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Más peligrosos que los perros

“Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros” (el burro Benjamín Rebelión en la granja George Orwell).

Quienes defendemos la libertad de elegir, pensar, decir o transitar, no entendemos por qué se prohíbe un velo y no un rosario colgado al cuello. O por qué se prohíbe la sal en restaurantes y se legaliza la marihuana. Y tampoco entendemos por qué se considera más peligroso a un Dóberman que a un Pekinés sin vacunas, o a un perro callejero, de ésos que abundan y que no figuran en ninguna lista de razas prohibidas.

Consultando, aprendí que algo así como un 15 % de la conducta del perro está determinada por su genética, y el 85 % restante por su crianza. Entonces me pregunto: ¿por qué hay más episodios de violencia en algunas razas que en otras? La respuesta es simple: mucha gente violenta, desequilibrada y potencialmente peligrosa que los cría como matones, elige estas razas por su aspecto, su fama, su tamaño y sus características.

También descubrí que en casi todos los países del Primer Mundo son apenas 4 las razas de “perros peligrosos” y en general no están prohibidas, sino controladas. Son: American Pitt Bull Terrier, Tosa Inu, de Japón, Dogo Argentino y Fila Brasileiro.

Pero sin lugar a dudas la culpa no es del perro, sino del dueño. ¿Tan difícil de entender es esto?

Imaginemos por un instante que alguien pretenda aplicar el mismo criterio racista con las personas, y entonces se les prohíba circular libremente a los negros porque en general son grandes, fuertes y rápidos. También a los nórdicos, porque seguramente siguen siendo violadores y saqueadores como sus antepasados vikingos. Y a los chinos y japoneses porque saben artes marciales y eso también los hace “potencialmente peligrosos”, como a los perros... Sobran las palabras para semejante absurdo ¿no?

Que quede claro: así como hay personas peligrosas, también existen perros peligrosos, pero no hay razas peligrosas. La agresividad es una característica básicamente individual. Por eso, la raza no es un factor infalible para predecir conductas violentas y agresivas, ni en humanos ni en perros. De hecho, los perros de las mismas razas (generalmente grandes) usadas para encontrar gente y salvar muchas vidas en avalanchas, terremotos, explosiones, incendios, etc., serían potencialmente peligrosos en manos de gente irresponsable.

Lamentablemente a muchos políticos les encanta legislar en todo (aunque no sepan nada), porque así da la impresión de que trabajan mucho. Y además siempre tratan de prohibir para disimular que son parte de un Estado totalmente incapaz de controlar y educar.

Como muchísima gente, yo estoy absolutamente de acuerdo con una ley que ordene la tenencia de todos los perros. Y sobre todo que sea una ley que se cumpla de verdad. Ésta debería contemplar, al menos que: se erradiquen los perros callejeros tanto en el centro como en los barrios; que no ensucien las calles, no molesten a los vecinos y no dañen nada ni a nadie; que sean paseados y transportados adecuadamente, sin hacerlos sufrir, obligándolos a usar bozal. Que todos los perros sean identificables mediante un chip, que cuenten con seguro de responsabilidad civil y tengan un dueño que sea el responsable de cualquier daño que puedan causar. Que Haya sanciones justas, rápidas y razonables para los incumplimientos.

Por favor, seamos inteligentes y no nos centremos en el tamaño, la apariencia o la raza del animal, porque así la lista de “sospechosos” sería injusta e interminable. ¿O acaso no es mucho más “potencialmente peligroso” alguien manejando un auto con su Caniche Toy en la falda, que un Pitbull suelto?

RANWELL CAPUTTO

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