Cierre de temporada 2016

Cuando un concierto nos llena el alma

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El Coro Polifónico siempre está dispuesto a ofrecer al público lo mejor de su repertorio. Foto: Manuel Fabatía

 

Lilia A. Bachini

Con el singular título de “Música del Mundo para la Navidad” el Coro Polifónico cerró la temporada 2016 con un concierto por demás de “movilizador”. Allí se interpretaron distintas canciones procedentes de diferentes lugares (tal como lo indica el título de Concierto). “Dadme Albricias”, con flautas dulces y percusión, “Tu scendi dalle stelle (de F. Maragno), “María Navidad”, “Tambores Navidad”, “Aguinaldo Margariteño”, “La peregrinación”, entre otras fueron la obras interpretadas, en donde se destacó el cierre del concierto con una magnífica interpretación de nuestra “Misa Criolla” del desaparecido autor local Ariel Ramírez. Todas las interpretaciones y los contenidos de los villancicos navideños generaron un sentimiento de emoción en la audiencia. Por supuesto que en mí también. Por eso quiero advertir a los lectores que es muy difícil explicar con palabras aquello que regocija y conmueve el alma.

El Coro Polifónico siempre está dispuesto a ofrecer al público lo mejor de su repertorio y ésta vez no fue la excepción: nos salpicó de ternura; nos transportó a un momento mágico, de diferentes maneras (siempre mostrando el nacimiento de Jesús), según las distintas culturas. En cada país del mundo se expresa de diferentes maneras y se adhieren distintos instrumentos (de percusión especialmente).

El Polifónico ejecutó en esta oportunidad canciones navideñas venezolanas, con toda la impronta de los ritmos caribeños, que tienen como características sus ritmos “cadenciosos”.

Dirigido por el maestro Alejandro Molina, joven músico que conoce perfectamente al Polifónico de Santa Fe, ya que también es parte del mismo y sabe perfectamente cuando tiene que exaltarlo y cuando ponerlo a punto en cada interpretación que le toca dirigir.

¡Qué bálsamo y qué paz! Cómo unas simples canciones pueden cambiar nuestro estado de ánimo y “penetrar” de lleno en nuestra alma para nuestro regocijo. Es que la Navidad es un momento especial, en donde todos nos igualamos en el sentimiento del nacimiento de Jesús. No hay distinción de pobres y ricos. Hay vida y todos nos alegramos al saber que la vida del Niño Jesús fue alumbrada y salvada. No hay quién, en algún momento de su vida, no acuda a Él, para tener consuelo o solamente para agradecerle algún episodio de infinita felicidad. Eso es lo valorable de la Navidad, pues nos transporta hacia una fuente segura, en donde “bebemos” el amor, la comprensión y por sobre todas la cosas la paz, valores muy difíciles de encontrar en el mundo de hoy, tan revolucionado y con tantos problemas emanados de la difícil y dura cotidianeidad. El amor siempre triunfa y nos transforma en seres generosos, sin preguntarnos por nuestros orígenes.

Por eso en esta Navidad le pido al Señor que habite en todos los corazones y que no deje de esparcir todas tus bondades por el bien de la humanidad, que tanto lo necesita. Es que el Coro Polifónico con sus interpretaciones nos conmovió, nos regocijó y nos llenó el alma.