Notas del Colegio de Abogados al gobernador

Ante la elección de camaristas civiles

El Colegio de Abogados de Santa Fe remitió notas al gobernador, Miguel Lifchitz, al Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Ricardo Silberstein, y al subsecretario de Gestión a cargo del Consejo de la Magistratura provincial, Franco Tosto, con una serie de consideraciones en orden a la cobertura de vacantes existentes en Cámaras Civiles y Comerciales de la circunscripción, y en orden a que se halla en marcha el concurso.

“En primer lugar, insistimos con nuestra posición respecto a la necesidad de la creación de un verdadero Consejo de la Magistratura provincial, compuesto por los diversos estamentos vinculados con el quehacer de la Justicia, como órgano extra poder, encargado de la selección, remoción y ascenso de los funcionarios judiciales. Entendemos que ello es imprescindible para contribuir al perfeccionamiento institucional de Santa Fe”, sostienen.

En segundo término, y más allá de eso, pero con iguales fines, expresan su anhelo de que “al momento de evaluar la idoneidad de los postulantes ya integrantes del Poder Judicial, se coloque especial hincapié en el desenvolvimiento diario de sus funciones como magistrados, funcionarios o empleados.

“En rigor, entendemos como condición imprescindible para lograr un ascenso, haber demostrado una notable contracción al trabajo, extremo que se corrobora, principalmente, a través de la verificación de las demoras en el despacho diario y/o en el dictado de sentencias. En caso de que magistrados y/o funcionarios, poseedores de injustificables atrasos en los ámbitos en donde se desempeñan, resulten finalmente designados, se produciría una nueva injusticia, que degradaría aún más el sistema de selección imperante”, añade el texto.

También, en el mismo orden, los abogados consideran indispensable “que se juzgue con estrictez la utilización abusiva de los privilegios del sistema por parte de los aspirantes, en especial, el uso de licencias durante los períodos de actividad y el ejercicio de la docencia más allá de los límites permitidos. El único sistema de gratificación compatible con una sociedad en desarrollo no puede ser otro que premiar la eficiencia, el esfuerzo y el sacrificio. Que cada uno sepa que la medida de su valor será su propia capacidad y no el hecho de tener vinculaciones y/o acuerdos con el gobierno de turno”.