Creció el número de estos locales en los últimos dos años

¿La nueva “era saludable”? boom de gyms, salones de belleza y dietéticas 

  • En la ciudad, fueron 58 los nuevos gimnasios -sobre un total de 91- habilitados en 2015-2016. Antes de ese período había sólo 33. Misma tendencia para los spa y dietéticas. Coinciden en que la gente está cambiando hábitos. La estética y una resignificación del cuerpo.
¿La nueva “era saludable”? boom de gyms, salones de belleza y dietéticas

Gimnasios a pleno. Es notorio el crecimiento de estos locales en los últimos dos años en la ciudad. Foto: Archivo El Litoral

 

Luciano Andreychuk

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Twitter: @landreychuk

Puede resultar una new wave -nueva ola- que se puso de moda y será pasajera en el tiempo. O puede, también, que hay un clima de época donde se advierte un cambio sociocultural respecto de la alimentación propia, hábitos más saludables, el cuidado de la salud y la autopercepción respecto del cuerpo propio. Algunos datos oficiales sirven para marcar una pauta de análisis.

Según los registros de la Dirección de Habilitaciones de Negocios -que depende de la Secretaría de la Producción del Municipio-, fueron 47 los salones de belleza que se habilitaron en la ciudad entre 2015-2016: hoy en total figuran 60 habilitados (13 había antes de 2015). Y con relación a los gimnasios, hoy están habilitados para funcionar 91; de ese total, 58 se habilitaron en el referido período (apenas 33 había antes de 2015). Finalmente, de las 140 dietéticas actualmente habilitadas para funcionar en regla, 102 lograron cumplimentar el trámite administrativo de habilitación entre 2015 y 2016 (hasta el 2015, había habilitadas sólo 38).

“Se observa un importante crecimiento en los comercios habilitados que se encuentran vinculados a actividades de estos tres rubros”, aseguraron a este medio desde esa dirección. “Estos son datos de los comercios que se habilitaron, aunque puede haber algún otro comercio que tenga inscripción pero no esté habilitado”, aclararon.

El Litoral hizo un sondeo para saber si efectivamente creció la cantidad de clientes que asisten a los locales de estos tres rubros en comparación con años anteriores. La opinión generalizada fue que sí, pese a que el año tuvo fluctuaciones macroeconómicas que afectaron los bolsillos de la gente. También las consultas buscaron tener una aproximación de qué busca la gente al momento de ir a un salón de belleza o un gym: sólo verse bien frente al espejo mejorando su apariencia física; o sentirse bien con uno mismo mediante una actividad física que mejore la salud y prevenga enfermedades. O las dos cosas juntas.

Cuerpo y músculos

Desde Skilful Gimnasios, Lourdes Ballejos aseguró que creció la cantidad de clientes en 2016 con relación a lo que ocurría hace dos o tres años. ¿Y cuál es la actividad que más se pide? “Está repartido. Están los clientes ‘golondrinas’, mujeres y varones que sólo vienen en septiembre hasta diciembre, y luego desaparecen. Vienen sólo para verse bien en verano”, contó.

“La gente joven viene a mejorar la estética más que nada, sin necesariamente buscar una mejora en la calidad de calidad de vida o la prevención de algunas enfermedades mediante la ejercitación física. Busca verse mejor delante del espejo”, agregó.

Dentro de este grupo, la franja etaria va desde los 16 hasta los 35-40 años. “Es muy grande la brecha. Y vienen más mujeres que hombres, muchas chicas muy jovencitas que llegan con sus amigas”. Aunque Ballejos no generalizó: “También hay gente joven que viene a hacer ejercicios para sentirse bien y mejorar su salud”.

Sentirse bien

Quienes van al gimnasio principalmente para mejorar la calidad de vida son las de edad más adulta. “Hay muchas personas muy mayores que llegan aquí a hacer algún tratamiento kinesiológico solicitado. Eso tiene que ver con la búsqueda de sentirse bien, más sano”, añadieron desde Skilful. Allí también se atienden niños cuyos papás los llevan para combatir el sedentarismo con alguna rutina física.

En Kinesis predomina la salud. Es fundamentalmente un centro de rehabilitación al que asisten personas para hacer tratamientos por problemas articulares, cervicales, etc. “Este año se ‘planchó’ la cantidad de pacientes en relación con lo que ocurría años atrás. Se mantuvo la clientela el 2016, quizás porque fue un año complicado”, fue el diagnóstico de Jorge Defagot, kinesiólogo y director de ese centro.

También allí hay una sala de musculación que sirve tanto para pacientes que realizan alguna rehabilitación como para otros clientes. “Vienen desde niños hasta personas muy mayores”. Y respecto de los jóvenes, hay de todo: “Gente que se preocupa más por la cuestión estética, y otra a la que le interesa mejorar su salud”, añadió el profesional. El número de clientes hombres duplica al de mujeres.

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Comer mejor. Las dietéticas no se quedaron atrás. “Hay más conciencia en la gente respecto de los beneficios de una alimentación saludable”, aseguraron desde uno de esos locales naturales. Foto: Archivo EL Litoral / Amancio Alem

Dietéticas: un cambio de hábitos

  • Para Stella Maris Almirón, de la dietética Alma & Vida, no es lo mismo lo que la gente come ahora que lo que comía hace 10 años. “En 5 años hubo un gran cambio de conciencia en términos de lo que es la conciencia saludable”, comentó a El Litoral. Hace casi 20 años que es dueña de ese local naturalista.

“Noto que actualmente se están incorporando muchos cereales y frutas secas en la alimentación general de la gente. Además, se incrementó la variedad de alimentos naturales para vegetarianos, veganos y microveganos. Esa variedad incluye semillas, vegetales, etc.”.

También creció el consumo de alimentos naturales por problemas de salud como la celiaquía y la diabetes. “La harina de trigo no es la que se consumía hace 20 años. Hay mucha gente que no puede consumir estas harinas y busca alternativas. Creo que hay mucha más conciencia sobre una alimentación saludable”, resaltó.

Consultada sobre si cree que la gente está más informada respecto de los beneficios de una buena alimentación, Almirón dijo que la mayoría va a adquirir alimentos por su organismo. “El celíaco ya sabe qué tiene que buscar. Lo mismo para los veganos: buscan semillas, frutas secas, legumbres, nada que sea derivado del animal. Pero también hay gente que sólo va a buscar productos que sabe que son saludables, como los cereales”.

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En los spa, predominan los tratamientos corporales, como la reducción de celulitis o adiposidades, o los masajes. Foto: Archivo El Litoral

American beauty

En todos los locales de belleza y spa consultados, admitieron que creció el número de clientes el año pasado respecto de lo que pasaba antes. “La temporada fuerte es desde agosto a febrero, arranca previo al verano. El resto del año queda para quienes deseen hacerse tratamientos faciales”, dijeron a este medio desde Estética & belleza Swan, que sólo atiende mujeres. Lo más pedido son por lejos los tratamientos corporales: reducción de celulitis, adiposidades, estrías o flacidez.

Según declararon desde ese centro, las mujeres que allí asisten realizan tratamientos “principalmente para verse bien. No necesariamente lo hacen por el hecho de que al momento que una persona se ve bien, se siente mejor consigo misma. La tendencia es más estética: para sentirse bien hay que hacer todo un tratamiento con cambios de hábitos alimentarios, actividad física, etc.”, explicaron.

“A veces se elige seguir una rutina de vida sedentaria y de comer mal, porque la estética ‘saca lo feo’. Por eso, la percepción principal es verse bien, para uno y para los demás. De todos modos, al verse bien (las clientas) se sienten mejor emocionalmente”, indicaron desde ese salón.

“Darse un mimo”

Desde Bella Ragazza Spa, la tendencia fue similar respecto del incremento de clientes. Ahí se trabaja todo el año, aunque la temporada fuerte empieza también en agosto-septiembre hasta febrero. Atienden hombres, pero es muy poco el porcentaje en comparación con el número de clientas. La franja etaria va desde los 20 a los 50 años.

Los tratamientos corporales también son los que más se piden: baja de celulitis, estrías, masajes reductores y reafirmantes. Le ganan a los tratamientos faciales. “Y cada vez más se pide la depilación definitiva y la cabina solar (que a diferencia de la cama, ésta es vertical)”, comentaron.

“Hay una tendencia a, primero, verse bien”, dijeron. La estética predomina: “Es cultural. Estar más delgada/o y verse así y que otros te vean así: subyace esa demanda que es cultural”. También está el temor a lo que se manifiesta biológicamente con el paso del tiempo, es decir, la aparición de arrugas, etc. “El inevitable el paso del tiempo y sus consecuencias también influyen”.

No obstante, “la idea es que además los clientes y clientas se sientan bien consigo mismos con un tratamiento. Con una cosa muy pequeña, como un tratamiento de manos, se genera el sentirse bien haciendo algo: algo así como darse un mimo a uno mismo”, indicaron. Y más aún en esta época en que se vive rápido, “una pequeña cosa puede ayudar a relajarse, combatir el estrés diario y mantener un buen ánimo”, cerraron.