extensa trayectoria, en épocas donde todo se hacía desde el más acérrimo espíritu amateur.

Los últimos años la pasó mal con su salud, por lo que -por ejemplo- no pudo participar de los reconocimientos que Los Pumas 65 recibieron el año pasado en diferentes puntos del país y en la propia Sudáfrica. Esta mañana, la mayoría del emblemático plantel viajó a la capital norteña, donde Tucumán Lawn Tennis le preparó un tributo especial.

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“Papuchi”, dialogando con El Litoral en 1999, durante una de sus tantas visitas a nuestra capital.

Foto: Alejandro Villar

De 10

Hugo Porta, el hombre más importante de la historia del rugby argentino, fue como un hijo adoptivo para Guastella, que fue quien decidió que debería jugar de apertura y no de medio scrum, como lo hacía inicialmente en Banco Nación. Esta férrea relación mutua se mantuvo a través del tiempo y hasta nuestros días, conformando una dupla que tiene al amateurismo como bandera inclaudicable.