En las principales ciudades del país

Miles de brasileños protestaron en las calles contra la corrupción

  • La detención de dos ex gobernadores de Río de Janeiro y una polémica iniciativa legislativa movilizaron a unos 130 mil brasileños.

De la Redacción de El Litoral

[email protected]

Telam

Miles de brasileños salieron a las calles de las principales ciudades del país para repudiar la corrupción y defender investigaciones en marcha, principalmente las que comanda el juez federal Sergio Moro y el grupo de fiscales de la llamada Operación Lava Jato, en manifestaciones de las que el gobierno destacó la conducta “ejemplar” de los ciudadanos.

El detonante de esta nueva jornada de protestas fue un polémico proyecto de ley contra la corrupción, que aún debe de ser aprobado por el Senado, y las recientes detenciones de algunas figuras de la política local, como los dos ex gobernadores del estado de Río de Janeiro.

Unos 130.000 brasileños, según datos de los organizadores, se unieron para pedir el retiro del proyecto de ley y defender la independencia de las instituciones que combaten la corrupción.

Convocadas por diferentes movimientos sociales, las protestas tuvieron lugar en unos 200 ciudades de todo el país, entre las que se encontraban la mayoría de las capitales estaduales.

Las mayores concentraciones tuvieron lugar en la emblemática playa de Copacabana, en Río de Janeiro, donde varios miles de cariocas lograron cortar el tráfico en la Avenida Atlántica para hacer oír sus demandas, y en la céntrica Avenida Paulista, de Sao Paulo.

Una marea de personas vestidas con los colores verde y amarillo de la bandera brasileña exigía un cambio en la situación política del país y mostraba mensajes tales como “lucha contra la corrupción” y “castigar a jueces y fiscales, diga no”, en referencia a uno de los puntos más polémicos incluidos en el proyecto de ley que ya fue aprobado por la Cámara de los Diputados.

El texto base del paquete de medidas contra la corrupción fue aprobado prácticamente por unanimidad, con una mayoría de 450 votos contra uno, e incluye una reforma que propone castigar con cárcel a fiscales y jueces que actúen por “causas político-partidarias” y “abusando de su autoridad”.

Este punto es visto como una amenaza velada a los fiscales que investigan los distintos casos de corrupción que salpican casi a todos los partidos del arco político brasileño, en especial, a los responsables de indagar el gigantesco escándalo de corrupción que envuelve a la estatal Petrobras.

En la capital del país, Brasilia, unos 5.000 manifestantes, según cálculos de la Policía Militar, se concentraron en la Explanada de los Ministerios pese a la lluvia, frente al Congreso, con carteles con mensajes tan contundentes como “el pueblo contra la corrupción” o “el poder emana del pueblo”.

La última de las protestas en comenzar fue la que tuvo lugar en San Pablo, donde ya entrada la tarde varios miles de manifestantes se juntaron en el corazón financiero de la ciudad.

Mientras que algunos paulistas llevaron al acto al popular “Pixuleco”, un inmenso muñeco inflable que representa al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva vestido de presidiario, otros reclamaban una “intervención militar” en el país desde un camión que se mantenía un tanto apartado del grueso de la manifestación.

Apareció en esta zona un nuevo muñeco inflable, el del presidente del Senado, Renán Calheiros, quien el pasado jueves se convirtió en reo de la Justicia cuando la Corte Suprema aceptó una serie de denuncias contra él por supuesta corrupción.

Protestas similares se dieron también en otras capitales de estado como Belo Horizonte (Minas Gerais), Recife (Pernambuco) y Belem (Pará).

El gobierno dio a conocer un comunicado en el que destacó la conducta “ejemplar” de los manifestantes, hecho que “fortalece aún más las instituciones”.

El dato

Pedido de renuncia

  • El presidente de Brasil, Michel Temer, reveló que sus aliados le pidieron la renuncia del ministro de Economía, Henrique Meirelles, a quien confirmó en el cargo, y anticipó que en los próximos días lanzará 10 medidas destinadas a la micro-economía y a intentar retomar la iniciativa, frente a un escenario lejano a la prometida recuperación de las cuentas públicas.