Fue lo peor del sabalero en el torneo

Del Riachuelo al Salado, Colón se llenó de dudas

Perdió 4 a 1: fue goleado, bailado y por momentos gozado por Boca. Paolo Montero perdió cuatro de los últimos cinco partidos.

Del Riachuelo al Salado, Colón se llenó de dudas

Sin fútbol. Ledesma pelea con Pablo Pérez por la posesión del balón, mientras atrás observa Iván Torres. El mediocampo sabalero ni marcó ni jugó, en un partido olvidable en la Bombonera. Foto: Télam

 

Darío Pignata

(Enviado Especial a Buenos Aires)

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Es cierto que Boca le viene haciendo de a cuatro a cualquiera, sino que lo diga River en el último clásico. Es cierto que a Colón, en esa cancha y contra ese rival, lo condena el pasado. Y es cierto que el presente era distinto: uno en caída... otro en alza.

En la historia del profesionalismo, Colón pisó con la de ayer 38 veces este mítico estadio, que ayer les aseguro tembló en serio cuando el pueblo le pidió a su jugador que no se vaya a China. De esos 38 cruces, apenas ganó 4 en toda la historia. Es decir, por pasado y presente, partido a priori “perdible”.

Lo que preocupó y mucho fue la falta de equivalencias cuando Boca jugó. Hubo pasajes que rayaron la idea de profesionales contra amateurs. Y eso genera dudas, porque además a Paolo se le cayó la campaña en el final como a Colón se le cayó ayer la estantería en el segundo tiempo donde no hubo papelón ni vergüenza gracias a “Fatu” Broun, el arquero-figura, por más que sale mal sin esperar el grosero error de Ortiz en el 2-1.

Desde que Paolo llegó a Santa Fe, sus puntos siempre convencieron más que el juego. Lo que nunca me cerraron son sus cambios: los hace mal, tarde y errados casi siempre en las dos cuestiones clave de un reemplazo (quién entra y quién sale).

El fútbol argentino, se sabe, está tóxico. Se llevó puesto a más entrenadores que la cantidad de fechas jugadas a esta altura de diciembre. Es que este torneo, con el mamarracho de 30 equipos y cuatro descensos, parece más una liga comercial que la estructura de un fútbol dos veces campeón del mundo.

Menos mal que desde aquélla frase de mitad de año (“estamos a cuatro puntos del descenso”), Colón le puso buena sumatoria de entrada, con un detalle no menor: le ganó a los equipos directos del descenso. Y eso, hoy, sirve y mucho.

De todos modos, de un lado y del otro, este final de campeonato genera dudas. No sólo el 1-4 de ayer contra Tevez y su ballet. Sino por la caída libre de cuatro derrotas en cinco juegos.

Me parece honestamente brutal Montero cuando declara. Se puede coincidir o no. Anoche, cuando la lluvia era testigo del final de una noche triste en La Bombonera, por ejemplo, dijo “Recién estoy arrancando como entrenador, no tengo cinco o seis años. Tengo pocos partidos en mi carrera. Pero si no tuviera fuerzas, me quedo en mi casa”.

Se lo toma o se la deja. Pero no sale con frase hecha. Por ejemplo, no coincido cuando dice que “por lo general, los jugadores nuevos rindieron”, cuando le preguntan por los refuerzos.

Y se llena Paolo solito de dudas, desde el Riachuelo hasta el Salado, cuando dice: “No nos podemos equivocar en los cupos de los refuerzos”. Si ahora no se pueden equivocar, ¿quién se equivocó antes en Colón con casos alevosos como “Cachete” Acuña o el peruano Diego Mayora?

¿Por qué Colón le paga el “Plan Descansar” a jugadores como Barsotini o Clemente? Realmente, me pregunto, después de perder todos los mano a mano con los extremos derechos del fútbol argentino: ¿No hay un “3” mejor que Iberbia?. ¿Tan mal está Clemente?... ¿No hay nada abajo?... ¿No puede pasar Ceballos de “3” y entrar un “4”?. Dudas, muchas dudas.

Con Vignatti, Darrás y Fleming, más Alonso, Colón tiene casi el visto bueno en lo que queda de la AFA en pie para un cupo más por la lesión de Sandoval; serían tres y no dos como todos para 2017.

Si los dirigentes están convencidos en respaldar a Paolo, la mejor forma es traerle lo que le falta en este plantel: jerarquía.

Ayer, si bien es Boca en su cancha, agrandado, con Tevez y puntero, lo que más me generó dudas es que algunos jugadores no soportaron la presión. No estuvieron a la altura de esta exigencia profesional.

Si alguien del trébol de cuatro hojas dirigencial antes nombrado (Vignatti, Darrás, Fleming, Alonso), tienen las dudas que ayer viajaron del Riachuelo al Salado, el momento de hablar, cuestionar y pensar es ahora.

Porque se viene el parate, la pretemporada, la elección de los refuerzos y el tramo final de la competencia. La designación de Montero fue una “patriada” solitaria de José, cuando estaba en la “B” Nacional con Boca Unidos de Corrientes.

Los 20 puntos no son para hablar ni de la sorpresa del campeonato y tampoco para imaginar un desastre. Insisto: sirven más porque se le ganó a rivales directos en el promedio.

Si es por rendimiento de juego, en el tramo final no hubo respuesta de los jugadores. Ni de los viejos ni de los nuevos. Se desfiguró Colón en estos últimos partidos. Y al mismo tiempo que dejó escapar puntos... se llenó de dudas.

Es cierto que Montero está arrancando en esta profesión, tan cierto como que se arregló con lo que había como un caballero.

Lo peor de estas dudas de ayer y del final es que contagian. Las dudas generan dudas. Vignatti está curtido en este tipo de momentos en el fútbol de Colón. De estos y de los otros, los gloriosos. Haga lo que haga y hable lo que hable con Montero, hay algo que está claro: debe salir sangre de algún lado. Hay que cruzar los dedos para que el PSG compre a Alario. Romper el chanchito como sea. Hay que hacer algo con estos tres cupos. En realidad, hay que hacer una sola cosa: traer tres jugadores mejores que los que hoy tiene Colón.

El dato

Bosteros santafesinos

Si bien El Litoral cruzó a algunos sabaleros “infiltrados” (vaya uno a saber cómo hicieron para poder camuflarse), los hinchas de Boca de la tradicional Peña Osvaldo Potente de Santa Fe dijeron presente con su bandera. Hoy su presidente es Fabricio Segal.

 
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Agua por todos lados. Carlos Tevez acaricia el balón y en línea espera una defensa de Colón que tuvo un pésimo rendimiento ayer, regalando espacios y cometiendo errores decisivos.

Foto: EFE

síntesis

Boca 4

Colón 1

Boca: Axel Werner; Gino Peruzzi, Santiago Vergini, Juan Insaurralde y Frank Fabra; Pablo Pérez y Fernando Gago; Cristian Pavón, Carlos Tevez y Ricardo Centurión y Walter Bou. DT: Guillermo Barros Schelotto.

Colón: Jorge Broun; Lucas Ceballos, Emanuel Olivera, Guillermo Ortíz y Raúl Iberbia; Pablo Ledesma, Fidencio Oviedo, Iván Torres y Jerónimo Poblete; Nicolás Silva y Nicolás Leguizamón. DT: Paolo Montero.

Goles: en el primer tiempo, 9 min. Centurión (B); 22 min. Leguizamón (C); 29 min. Tevez (B). En el segundo tiempo, 16 min. Centurión (B); 32 min. Pavón (B).

Cambios: en el segundo tiempo, 20 min. Christian Bernardi por Torres (C); 27 min. Sebastián Pérez por Bou (B); 32 min. Mauro Dalla Costa por Leguizamón (C); 40 min. Wilmar Barrios por Gago (B); 44 min. Nazareno Solís por Tevez (B).

Amonestados: Vergini, Pavón (B); Ceballos, Olivera, Ortíz (C).

Árbitro: Saúl Laverni.

Estadio: La Bombonera.

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La constante. Iberbia corre desde atrás a Walter Bou. La estrategia le funcionó un tiempo a Montero; en el segundo, hubo baile xeneize.

Foto: Télam

Hasta ahora, se sigue así...

  • Como estaba previsto, el de ayer fue el último partido de 2016 y los jugadores fueron licenciados hasta el 5 de enero. La idea es volver con los exámenes de rutina y quedarse en el Hotel de Campo hasta el 14 de enero.

El lugar base será Montevideo, por dos semanas aproximadamente. Montero quiere mucho fútbol, por eso con el “Chengue” ya cerraron jugar el 18 de enero con Nacional y el 24 con Emelec de Ecuador que estará del otro lado del Charco.

Hay que cerrar dos amistosos más en Uruguay, los días 21 y 27 de enero. Y quedará uno más el 30 de enero en Santa Fe.

Hay que recordar que hasta ahora el fútbol vuelve el 5 de febrero: ese día llega Olimpo y una semana después el clásico con Unión.