Atlético Tucumán gozó a Independiente

En el escritorio y en la cancha

De la Redacción de El Litoral

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El enfrentamiento entre Independiente y Atlético Tucumán se magnificó al cabo de unas horas, cuando la controversia llegó para insertarse en el medio de ambos. Lo que parecía un partido más de un torneo que recién se definirá a mediados del año que viene, se convirtió durante la última semana en el escenario de una batalla física e intelectual: la disputa por un lugar en la próxima edición de la Copa Libertadores, que por ahora se maneja en los escritorios, alteró el juego de anoche, que resultó más áspero de lo que hubiera sido en condiciones normales. En medio de una ferocidad desproporcionada, Atlético dio el golpe y, en Avellaneda, le ganó 2 a 0 a Independiente, que se fue insultado por su propia gente.

En el primer gol hubo una descarga que excedió el contexto de un simple partido: había motivos para que eso ocurriera ya que todo empezó hace unos días. Independiente, que con Milito perdió las dos llaves que tenía para clasificar a la Libertadores 2017 -primero quedó eliminado de la Copa Argentina, luego de la Sudamericana-, vio un vacío en el reglamento y entendió que podía luchar por un desempate con Atlético, algo que -con razón- molestó al Decano. Se generó una grieta, producto de un mal reglamento que, en cierto modo, le dio la razón a los dos. Por eso el duelo tuvo una carga singular: Independiente volvió a insistir con jugar un desempate y Atlético se negó una vez más, por lo que el Comité de Normalización deberá tomar una decisión.

Tras el prematuro gol, a los 20 minutos era tal el nerviosismo que Independiente empezó a equivocarse de manera peligrosa. El estadio quedó gobernado por silbidos ante la tenencia lateral e inofensiva. El funcionamiento del conjunto de Milito a esa altura ya era malo, demasiado.

La cara de Milito lo decía todo: mientras caminaba al vestuario, con la mirada en el piso, sabía que su equipo una vez más había desaprobado el examen. Justo ante Atlético Tucumán...