LA POLÍTICA EN FOCO

Astillas del Frente Progresista

La paridad en las listas y el blanqueo volvieron a dejar al desnudo las diferentes posturas de los partidos que conforman la coalición oficialista.

Mario Cáffaro

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La participación de la Unión Cívica Radical en Cambiemos, la coalición que ganó las elecciones presidenciales del año pasado, y la permanencia en Santa Fe de los radicales en el Frente Progresista Cívico y Social que gobierna la provincia desde 2007, está mostrando las esperables contradicciones. Más allá de algunos mediáticos cruces altisonantes, el tema volvió a instalarse el último jueves en la Cámara de Diputados cuando se votó la paridad de género en listas y partidos políticos y la adhesión santafesina al blanqueo de capitales.

“Sentimos que a los radicales nos pretenden arrinconar en cada tema”, decía en voz alta uno de los diputados radicales, crítico del blanqueo, pero que por disciplina partidaria y acatando el reclamo del Poder Ejecutivo levantó la mano. Pero también por disciplina partidaria no habilitó la tabla y luego no votó la paridad en las listas. “Con una semana más, éramos al menos cuatro los radicales que hubiésemos sumado agregando otros temas a la reforma política”, añadió.

Es que los varones radicales, los varones macristas y Ariel Bermúdez de la Coalición Cívica - ARI fueron los que no habilitaron las tablas en la paridad. Después, varios macristas y Bermúdez votaron la ley, los demás se abstuvieron. La “furia” femenina arrastró especialmente a algunos diputados justicialistas que también pretendían modificar el proyecto. El socialismo en cambio ya tenía resuelto el miércoles convalidar la paridad. “El paso no es tan largo como quisiéramos pero es el paso posible”, afirmó Rubén Galassi, jefe del bloque. Antes, el radical Santiago Mascheroni había advertido que una reforma electoral requiere consenso y se quejó de que se limitara únicamente a los cargos legislativos. No fue casual que a los pocos minutos, otro radical, Fabián Palo Oliver, enrostrara al pleno que en su ciudad -Santo Tomé- el 70% de los cargos en el equipo de gobierno municipal lo ocupan mujeres. El proyecto votado no se mete con los cargos en el Poder Ejecutivo, ni en el Poder Judicial ni el organismos de control. Todos los sectores justicialistas más Carlos del Frade (Frente Social y Popular) se sumaron a la mayoría y dieron un contundente respaldo al proyecto dejando solos a los radicales con la compañía de los macristas Norberto Nicotra y Federico Angelini.

La uniformidad sobre blanqueo también mostró astillas en el Frente Progresista pese al pedido de la Casa de Gobierno para sumarse al proyecto. La nación reclamó apoyo de las provincias. Miguel Lifschitz ha podido normalizar la relación y obtener respaldos a reclamos que pasan no sólo por fuerzas federales sino también por el semáforo verde para emitir deuda, algunos anuncios de obras y reconocimiento de parte del déficit previsional. El socialista Rubén Giustiniani pronunció un duro cuestionamiento y junto a Silvia Augsburger eran votos esperables de rechazo. Se sumaron otras dos oficialistas: Alicia Gutiérrez (SI) y Verónica Benas (Pares) esta última, incluso, con un crítico discurso, cuestionando el origen ilícito de los fondos.

Dos semanas antes, socialistas y radicales admitieron haber tenido la peor de las reuniones bilaterales. Fue en la oficina de Eduardo Di Pollina frente a la Legislatura. Se dijeron de todo, se cruzaron reproches que en algunos casos alcanzaron al Poder Ejecutivo. El tema quedó en segundo plano cuando el foco fue puesto en los ex ministros de Justicia, Héctor Superti y Juan Lewis que prestaban servicios de asesoría en Presidencia de Diputados y en el bloque socialista, cuando pasaron a defender a empresarios y escribanos vinculados con una organización de lavado de activos en Rosario.

Ahora, después del blanqueo y la paridad habrá que esperar cómo cicatrizan las heridas, las que en el actual oficialismo son cada vez más recurrentes.